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Consumismo medicamentoso

Hace unos días uno de los médicos colaboradores habituales de este blog, Josep M. escribía un comentario que no tiene desperdicio. El galeno animaba a otro comentarista a buscar los diez fármacos que han facturado más en nuestro país (top ten) o en Europa o en el mundo durante el año 2009 y que por supuesto, han dado más beneficios a sus fabricantes, y después de revisarlos, decía

Consumismo med2«dígame usted cuántas vidas han salvado, e incluso cuantas vidas se perderían si se dejasen de administrar. Estudie también si habían alternativas previas con la misma efectividad y mucho más baratas (fármacos me too -los denominados Yo también, es decir medicamentos que se patentan como si fueran nuevos cuando en realidad no aportan novedad terapéutica alguna, casi todos los patentados durante los últimos años). Si aún le quedan dudas, puede hacer el mismo experimento con los años anteriores. Cuando lo sepa, contésteme».

Bueno pues los fármacos más vendidos durante los dos años tanto en Cataluña como en España son:

Plavix, Spiriva, Lyrica, Iscover, Cardyl, Actonel, Xalatan, Seretide, Cardyl y Exetrol.

Seguramente a muchos de ustedes apenas les sonará alguno de estos productos. No es trascendente. Lo que importa son las reflexiones que el propio Josep me envió el sábado por la mañana desde su retiro en Solsona. Con datos directamente del Ministerio de Sanidad español, el gasto de los 35 principios activos más recetados supone más del 30% del total del gasto farmacéutico.

El gasto en antiepilépticos ha crecido desmesuradamente en los últimos años y es obvio que se receta para indicaciones no legales ya que el número de pacientes diagnosticados de epilepsia no ha subido ni mucho menos en la misma proporción. En el caso de la pregabalina se ha comprobado un 80% del uso en España fuera de la ficha técnica. ¿En qué se usa?, básicamente en el tratamiento (incorrecto) del dolor no neuropático y muchos psiquiatras como “modulador del estado de ánimo”:

«Una tontería que suena muy bien pero técnicamente sin ningún contenido. También se usa en la fibromialgia, y es un poco la ‘panacea’ cuando no saben qué dar, todo ello favorecido por el visitador de turno que lo recomienda porque ‘dicen que va muy bien para…’”, según me cuenta este facultativo.

El uso de los antipsicóticos atípicos, también es preocupante pues se están utilizando de manera generalizada en las demencias seniles (Alzheimer y no Alzheimer), problemas en niños, problemas en adicciones a drogas, etc. a pesar del riesgo cardiovascular añadido que suponen.

Los antidepresivos se están utilizando para “los problemas de la vida” que la cultura popular califica en muchas ocasiones como depresión. Obviamente se recetan los más nuevos y caros y se dejan de recetar los que se van convirtiendo en genéricos. Hay publicaciones que demuestran que no son útiles en estos casos, pero pacientes y profesionales caen en la trampa de pensar que el proceso de mejora de los problemas de la vida se deben al medicamento y no a la normal capacidad de adaptación del individuo.

Consumismo med1La protección gástrica se ha convertido en un “bien de uso general”. Ya es cultura popular, a pesar de que tiene unas indicaciones muy concretas. Se da (y se pide) universalmente, para acompañar cualquier otra medicación. Afortunadamente el más utilizado es el original omeprazol.

Lo mismo ocurre con la prevención cardiovascular:

«Se están dando medicamentos para el colesterol de manera indiscriminada, especialmente en prevención primaria (personas sanas que no han padecido ningún evento cardiovascular), que es precisamente donde se ha demostrado que es bastante inútil, especialmente en mujeres. El clopidogrel (Iscover) se ha venido utilizando fuera de la ficha técnica y “de por vida”, circunstancia pocas veces aceptable, de manera también generalizada, cuando la vieja aspirina, es la indicada en primera línea frente a clopidogrel.

