Nueva reacción adversa de las vacunas Covid-19 de Pfizer y Moderna: daños en el corazón
Miocarditis y pericarditis. Se trata de inflamaciones en el corazón o en la membrana que lo rodea y vienen acompañadas de un fuerte dolor. Son las nuevas reacciones adversas de las vacunas Covid-19 de Pfizer y Moderna. Por el momento se han registrado pocos casos y son afecciones menos graves que las trombosis vinculadas a las vacunas de AstraZeneca y Janssen, pero comienzan a investigarse porque no aparecieron en los ensayos clínicos que hicieron esas farmacéuticas.
Una de las alertas, de los varios casos que se están estudiando en todo el mundo, la ha dado la Revista Española de Cardiología con su análisis de caso Miocarditis aguda tras administración de vacuna BNT162b2 contra la Covid-19, publicado el pasado 13 de abril.
El artículo científico comienza indicando que
las reacciones adversas a las vacunas son generalmente banales, pero se han descrito casos de miopericarditis tras su aplicación. Por otro lado, se han publicado recientemente diferentes casos de miopericarditis relacionados con la infección por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave de tipo 2 (SARS-CoV-2)”.
A continuación se describe el caso de un paciente varón de 39 años, médico de profesión. En los últimos meses, se había realizado varios cribados mediante PCR y serología para la infección por SARS-CoV-2, todos ellos negativos.
Siguiendo el programa de vacunación contra la Covid-19, se le administró la primera dosis de la vacuna BNT162b2, la de Pfizer-BionTech, sin que padeciese reacciones adversas relevantes.
A las seis horas de la administración de la segunda dosis de la vacuna, 21 días después de la primera, comenzó con fiebre persistente de más de 38°C, que se trató con antitérmicos.
Con posterioridad, manifestó dolor torácico e interescapular intermitente, que persistió varias horas sin que la analgesia convencional lo aliviara, por lo que decidió acudir a Urgencias.
Con la sospecha diagnóstica de miopericarditis aguda, se instauró tratamiento antiinflamatorio y el paciente quedó asintomático. No obstante, se decidió su traslado a un hospital de tercer nivel de referencia para continuar el estudio.
Finalmente, esta persona presentó buena evolución clínica, con resolución de los síntomas, y se le dio el alta tras seis días de ingreso. El artículo explica:
Dada la evidente relación temporal entre el proceso de vacunación y el desarrollo del cuadro clínico, habiéndose excluido otras afecciones cardiológicas agudas, se propone este cuadro de miocarditis aguda como una reacción adversa a la vacuna BNT162b2″.
Aunque no se establece causalidad, hay numerosos casos descritos de miopericarditis en relación con la administración de diferentes vacunas, como se recoge en el sistema de reportes de efectos adversos de vacunas estadounidense (VAERS).
Así, de 620.195 efectos adversos comunicados, 708 (0,1%) se describen como miopericarditis. Sin embargo, esta afección NO se recoge en el estudio de seguridad de la vacuna BNT162b2 y, como explican estos investigadores:
las reacciones adversas descritas son de la esfera cardiovascular: casos aislados de síndrome coronario agudo, fibrilación auricular, extrasistolia ventricular y parada cardiaca (< 0,05%)”.
Diferentes autores describen una posible relación entre la infección por SARS-CoV-2 y el desarrollo de afecciones autoinmunitarias a través de un mecanismo de mimetismo molecular y reacción cruzada. Se propone que estas reacciones se podrían desencadenar también después de la vacunación, sobre todo en individuos genéticamente predispuestos.
Estamos en lo que tantas veces hemos comentado, que nadie sabe si está genéticamente predispuesto pues no nos hacen un estudio previo a la vacunación…
En este caso, en un paciente con antecedentes personales de asma bronquial, hipotiroidismo autoinmunitario y gastritis crónica atrófica,
se plantea la hipótesis -cuentan estos científicos- de que la vacuna haya podido ser el desencadenante de una reacción autoinmunitaria manifestada como miocarditis aguda”.
En conclusión, se presenta un caso de miocarditis aguda tras vacunación contra SARS-CoV-2 en el que destaca que “es el primer caso publicado como reacción adversa a esta vacuna”.
El científico estadounidense Eric Topol considera necesario comenzar una investigación:
Es hora de controlar la frecuencia y determinar el mecanismo”.
Lo dice porque se han producido una serie de casos notificados por diversos médicos como respuesta al tuit del cardiólogo Suhail Allaqaband, del Aurora St. Luke’s Medical Center de Wisconsin, en el que hablaba de un caso ocurrido en su hospital: un chico de 18 años vacunado con Moderna que sintió “dolor de pecho muy agudo” dos días después.
Así, además de este, se registraron otros ocho casos en Doha (Qatar), un joven de 26 en Portland (Estados Unidos), dos chicas estadounidenses de 20 años y un joven de 19 en Israel.
Todos estos casos también se produjeron días después de recibir la segunda dosis de Pfizer/BioNTech o Moderna. Así que el conjunto conforma una nueva alerta sanitaria que ahora habrá que estudiar.
Llama la atención que esto no se detectase en los ensayos clínicos que hicieron las farmacéuticas. Será porque se hicieron a toda velocidad y duraron muy poco tiempo. O puede ser que Pfizer o Moderna conocieran ese posible daño pero no lo publicaron.
Eso no lo sabremos por otra de las cosas que advertimos desde hace años, que los resultados en bruto (el total de datos) no se publican. Lo que sabemos sobre estas vacunas (y en general sobre todos los medicamentos y productos sanitarios) son los resúmenes interesados que divulgan en revistas científicas “de prestigio” los fabricantes. Márketing en vez de Ciencia.
Así, sin que investigadores clínicos independientes puedan revisarlos para conocer en realidad si son eficaces y seguras, es IMPOSIBLE estar bien informados.
Gracias Miguel, una vez más, por sus informaciones. Es muy grave lo que pueda ocurrir sin que casi nadie lo advierta. El muro de silencio es muy potente, pero la vida de las personas debe ser lo prioritario, por encima de los manejos del mercado. Una sociedad informada sería una sociedad formada y eso choca con los intereses económicos y políticos. Saludos