Foto José Antonio
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Un juez obliga a la Agencia de Medicamentos a aportar copia de la vacuna que pudo matar a Álvaro

Hace una semanas os comentábamos que hay bebés que han muerto por los presuntos daños causados por vacunas. Uno de ellos se llamaba Álvaro y sus padres están luchando en los tribunales de Justicia para encontrar la verdad. Un juez obliga ahora a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) a entregarles copia de la vacuna sospechosa para estudiarla.

La  investigación del fallecimiento de Álvaro está liderada por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Mérida (Extremadura-España). Álvaro murió con 19 meses de edad a consecuencia (en un principio) de una encefalitis aguda que posteriormente ha sido diagnosticada (de nuevo) por el Instituto de Medicina Legal (IML) de Badajoz como encefalopatía. El origen de la misma está por determinar pero todas las sospechas recaen de manera directa sobre la partida vacunal administrada al bebé  el 25 de mayo de 2013.

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José Antonio Narváez, padre de Álvaro y portavoz de la familia.

La familia denuncia las causas de lo que considera “demora-obstrucción de la instrucción judicial”:

Las instituciones sanitarias y científicas competentes NO FACILITAN LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL. Es triste decirlo. Aun cuando se trata de un asunto de especial trascendencia para la salud pública, para la Comunidad y para la ciudadanía.

Ninguno de los centros de investigación científica a los que nos hemos dirigido judicialmente ha cumplimentado el estudio sobre la encefalopatía postvacunal solicitado judicialmente”.

Todos hasta la fecha se resisten a abordar el estudio postvacunal. ¿Por qué? El Instituto de la Salud Carlos III (a través del Área de Virología del Centro Nacional de Microbiología) descartó en un primer informe, a instancia judicial, todos los agentes externos de una encefalitis.

Con posterioridad fue requerido (por segunda vez) para estudiar la causa postvacunal pero no quiso continuar con la investigación iniciada, negando su competencia jurídica (en un segundo informe) y aduciendo que el estudio postvacunal que le pedía el Juzgado era un asunto de la medicina legal y forense.

Invocó además -continúan estas personas- consideraciones peregrinas, algunas de ellas totalmente confusas-engañosas para los destinatarios del informe (el Juzgado y la familia afectada). Gracias al Juzgado de Instrucción seguimos investigando y es ahora el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCCFF) de Sevilla quien nos da respuestas confusas, claramente peregrinas, informando una y otra vez de lo que ya sabemos por vía del IML de Badajoz, y de nuestros peritos, que “no es ni ha sido una encefalitis” vírica. Pero no nos dicen qué ha sido. Es lamentable”.

Es destacable que el Instituto de Medicina Legal de Badajoz ha informado expresamente que debería realizarse el estudio postvacunal. Sospecha directamente de que la encefalopatía que ha diagnosticado (en el segundo informe) como causa inicial del fallecimiento, pudiera tener origen en las vacunas administradas a Álvaro.

Esta familia extremeña se hace muchas preguntas que las autoridades sanitarias parece que no quieren responder:

¿Por qué no quieren investigar la causa postvacunal? Es un asunto que podría mejorar la salud publica y evitar tragedias a otras familias; puede ayudar a otros bebés. deben despejar nuestra insistente sospecha. ¿Por qué los profesionales de los que era paciente mi hijo en el Centro de Salud San Luis de Mérida no han notificado la sospecha de reacción adversa a la vacuna después de nueve meses? Nosotros como padres sí lo hicimos, cumplimos con nutra obligación ciudadana. Ellos no y es su obligación”.

A pesar de los obstáculos intencionados, la familia de Álvaro no pierde la esperanza. Más si cabe cuando la Agencia del Medicamento y Productos Sanitarios por fin ha remitido al INTCCFF de Sevilla las copias de seguridad de la vacuna Infanrix IPV+Hib, para despejar la sospecha y proceder al estudio postvacunal, si nuevamente (por tercera vez) lo acuerda el Juzgado de Instrucción. Falta ahora por requerirles judicialmente la vacuna Prevenar 13, administrada al bebé junto a la anterior.

