El decrecimiento sostenible

El discurso del decrecimiento está de actualidad. Su referente internacional es el profesor emérito de Economía en la Universidad París-Sud, Serge Latouche y en España tenemos a Carlos Taibo, profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid. La filosofía del decrecimiento puede resumirse en consumir menos para vivir mejor y además poder vivir todos pues el estilo de vida actual es insostenible desde todos los puntos de vista y por supuesto desde el ecológico. Los recursos se acaban y no dejaremos un planeta Tierra digno para que generaciones venideras puedan habitarlo.

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Decrecer no es volver atrás sino tomar la senda que nos conduzca a la felicidad para el mayor número posible de personas. Consumir no nos hace felices sino todo lo contrario y vivir con menos nos aleja de la presión materialista y nos ofrece más tiempo para nosotros mismos, para pensar y actuar y para realizarnos en un proyecto vital que merezca la pena, auténtico, propio, alejado de artificios y convencionalismos.

Ya estamos experimentando el decrecimiento. De una manera forzosa por la crisis del capitalismo financiero. Se trata de abrir el debate sobre un decrecimiento racional, controlado por las personas y no por la «marcha de la economía», aplicado a todos los orbes de la vida. Repensar nuestros estilos de vida, nuesra relación con el medio natural. Decrecer requiere nuevos modos de organización. Un reparto del trabajo. Vivimos en un modelo económico-social en el que el trabajo (más si es de calidad) es un bien cada vez más escaso. Es necesario repartirlo y revalorizarlo. Por consumir, hasta nos consumimos nosotros mismos trabajando (y consumiendo en los ratos libres) y consumimos a los demás a los que exigimos la misma «productividad«). Decrecer no es empobrecerse es vivir en función de necesidades y no de caprichos.

Un decrecimiento o «A-crecimiento» como el propio Latouche explica en esa entrevista contrapuesto al modelo de «desarrollo sostenible» que el capitalismo ha cooptado para ofrecer más de lo mismo pero con distinto lenguaje.

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8 comentarios

  1. Me parece perfecta la idea de decrecimiento, pero creo que este concepto está siendo promovido por la élite financiera (Rotschild, Rockefeller, J.P. Morgan, etc). Ellos quieren decrecimiento para los demás, no para ellos, para que los recursos del planeta (sus recursos) estén asegurados.
    Eso sí, ellos siguen con su flota de aviones privados, mansiones por todo el mundo y demás riqueza robada a la sociedad mediante la «APROPIACIÓN INDEBIDA LEGALIZADA», consistente en creación del dinero por parte de la élite, prestándolo con interés y no creando el dinero correspondiente al interés. La élite (el sistema financiero) prestan al conjunto de la sociedad 100, y hay que devolverles 105 o 110 (capital + interés), pero como esos 5 o 10 no se han creado, esos 5-10 tienen que salir de los ahorros de la sociedad (si los tienen) o la apropiación de los bienes (fábricas, tierras, tiendas, casas, etc). Todo hecho, eso sí, poco a poco para que parezca que se trata de que los pequeños y medianos empresarios, junto con el resto de la sociedad han invertido mal y son malos gestores.

  2. El capitalismo actual no tiene sentido, todo se basa en consumo incontrolado y en la bolsa, que es especulación. Si no se para no llegamos a ningún sitio.

  3. Ciertamente existe una paradoja sutil en la vida, y esta se relaciona con el sistema de valores que la modernidad y sus sistemas de control implanta a través de las comunicaciones o mejor dicho de los medios, los cuales atiborran el espectro de la humanidad social.

    Yo he tenido la dicha «gracias a Dios» de poder experimentar, esta situación del decrecimiento en lo material y económico, y ello deviene de una particular causa: soy de la media de lo común de los hombres y por ello estaba tan embebido en las teorías materialistas: consumo y bienestar, ambas son desde su esencia contradictorias y superfluas; pero cierto día desperté «literalmente» en crisis: emocional, material, social y hasta espiritual, pues no concebía esa nueva realidad, la cual no tenía ningún maquillaje, los medios y el sistema de cosas y sus valores no podían darme una nueva «forma» para concebir la realidad y a fuerza de acción y de razón, acepte y asumi el reto: confrontar las causas y sus efectos, de modo que fui deconstruyendo aquella gama de superfluos valores que había estado asimilando, consumiendo y desarrollando desde hacía largos años, pero a partir de hace tres años, es decir, cuando se dio el boom de la crisis financiera en Norteamérica descubrí que no necesitaba ni de las tarjetas de crédito, mucho menos de objeto, cosas y estilos de vida que había adquirido sin previo examen o evaluación de efecto e impacto para mi vida y la de mi familia, situación que también dañaba a terceros.

    Por tanto, creo de manera concreta y objetiva que el decrecimiento practicado de manera racional trae consigo beneficios para quienes hacen de ello un estilo de vida, pero conlleva consecuencias nefastas para quienes se aprovechan de ella: el sistema financiero, el mercado voraz y sus valores.

