El pelotazo de Sanidad y Farmaindustria está en manos de la Abogacía del Estado
Antes de las fiestas navideñas publicamos el post El Ministerio de Sanidad recula y deja sin regalo de navidad a Farmaindustria a cuenta de los medicamentos de hospital. Se avecinaba un pelotazo por el que Sanidad quería darle a los laboratorios un nuevo mercado, el de los fármacos que se hacen dentro de los hospitales. Pues bien, llegan noticias inquietantes.
Las publica El Global, periódico en la órbita de Farmaindustria, bajo el título de La Guía de manipulación abre un nuevo conflicto. Explica que la aprobación de la Guía de buenas prácticas de preparación de medicamentos en servicios de farmacia hospitalaria que está en el centro de la polémica, “espera de un dictamen jurídico de la Abogacía del Estado“.
En cierto modo es normal que la Administración sanitaria recurra a los abogados del Estado para que estudien el caso a fondo. Lo que llama la atención es que lo haga ahora; se supone que ya tenía que estar analizado jurídicamente el asunto. También es chocante la postura de la Agencia, más que nada es que no queda clara.
La sensación que transmite es que como las comunidades autónomas no han querido el texto propuesto se lo envía a los abogados estatales para que le den vueltas y lo cocinen al gusto. Lo preocupante es que como venimos explicando, ese gusto es el de la patronal de los medicamentos.
¿Cual es la consulta exactamente que han hecho a la abogacía del Estado? No se sabe, falta transparencia. ¿Por qué no llevan al Parlamento el documento de recomendaciones?, se preguntan en la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
La verdad es que los abogados de la Administración tienen para estudiar mucho y bien pues hay conceptos legales difusos y leyes que presentan contradicciones. Por ejemplo, Farmaindustria siempre defiende el tema de la propiedad intelectual e industrial pero en formulación magistral de medicamentos (algo que se hace de manera habitual en los hospitales) no existe el concepto de patente.
Si se aplica en rigor la definición de fórmula magistral NO podrían fabricarse lotes de algunos productos, por lo que no se podrían realizar controles de calidad sobre estos medicamentos, lo que iría en contra de la seguridad del paciente y de todas las directivas internacionales incluida esta.
La última frase del texto que publica El Global, “… la seguridad jurídica para sus productos y las necesidades de los pacientes“, expresa cierto cinismo pues la industria que cita no comercializa en España un montón de productos para pediatría, por ejemplo.
La razón es sencilla y demuestra que “las necesidades del paciente” en ocasiones importan muy poco: no saldría rentable una furosemida o un midazolam en jarabe. Al menos para sus cuentas y sus parámetros. En los hospitales, dichos medicamentos se hacen por litros sin que ello preocupe gran cosa a la industria.
En el artículo que comentamos también se hace referencia a reacciones adversas producidas en los hospitales con medicamentos hechos en ellos. Parece una vieja excusa. Muchos productos de la industria “tienen” que ser manipulados para ser administrados al paciente. En ese caso la responsabilidad es claramente del farmacéutico hospitalario que se encarga de la manipulación. El pasado verano un tribunal dictó condena de cárcel a una farmacéutica y varias enfermeras por un error en la preparación de citostáticos que provocó la muerte de un joven.
No sabemos pues qué harán los abogados públicos pero lo que NO pueden hacer es coger documentación internacional, retorcerla a su gusto y satisfacer los gustos de una industria privada, que es lo que se ha intentado hacer hasta ahora.