Vacunan del papiloma humano a los niños sin escuchar a las mujeres dañadas por el producto
Los fabricantes de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) llevan años haciendo lobby -presionando- para que las autoridades sanitarias, además de a las niñas, formentan la vacunación de los niños. Sus razones podéis encontrarlas ampliamente difundidas en la prensa. Nosotros hemos preguntado a la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP) que tiene otra versión.
La presidenta de la AAVP es Alicia Capilla y ella nos cuenta que antes que se tomase la reciente decisión de usar esa vacuna también en niños,
el Servicio Canario de la Salud (SESCS), nos pidió formar parte en la elaboración de un informe de Evaluación de Tecnologías Sanitarias sobre el coste-efectividad e impacto presupuestario de la vacunación frente a VPH en adolescentes varones”.
Le solicitaron que les enviara -el SESCS ha sido la institución encargada de estudiar si vacunar a niñas además de a niñas– un informe y Alicia se lo envió el 29 de abril de 2019.
En dicho trabajo expuse que nuestra asociación ha estado luchando desde sus inicios para que se reconocieran los efectos adversos que hemos padecido y seguimos padeciendo después de haber recibido la vacuna del VPH.
También para que se informe a los ciudadanos, no sólo de los beneficios, sino también de los riesgos y que las afectadas reciban atención sanitaria digna y adecuada.
En todos estos años no hemos logrado que esta situación de desolación y abandono mejore”.
Por este motivo expusieron que antes de ampliar la vacunación a los varones, si se estimase oportuno el coste-efectividad de la medida, se debería de resolver cómo actuar ante los efectos adversos para evitar males mayores.
Después argumentaron porqué creían que el coste-efectividad no era favorable desde su punto de vista.
Plantearon incluso otras medidas que sí podrían ser coste-efectiva:
dispensación de preservativos, educación sexual y en el caso de las mujeres reforzar las campañas de cribado.
Esto sobre todo en población femenina de riesgo, ya que precisamente el mayor número de fallecimientos por cáncer de cérvix se produce en mujeres que nunca se habían realizado una citología.
También expusimos una serie de preguntas -comenta Capilla- que nunca nos contestaron:
¿Se han realizado ensayos clínicos con varones? ¿Qué estudios se han realizado para determinar la eficacia en este colectivo? ¿Quién los ha realizado? ¿Tenían conflicto de interés? ¿Por qué no está actualizada la ficha técnica para incluir a los varones?”.
Finalmente, consideramos que no es lo mismo hacer una recomendación que aprobar la implantación de una vacuna en el calendario de vacunaciones de un país, en el caso concreto que nos ocupa, España”.
Cuando se aprueba la comercialización de una vacuna o cualquier otro medicamento se hace en base a unos ensayos clínicos con población diana. Desde la asociación de preguntan: “¿Cómo se puede recomendar una vacuna sin dichos estudios?”.
No estamos tratando sobre algo inocuo. La vacuna VPH, como cualquier medicamento, tiene efectos adversos, como queda recogido en su ficha técnica, literatura científica y bases de datos de reacciones adversas de varios países.
Por tanto, si queremos actuar con rigor científico y con responsabilidad, no se puede extender la vacunación a los hombres sin conocer el impacto que puede tener en los mismos.
No podemos movernos con suposiciones, sino que hay que considerar lo que se ha probado o testado, al menos mediante ensayos clínicos“, argumenta Capilla.
Raquel, la hija de Alicia, fue uno de los primeros casos de daños por esta vacuna notificados en toda Europa (en el > llevamos los litigios).
Dice que “la prevención de infección no es total con esta inmunización, ni para los varones ni para las mujeres, ya que no existe ninguna vacuna en el mercado que prevenga todos los virus”.
Por ello, cree que al menos la población debería ser informada debidamente:
Creemos que es fundamental analizar los costes producidos por enfermedades que aparecen después de la vacunación
(…) para ello -continúa- la única manera sensata es reconocer los efectos adversos, ya que hasta ahora se han ignorado, minimizado e incluso se ha culpabilizado a las afectadas por padecerlos”.
Y hay que hacerlo con estudios epidemiológicos independientes, sin sesgos. Difícilmente se puede realizar esta tarea exitosamente si la vigilancia de los efectos adversos la realiza la compañía farmacéutica fabricante.
Ellas y la Agencia Europea de Medicamentos, que recibe financiación de las compañías farmacéuticas.
El balance beneficio-riesgo de esta práctica debe realizarse con estudios independientes, con una farmacovigilancia activa y por el momento hay serias dudas de que esto se esté realizando con honestidad y responsabilidad.
Aunque se pretenda ignorar los efectos adversos, estos continuarán existiendo y por ello hay que luchar para minimizarlos y establecer mecanismos para detectarlos cuanto antes.
La Asociación propuso al Ministerio de Sanidad que se crease un protocolo de actuación basado en:
–Información a los ciudadanos y al profesional sanitario, no sólo de los beneficios, como se ha venido realizando, sino también de los posibles riesgos.
–Reconocimiento de los efectos adversos, para poder investigarlos y tratarlos, y en tercer lugar, reforzar la labor de farmacovigilancia, realizando seguimiento individualizado de los efectos adversos, así como estudios epidemiológicos en nuestro país.
Hasta ahora no sólo se ha ninguneado a nuestro colectivo, sino que se ha actuado con mala praxis y con absoluta dejadez, ya que se ha estimado más oportuno ignorar el problema que actuar con responsabilidad, dejando a las víctimas en una situación malísima.
El no querer reconocer un problema incapacita a las autoridades sanitarias e incluso a la compañía farmacéutica para dar una solución al mismo.
Esto ha sido un grave error.
Se tiene que cambiar de política, ya que de lo contrario puede repercutir en la confianza ciudadana de esta vacuna, e incluso el de otras, como creemos que ya está ocurriendo”, mantienen desde el colectivo de afectadas.
Capilla termina contando que el año pasado -en 2021- se pusieron en contacto con dicho organismo para ver cuál había sido las conclusiones:
Nos dijeron que con el tema de la Covid, se había retrasado. Nunca nos llegaron las conclusiones de aquel informe…”.