Documentan que la fruta es más saludable si la comemos de temporada y de proximidad
Lo hemos oído o leído en muchas ocasiones: alimentarnos con vegetales de temporada y producidos en las proximidades de donde vivimos es más saludable (y añado yo que si son ecológicos mejor). Pero no sabíamos porqué. Ahora varios estudios científicos realizados en nuestro país lo fundamentan. Os lo documento y explico.
¿Qué es bueno o perjudicial para nuestra salud en cuestiones de alimentación? Pues no sólo lo que comemos también tienen influencia la proximidad y la estacionalidad de los alimentos, es decir, el cuándo lo comemos. Pero, a pesar de que la percepción de la mayoría de consumidores respecto a los alimentos de proximidad es que son productos más sanos y saludables, hasta ahora no se ha hecho ningún estudio científico que demuestre que el consumo de fruta de proximidad tenga unos efectos más beneficiosos que la de procedencia lejana o fuera de temporada.
Una investigación del grupo de Nutrigenómica de la Universidad Rovira i Virgili (URV) muestra cómo el consumo de cereza y de uva ayuda a las neuronas a reconocer más eficientemente las señales químicas que, como la leptina, modulan el hambre y el metabolismo de las grasas.
Este trabajo pone de relieve por primera vez cómo la señalización de la leptina en estas células del cerebro se produce de manera diferente en función de la estación del año en la cual se consumen las frutas.
Los autores de estos estudios consideran que los resultados obtenidos son una consecuencia directa del contenido específico de compuestos fenólicos que tiene cada fruta en función del área geográfica donde se han producido, de las condiciones de cultivo utilizadas y del estado de madurez en que se han cosechado.
Los investigadores creen que las personas tenemos la capacidad evolutiva de “reconocer” (desde un punto de vista bioquímico) el contenido y la concentración de compuestos fenólicos de los alimentos que comemos.
El consumo de fruta de temporada y proximidad repercute directamente en una mejor adaptación al medio donde vivimos y, en consecuencia, modula el reloj molecular de nuestros órganos más importantes en armonía con el entorno donde nos encontramos.
En cambio, el consumo de fruta de procedencia lejana nos manda señales del área de donde proviene, pero no de la nuestra, de manera que genera una discrepancia entre las señales bioquímicas indicadas por estos compuestos fenólicos y las condiciones reales de nuestro entorno.
Para llevar a cabo estas investigaciones, se han usado frutas locales de diferentes épocas del año seleccionadas específicamente por su alto contenido en compuestos fenólicos (polifenoles) como la uva o la naranja de la temporada de invierno y la cereza o el albaricoque de verano.
Además, los investigadores han utilizado unas ratas muy especiales, llamadas Fischer 344, que se caracterizan porque son muy sensibles a los ciclos de luz/oscuridad. Así, han podido reproducir en el laboratorio las condiciones de luz y oscuridad características de los meses de invierno (seis horas de luz y 18 horas de oscuridad) y de verano (18 horas de luz y seis horas de oscuridad) para estudiar el efecto de estas frutas sobre la adaptación fisiológica y metabólica de los animales a cada estación del año.
Como concluyen los autores de estos trabajos:
Aunque la importancia fisiopatológica de estos resultados requiere más investigación, nuestros hallazgos podrían contribuir a resaltar la importancia del consumo de frutas de temporada para mantener una salud óptima».
Os dejo las referencias bibliográficas completas de estos trabajos:
Mariné-Casadó R, Domenech-Coca C, del Bas JM, Bladé C, Caimari A, Arola L. Cherry consumption out of season alters lipid and glucose homeostasis in normoweight and cafeteria-fed obese Fischer 344 rats. J Nutr Biochem 2018.
Ibars M, Aragonès G, Ardid-Ruiz A, Gibert-Ramos A, Arola-Arnal A, Suárez M, Bladé C. Seasonal consumption of polyphenol-rich fruits affects the hypothalamic leptin signaling system in a photoperiod-dependent mode. Sci Rep. 2018; 8:13572.