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Las demandas acosan a la farmacéutica AstraZeneca

La farmacéutica AstraZeneca (AZ) tiene que pagar 520 millones de dólares si quiere evitar las demandas judiciales que la acosan por su fármaco Seroquel, un antipsicótico que, según miles de demandas judiciales, ha causado diabetes en sus consumidores. Al laboratorio farmacéutico se le acusa de ocultar información y no querer realizar estudios de farmacovigilancia para no entorpecer el plan de comercialización ni las ventas del medicamento, una vez que sabía que su fármaco podría causar diabetes.

Seroquel

La empresa no afrontará los cargos criminales por las acciones presuntamente ilegales cometidas en los ensayos clínicos y en la comercialización. En 2008 la agencia de medicamentos estadounidense ya publicaba que había fallos en la seguridad de este medicamento aunque de manera paradójica no aludía a que puede provocar diabetes sino a un etiquetado confuso que puede incitar a la sobredosis.

Ya en marzo de 2009 AstraZeneca fue acusada de ocultar datos del ensayo clínico de Seroquel despues que se publicara un e-mail interno de la compañía en el litigio que afrontaba en aquellos momentos en Florida. Desde 1997 la farmacéutica tenía información sobre que el medicamento producía aumento de peso, desarrollándose estrategias para “neutralizar” dicha información; incluso, después de que la FDA solicitara a la empresa las advertencias sobre los efectos secundarios.

Me cuenta una ex visitadora médica que ha trabajado durante diez años en AstraZeneca que este medicamento lo llevaba un línea hospitalaria y que se gastaba mucho dinero en la promoción del mismo entre los psiquiatras:

Lo que te puedo decir es que también utilizaron la táctica de los cursos de informática falsos para promocionar de manera irregular el fármaco. Yo no tenía ni idea pero en una de mis visitas a la Policía tuve acceso a todos los supuestos cursos de informática y unos cuantos eran de los de Psiquiatría. Era/es el  medicamento que más facturaba en AZ.

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8 comentarios

  1. Pues nada, esto es lo que hay, ahora recetarán el fármaco estrella de AstraZeneca para la diabetes, que seguro que tienen alguno o si no estará en capilla, y asunto (negocio) solucionado. Aquí hay mucho listo y desaprensivo. Conviene estar atentos para que no nos la cuelen.

  2. En respuesta a la primera pregunta que plantea el Dr. Josep M, yo puedo afirmar que no conozco a ninguno que se haya pagado la inscripción y el alojamiento de ningún congreso. Por supuesto que no conozco a “todos”, ni tengo ninguna bola de cristal, pero perfectamente por mi dedicación profesional de más de una década mis datos podrían servir para extrapolar estas conclusiones.

    ¿A cambio de qué..? Si a alguno le hace ilusión que escriba a cambio de nada, por qué no voy a complacerle. Que sí, que es cierto, que que la industria farmacéutica se ha vuelto solidaria y ha decidido compartir sus beneficios con los prescriptores…

  3. Respeto que usted, Pepe López, discrepe de que todos los profesionales sanitarios son influenciables; yo también discrepo porque obviamente no podemos meter a todos en el mismo saco.

    Supongo que no existirán bases de datos accesibles al público para que usted y yo podamos calcular con precisión el porcentaje real de profesionales sanitarios supuestamente corruptos o influenciables; por tanto, esa cifra seguirá siendo una incógnita…

    No obstante, y dejando muy claro que no es más que una especulación hipotética y aproximada, me atrevería a apostar como hizo en su día Pareto, que estaríamos cercanos al 20/80…; así es al menos como en algunos laboratorios se considera este mercado.

    Respecto a anteponer otros intereses ante la salud de los pacientes, sería ya “el colmo de los colmos”. Un profesional puede pensar que acepta dádivas sin perder su decisión de prescripción cuando receta una marca, que le reporta un beneficio en forma de acción de MK, en lugar de otra marca con cuyo laboratorio no tiene ninguna relación. Seguramente ese profesional sanitario piensa que él domina la situación y su voluntad de receta. Quizá no es consciente de que los efectos de la publicidad y el marketing minan la intención de los consumidores, y los profesionales sanitarios no son una excepción. Por tanto, yo entiendo que incluso ese supuesto 20% influenciable no es consciente de que deja en un segundo plano la salud de sus pacientes. Es tan sólo mi opinión.