¿Entiende ahora lo de que los más vendidos no salvan vidas? Consumismo farmacológico con consecuencias, sobremedicación, fármacos para no enfermedades. Es el rumbo que ha tomado parte de la medicina hoy.

Más info: En los libros Traficantes de salud y La salud que viene.

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8 comentarios

  1. Buenas tardes, soy farmaceutico y estoy realizando un «mini» estudio sobre los inhaladores más dispensados en una Oficina de farmacia, para tratar enfermedades como el asma, Epoc etc. Alguien me podria ayudar diciendome porquè más del 40% de los medicamentos prescritos por los médicos son sólo el Ventolin, Spiriva y Seretide, siendo estos dos últimos de los diez más vendidos en España, teniendo otras opciones como el Serevent, Pulmicort, Symbicort etc, etc, etc. Seguramente es así por algún motivo médico que desconozco. ¿me podrian ayudar?

  2. ¡Hola, Miguel! Como siempre, una entrada interesante y que da en la línea de flotación del sistema médico imperante en la actualidad: la utilización de fármacos de síntesis como «único medio para lograr la salud«.

    Incluso el sector de médicos con mente crítica que están dentro del sistema (blog «el Supositorio», por ejemplo) dan muestra del descontento del mercantilismo en el que ha caído la Medicina. Denuncian habitualmente el mercantilismo en el que se ha caído.

    Yo hace ya 16 años que no utilizo ningún fármaco ni suelo recomendar otro tipo de «remedios«, y las personas que se acercan mejoran en la evolución de sus dolencias. ¿Cómo es eso posible sin el empleo de la farmacopea exógena? Muy sencillo: estimulando la farmacopea interna. Nuestro Ser es capaz de producir todo aquello que «necesita», con lo que no es necesario practicar por protocolo general una dinámica sustitutiva de sustancias deficitarias por productos de origen externo como forma de estimular la salud.

    Y ahí es donde la Industria Farmacéutica se revuelve de impotencia-rabia (a través del colectivo médico organizado en asociaciones de especialidades, prácticamente todas ellas, de forma muy casual, subvencionadas por la propia Industria) ante la mínima posiblidad de que los médicos sepan cómo utilizar y tengan la posibilidad de sacar partido de los recursos sanadores de la propia persona.

    Pero para que esa posibilidad se dé es necesario, perentorio diría yo, que el profesional esté el tiempo suficiente con el paciente que le consulta su padecimiento. No es suficiente escuchar, estar el tiempo adecuado pero sí es condición necesaria para lograr el resultado final.

    Y tras empatizar con la persona…, ¿qué más puede hacer el médico? Y ahí me decanto por evitar emitir un juicio diagnóstico convencional, dado que la finalidad de compartimentalizar los procesos mórbidos es colocarles una etiqueta que abrirá un camino espedito para la aplicación de un tratamiento a utilizar «en serie» a todas las personas que padezcan la misma «enfermedad».

    Y es que en la Facultad nos enseñan que «no hay enfermedades sino enfermos». Como frase está muy bien… pero, en la práctica diaria ambulatoria (y hasta en los mejores médicos «de pago») hay un desmedido intento de diagnosticar enfermedades en lugar de propiciar estados de salud. La enfermedad es el sujeto más importante de la Medicina, no la Salud. Incluso el propio diagnóstico y el posterior tratamiento se han erigido como unas acciones propias y exclusivas (legalmente) de los médicos, cuando todo individuo puede tener acceso a su propia capacidad sanadora.

    Soy consciente de que me estoy metiendo en un tema que supera el marco de este comentario a una entrada de blog, pero soy una persona con unas convicciones fuertes y que, en la práctica, he visto lo factible de ayudar a las personas no dañándolas con efectos adversos insospechados (o conocidos y ocultados) ni instaurando la marca indeleble de un diagnóstico fatal («de por vida», «le quedan 6 meses»…, o similares) en forma de «tatuaje» que luego es muy difícil borrar de la mente de las personas.