Mientras la familia continúa preguntándose:

¿Podremos saber algún día qué le pasó a nuestro hijo? ¿Qué pudo provocar la encefalopatía diagnosticada a nuestro pequeño?

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9 comentarios

  1. HOLA A TODOS! Ánimo a todos por intentar que nuestros hijos tengan un salud mejor.
    Soy madre de una niña que ahora tiene tres años la cual està viva gracias a un milagro.
    Mi hija cogió la tos ferina con dos meses, justo una semana después de su vacuna ingresaba en un hospital al borde de la muerte.
    Los médicos nos hicieron creer que la vacuna no le había dado tiempo ha inmunizar a la pequeña y por eso había cogido la enfermedad.
    Ahora y después de leer mucho me he dado cuenta que seguramente fue la vacuna la cual le provocó dicha enfermedad.

  2. Pues ya va siendo hora de que los expertos de la Agencia se den cuenta que esto es muy serio, mucho más de lo que ellos piensan. Que hasta ahora han estado muy tranquilos, trabajando desde la Agencia en beneficio de la industria pero pagados con dinero público y utilizando después las correspondientes puertas giratorias. El que más y el que menos sabe latín, no son tontos y se dan cuentan que valen más por lo que callan que por lo que podrían concluir en los informes si los hicieran bien. A esta gente de la Agencia les interesa la infranotificación y/o que se notifique mal. Con escasa notificación se trabaja menos y los datos no serán suficientes para concluir un resultado con significación alta; si se notifica mal, lo mismo, faltarán datos de consideración y el estudio quedará descafeinado, sin poderse concluir nada de interés. Esta forma de trabajar beneficia descaradamente a las compañías farmacéuticas, en detrimento de la protección de la salud de los ciudadanos.

  3. Ánimo a esos padres que sigan luchando por esclarecer la verdad.
    Es una vergüenza lo de las farmacéuticas y cómo son tapadas sus barbaridades

  4. José Antonio Narváez.

    Como padre de Álvaro, quiero manifestar públicamente que sólo buscamos conocer la causa del fallecimiento de nuestro pequeño. Creemos que es un derecho que difícilmente se puede cuestionar o negar.

    Creemos, al igual que los expertos a los que desde hace meses venimos consultando, que el estudio postvacunal de nuestro pequeño puede ayudar a otras familias, puede ayudar a otros niños, podría contribuir a mejorar la salud pública, ayudaría a la comunidad.

    Nunca hemos buscado responsabilidades penales, ni nuestros sentimientos son esos. Sinceramente. Creemos en la bondad de los profesionales de los que era paciente nuestro hijo.

    Sólo queremos saber científicamente qué le pasó a nuestro hijo. Qué pudo provocar la encefalopatía mortal. Lo hemos perdido para siempre, lo aceptamos. Pero creemos que su pérdida puede AYUDAR a evitar nuevas tragedias. Es esto lo que moralmente nos motiva a seguir buscando la verdad.

    Un abrazo.

    1. Ánimo José Antonio.

      Es un escándalo que las notificaciones de efectos adversos no solo no se hagan si que sea peligroso hacerlas. Una gran cantidad de reacciones adversas no se manifiestan o detectan hasta unos 18 meses de la entrada del medicamento en el mercado.

    2. Muchas gracias Jose Antonio, por tus esfuerzos, por tu tiempo y dedicación para intentar que vuestra tragedia no vuelva a repetirse en otro hogar. En cierto modo, siento que también luchas por mi pequeña Belén. Como bien dices, tu pérdida ya es irrecuperable, por desgracia, pero tu lucha y tu tesón para que se investigue y se realice el estudio post-vacunal de Álvaro, puede ayudar a muchos otros niños. Änimo, Jose Antonio. Un abrazo para Ana y de nuevo en nombre de Belén y de miles de otros niños.

  5. Es lo que digo ¿como sabes que la dosis que te toca contiene lo que dicen que contiene? las garantías de esta gente que “nos cuida” siempre son ajo y agua.

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