    Además, ofrecer y/o recibir dádivas de la índole que sea (incluso la que se admiten en el Código de Farmaindustria), es una práctica ilegal, porque el Código Penal lo dice expresa y explícitamente en sus preceptos.

    Por lo expuesto, no creo que se manipule la realidad cuando precisamente lo que se pretende es el efecto contrario: reflejar de manera transparente que las relaciones mercantilistas entre ciertos profesionales de la salud y la industria farmacéutica, independientemente del discurso de que esta práctica ilegal suponga o no anteponer la salud de los pacientes a otros intereses.

    Además, no creo que estemos hablando sólo de profesionales influenciables por el marketing y la publicidad, sino de verdaderas transacciones económicas alrededor de las recetas financiadas por el Sistema Público de Salud.

  4. A Pepe López: Me ilusiona y agradezco su postura de defensa de la integridad de los profesionales sanitarios, y de verdad me gustaria compartirla. Es cierto que somos muchos, y creo que cada vez más, los que intentamos mantener una posición pragmática ante las presiones de la industria para centrarnos en el beneficio de nuestros pacientes y de nuestro sistema público de salud. Pero no es menos cierto que existen “los otros”, los que han perdido su independencia. Le propongo dos sencillos ejercicios:

    1º. ¿Qué porcentaje de profesionales de los que acuden a cualquier Congreso de cualquier Especialidad cree que se han financiado ellos mismos la matrícula del Congreso, el desplazamiento y la estancia requeridos para la asistencia al mismo? Y ¿a cambio de qué?

    2º. Alrededor del 90% de las novedades que salen al mercado, son “me too”, es decir, medicamentos que no aportan nada nuevo, aparte de su elevado precio. ¿Cómo se explica que en pocas semanas pasen de no existir a ser “superventas” con ingresos millonarios si resulta imprescindible la firma de un médico en la receta para que se despachen en la oficina de farmacia?

  5. Es alucinante la manera por la que se manipula la realidad. Sin duda la industria farmacéutica tiene un arsenal de armas para la promoción, marketing y demás influencias para que cada laboratorio intente posicionar su fármaco en primera linea de prescripción del profesional. Pero en esta crítica y condena a las prácticas de los laboratorios ustedes están dando por hecho que los profesionales sanitarios son unos corruptos, indocumentados, influenciables a prácticas comerciales anteponiendo nuestro interés a la salud de los enfermos. Y esto es algo en lo que discrepo por no decir otra cosa.

  6. Estaría bien conocer cuantas notificaciones de Reacciones Adversas a los Medicamentos (RAM) se han producido en España y Europa relacionadas con Seroquel. Y si alguna de estas notificaciones han provocado una RAM en forma de diabetes.

    El problema es que conseguir estos datos es muy difícil y todavía estamos muy lejos de conseguir una buena transparencia en los sistemas públicos de farmacovigilancia. ¿Las RAM es información pública? Yo entiendo que sí. ¿Entonces por qué como ciudadanos no podemos acceder a la base de datos FEDRA?

  7. Existe documentación (marzo 2000) que prueba que AZ realizó estudios comparativos durante un año entre seroquel y haloperidol (un antipsicótico clásico con un precio 50 veces menor que el de seroquel) en dos grupos de pacientes. Los resultados fueron claramente favorables (excepto en algunas medidas de funcionamiento cognitivo) al haloperidol tanto en efectividad como en efectos secundarios (especialmente diabetes). Estos estudios fueron ocultados por AZ.

    La campaña de marketing del seroquel fue de antologia, con la estrategia añadida de poner énfasis en su uso fuera de sus dos indicaciones aprobadas (esquizofrenia y tr. bipolar).

    Consecuencia de ello es que hoy en dia cada vez más ancianos con cuadros de demencia, muchos de ellos con varias patologias añadidas además de la diabetes, están siendo tratados con quetiapina (ya se dispone de genérico del seroquel) probablemente porque el médico (habitualmente psiquiatra) que prescribe, cree lo que el visitador de la industria, soto voce, le aconseja.

    Considerando la utilización de antipsicóticos en cuadros diferentes de sus indicaciones aprobadas, creo que esta práctica requeriría de una especial atención, sobre todo en algunos colectivos donde se prioriza el mantenimiento del orden institucional, por encima de los posibles efectos secundarios de estos fármacos.

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