Interpol, la policía mundial, ¿al servicio de la industria farmacéutica?
Con dos días de diferencia se han producido dos publicaciones en medios de relevancia que aluden al tema de la falsificación de medicamentos. Todos los medicamentos son susceptibles de ser falsificados o adulterados, desde antibióticos, antiparasitarios y anticonceptivos, hasta las complejas drogas contra el VIH/sida y el cáncer, que se venden por toda clase de canales, incluido Internet. Ya he escrito alguna vez en este blog sobre El marketing del miedo con los fármacos falsificados. Y el libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo contiene un capítulo titulado Tecnología espía. El observador global, que explica en profundidad estas estrategias para impulsar tecnologías de control mediante el marketing del miedo.
El primer reportaje al que me refiero se titula Alarma por el lucrativo negocio de falsificar medicamentos y lo publica el diario colombiano El Tiempo (lo firman dos personas que conozco pues hace unos años estuve en la sede del diario dando una conferencia sobre medicamentos e industria farmacéutica). Que es un peligro para la salud pública traficar con medicamentos de manera ilegal. Sí, claro, si lo es traficar con medicamento de manera legal que es lo que cuento en mi primer libro que ocurre…
Según las autoridades colombianas, entre los más fármacos más falsificados en los últimos años están: anticonceptivos como el Diane 35 y Mesigyna; antibióticos como el Meropenem; analgésicos narcóticos como el fentanilo, y productos biotecnológicos como Mabthera, Ultiva y Mirena.
Y entre los que más contrabando se hace con ellos: los dos primeros, Yasmin y Neogynón; antihemofílicos, como el factor VIII; biotecnológicos como el Humira e incluso fármacos para la impotencia, como Levitra.
Si queréis saber porqué he escrito ese comentario sobre tráfico legal & ilegal de medicamento leed lo que publico bajo el título ¿Podría sobrevivir España sin paracetamol? Fármacos peligrosos, los más vendidos y veréis que algunos nombres coinciden con los citados por el Gobierno colombiano.
El segundo reportaje sobre este fangoso asunto de la falsificación de medicamentos lo ofrece la revista on line francesa Mediapart. Va muy en la línea de lo que yo escribí al respecto y por la misma causa: Hipocresía, Interpol y Big Pharma. Su traducción me la hace llegar el especialista en políticas sanitaria Francisco Rossi también desde Colombia. Comienza así:
Interpol, la organización policial mundial ¿está al servicio de los intereses privados de los gigantes de la industria farmacéutica? El tema se convirtió en altamente sensible desde el anuncio en marzo de 2013 de un acuerdo de asociación de tres años entre la policía internacional, con sede en Lyon, y los líderes de veintinueve empresas farmacéuticas. En el centro de este debate: 4,5 millones de euros fueron pagados por la industria a la Interpol para intensificar la lucha contra el tráfico de medicamentos falsificados. No hay nada malo en principio: los medicamentos falsificados son un flagelo que causa miles de muertes cada año, principalmente en los países en desarrollo.
El problema es que este acuerdo adopta una definición única de “medicamentos falsificados” a pesar de que no hay consenso ni ninguna ley o regulación internacional que defina claramente esta categoría, ni las falsificaciones. Por el contrario, los gigantes farmacéuticos mundiales, europeos y grupos privados estadounidenses realmente están atacando como nunca los medicamentos genéricos producidos por los países del Sur. De ahí la pregunta: Interpol, al suscribir este acuerdo, ¿se acomoda a los intereses privados en temas de propiedad intelectual y patentes en detrimento de los problemas de salud pública?”.
El apoyo financiero de la industria farmacéutica y el soporte técnico a una organización policial sin duda podrían ahorrar miles de víctimas de los medicamentos letales. ¿Pero no es la defensa a ultranza de las patentes de los laboratorios, la que impide el acceso a medicamentos genéricos a bajo costo?
En suma, la industria quiere quitarse de enmedio competidores como las mafias que trafican de manera ilegal con sus medicamentos de marca. Es hipócrita pues esta industria no sólo persigue los genéricos sino que oculta que sus medicamentos legales causan también miles de muertes cada año (el laboratorio Roche podría ocultar 15.161 muertes por sus fármacos) y siempre intenta evitar sus responsabilidades ello. Una Interpol honesta y coherente no lo tendría fácil.
Referente a los fármacos y sus muertes, da igual que sea genérico, o el original .Qué mas da,? Si vd se lleva a sus manos un prospecto de cualquier producto farmacéutico, se de otc, de receta, etc, es un periódico de advertencias ,contraindicaciones, y siempre dice consulte a su médico, el pobre médico que va a recetar? agua? y también tiene sus efectos secundarios.La industria farmacéutica y su marketing es lo mas perfecto que hay, saben vender, sino dime si no es ser inteligentes el poder vender productos que ya te advierten los peligros que hay. Luego están los tarugos, las bonificaciones a las farmacias.En fin , que esas muertes anónimas seguirán ,porque si se hiciera un seguimiento de la gente mayor que se muere por los fármacos nos llevaríamos las manos a la cabeza.Es igual que el apiretal ,no hay casa con niños que no tengan 2 ó 3 frascos , se ve que es la panacea, en cualquier momento de fiebre … a endiñarle unos cuantos cuentagotas.En fin,que no tiene arreglo y no se puede hacer seguimientos de nada, estamos con las manos atadas.Pasa igual que con la coca-cola light y otros derivados, el excipiente, bueno los edulcorantes, porque lleva cuatro o cinco, lean un poquito lo que hay en internet de estos edulcorantes.
A mi ya nada me sorprende.