    No, no me puedo callar ante realidades de este tipo, tristemente de candente actualidad.

    Salud para ti y los tuyos.

    1. Silvano, gracias por tu comentario. En los últimos tiempos parece que hay un despertar entre la clase médica sobre eso que tú (te tuteo porque nos conocemos y nos hemos tuteado) con acierto denominas el mercantilismo en el que ha caído la medicina. Éste es evidente y se traduce en daños a la salud de las personas, degeneración de la práctica médica, falta de credibilidad de las instituciones sanitarias, incluso contaminación ambiental pues se generan desechos medicamentosos que acaban contaminando las aguas… que luego bebemos. Es muy importante que los médicos y doctoras que sóis críticos con lo que está ocuriendo (y en torno a este blog hay unos cuantos), que creéis en la Medicina no sólo os posicionéis contra el influjo de los intereses privados en vuestro ámbito sino que os organicéis. Estos días está bastante activa la Plataforma No Gracias de profesionales sanitarios por la ética, es importante juntarse con ellos y aportar o en su defecto crear otras grupos activos.

  3. Estimado Doctor Javier Herráez, corroboré en su comentario las cualidades de interesante y con gusto y gracia, lo que me costaba hace tiempo encontrar seguramente por mi falta de atención, lo lamento. «Eso que usted dice no se investiga, porque la gente tendría que aceptar que inconsciente tiene algo que ver en el proceso de enfermar lo que quiere decir que puede tener algo que ver en el proceso de su curación, da libertad no culpabilidad este maravilloso y tan interesante asunto que llego a entender que poca gente acceda porque es muy loable su actitud de prudencia, que tan falsamente se confunde con temeridad y poca valentía. (Aun cuando pueda necesitar medicación, si la enfermedad se ha instalado orgánicamente y sólo en algunos casos, es imprescindible el psicoanálisis, los catarros se pueden abstener de psicoanalizarse, pero si uno quiere oye…) Mientras el psicoanálisis no sea instalado en el día a día como el ibuprofeno, será muy dificil modificación alguna en la forma de pensar de nuestros simpazantes de esta nuestra sociedad.

    «Quien repita lo hecho jamás lo encontrará»

    Suya. Psicóloga y Psicoanalista.

  4. Plavix, Iscover: Aspirina, perdon Adiro que aspirina no tiene la patente de antiagregante. Aspirina (acido acetil salicílico) es analgésico, Adiro (acido acetil salicílico) es antiagregante. ¿Dosis?: 500, 250, 125… no se.

    Spiriva, ¿y por qué no bromuro de ipratropio?

    Lyrica: ¿es que ya no hay otros fármacos para el dolor neuropático o las crisis epilépticas?

    Cardyl: ¿que ocurre con los omega 3? Hay estudios clínicos.

    Actonel: Ejercicio, sol, calcio de coral, boquerones.

    Seretide: ¿que fue del ventolín?

    Son alternativas.

  5. Estimado Miguel Jara.
    Oir hablar tanto de fármacos me aturde. Fármacos, fármacos y más fármacos. ¿No hay nada más? ¿No se investigan causas de enfermedades? Cuando estudié Medicina no me dijeron que iba a ser farmacoterapeuta. ¿Que hay de las medidas higiénicas?, ¿que hay de la dieta?, ¿existe el ambiente?, ¿Y la prevención? Claro que para prevenir habría que conocer las causas de las enfermedades. ¿Por qué no se conocen?, ¿la ciencia no vale para eso? ¿Y si hacemos un debate?: «las causas desconocidas».
    Me duele la cabeza, será idiopático, me tomaré un «soma».
    ¿Porque me duele la cabeza? Me tomaré otro por hacerme tantas preguntas, yo no debo estar bien.

    «Salud».

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