    Por tanto, considero que en la medida que a la gente se le vaya reduciendo o decreciendo de manera controlada y racional sus modelos y valores superfluos de existir, irá reformulando la cobertura de necesidades de manera objetiva, no compulsiva como suele suceder a la gente, ya que si verdaderamente somos racionales debemos generar el equilibrio de adquirir solo lo que necesitamos tomando en cuenta el coste real del objeto a comprar, por ejemplo, cuanto le cuesta a la industria china o la industria en general PRODUCIR un par de calzado, un vestido, un traje, un vehículo automotriz, un enser eléctrico, un ordenador, vaya a saber Usted: no vale ni un quinto, PUES, ELLO, ANTES INCLUSO DE PRODUCIR EL PRODUCTO, HACE DECRECER LA DIGNIDAD Y LA VIDA DE QUIEN CREA REALMENTE EL OBJETO, ES DECIR, UN OBRERO, UNA MUJER, UN ADOLESCENTE, UN NIÑO O UNA NIÑA DE UN PAÍS TERCERMUNDISTA DE ASIA, DE AFRICA o DE AMÉRICA LATINA, YA NO SE DIGA DE LOS INMIGRANTES EXPLOTADOS EN EUROPA Y AMÉRICA DEL NORTE. Gente que no tienen derecho a la salud, a una vivienda digna, a educación, a un salario que sea equitativo conforme al objeto producido con el valor que este objeto tiene en el mercado.
    Ciertamente es imperativo y preciso DECRECER para que la vida tenga sentido, pero también hay que reconocer que es una tarea a largo plazo y además titánica, porque se sufre y se guerrea contra unomismo y con el sistema, al cual hay que buscarle sus debilidades y poner en práctica nuestras fortalezas y aptitudes…

    Pero mi corta experiencia me hace recordar, que no es la primera ni la última crisis existencial de la humanidad sobre la base de la economía, que ya otros lograraon vencer, pues, se impusieron a estas tramas que hoy día se le denomina capitalismo, el cual no puede existir sin nosotros y nosotras, por lo tanto, hay que buscar en la historia, ya que ahí estan como las claves que desifran el presente y previenen el futuro, es algo así como lo de las vacas gordas y las vacas flacas.

    Gracias por el espacio y me parece bueno el video de la entrevista, es posible que existan mejores planteamientos, desgracidamente no los he visto, por eso parto de mi experiencia.

  4. Es cierto que es insostenible y que el único camino alternativo es el estilo de vida naturista, aunque siempre lo fue y el actual materialismo una ilusion pasajera, el estilo de vida es fundamental tambien para preservar la salud física, mental y espiritual, ademas de la economía… saludos.

  5. Interesante, el decrecimiento, pero creo que es bastante insuficiente en sus teorías y análisis.
    Hubo un debate hace poco en Madrid, entre Latouche y Felix Rodrigo, en el que éste último, le expuso estas insuficiencias, de forma magistral, creemos.
    Video del evento: http://vimeo.com/31087821

    Texto de Félix para la ocasión, muy interesante: http://es.scribd.com/doc/70124973/REVOLUCION-INTEGRAL-O-DECRECIMIENTO

    Saludos y gracias por exponer el tema este.

  6. Muy agradecido por colgarnos este documento. Carlo Taibo es el primer teórico informado y formado, comprometido y coherente, que he tenido el gusto de conocer, en mi caso en una charla que dio desinteresadamente en la calle, en el pueblo de Cercedilla, a todo aquel que quiso acercarse, sin pedir nada, sin esperar nada a cambio, sólo por el placer de dar lo que se tiene. Para mí un teórico del «cambio de conciencia práctico» que muchos ya vemos en nuestras mentes, pero que él sabe plasmar en la palabra para que comprendamos, entre otras cosas, que no estamos solos en estas ideas. Debe ser un profesor exelente.

    Nos habla de dejar de una vez «supersticiones«: creencias erroneas que hemos ido adquiriendo en el mundo de la mente que hasta ahora ha sido preponderantemente interesada o egótica. Explica perfectamente que el decrecimiento «económico» nada tiene que ver con el personal sino todo lo contrario: es el único camino para enriquecernos humanamente. Dejar de enriquecer económicamente a unos pocos para cambiar el mundo. El error ha sido identificar mercado con humanidad, no digo economía que es una teoría también prostituída por la avaricia del ego. Creo que las primeras industrias a clausurar, imprescindible porque no son necesarias para este cambio, son la militar y la publicitaria. Publicidad tiene que ver mucho con control, o es control, control del consumo. Y se trata de dejar de lado el consumo «innecesario», en pos de uno racional, humano y suficiente.

    Los caminos a emprender: el desarrollo de los servicios a la sociedad y a la naturaleza, y la consecuente disminución del trabajo, por la abolición de la necesidad de sobreproducir bienes absurdos, son necesrios.

    No se trata de abolir los valores, sino de cambiar el Baremo. Desechando los menos importantes y poniendo en su lugar los que lo son pero que ahora están discriminados por la «publicidad» que utiliza el sistema imperante.

    La mayoría social de la que habla la entiendo como la masa crítica necesaria de gente que pensemos igual.

    Podemos resumir lo dicho con que reducir el consumo es sinónimo de más felicidad y, aunque con la crisis nos están dando la oportunidad de experimentarlo, si no lo entendemos podemos experimentar algo muy desagradable. Permitir que se instaure ese Darvinismo Social Militarizado que ya se está queriendo implantar. La desaparición del humanismo en suma.

    Aunque como entendedor humilde de filosofía china creo que el máximo yin no retornará hasta que no veamos ante nuestras narices al máximo yang, que no queremos pero que es tan necesario para que se de la transmutación.

    Saludos.

  7. Como el mismo Taibo indica en la entrevista el decrecimiento asusta. Menuda palabreja esta. Oficialmente nos cuentan que sin crecimiento solamente hay miseria. De hecho estamos en una crisis de crecimiento con efectos negativísimos.
    Los primeros que deberíamos invertir la bondad del término somos quienes lo pronunciamos. Evitemos pronunciarlo más. A partir de ahora desarrollo en toda regla. Porque eso es el decrecimiento.

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