La estrategia de Farmaindustria para hacerse con el mercado de los medicamentos de hospital

Como hemos publicado, el Ministerio de Sanidad español parece esforzarse por hacerle un gran regalo navideño a la industria farmacéutica agrupada en Farmaindustria a cuenta de los medicamentos de uso en hospitales. El Ministerio está revisando la Guía de buenas prácticas de preparación de medicamentos en servicios de farmacia hospitalaria recién publicada (el próximo día 18 de diciembre sabremos cual es la última versión de la misma presentada a las comunidades autónomas). De momento, Farmaindustria se muestra muy satisfecha con esta redacción, como está publicando El Global, uno de los periódicos que mejor trata a esta patronal de farmacéuticas.

La asociación de los laboratorios «innovadores» se queja de que sus empleados no estuvieron presentes en la elaboración de la Guía. No es del todo cierto pues estuvieron informados puntualmente por personal del propio Ministerio.

Además, a los participantes de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) nos presionaron con que la industria estuviera presente en la Guía y para que la redacción del texto de la citada Guía de buenas prácticas prohibiese las preparaciones de medicamentos en los hospitales«, aseguran ellos mismos.

Esto, como contábamos en el anterior post, supondrá el despilfarro de muchos centenares de millones de euros. Un ejemplo: Un litro de metadona producida en un hospital público del sistema sanitario español cuesta entre 5 y 10 euros. Si la compra se ha de hacer en el mercado su precio ronda los 50 euros.

El problema no es sólo de despilfarro. También de seguridad de los medicamentos.

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El problema no es sólo de despilfarro. También de seguridad de los medicamentos

[/pullquote]Por ejemplo, en un hospital pediátrico y para evitar errores se prefiere trabajar solo con una concentración de un determinado fármaco y hacer preparaciones a partir de él.

Esto, según está redactada la Guía se debe dejar de hacer. Ahora habrá que tener varias concentraciones de un mismo medicamento, lo que aumenta las posibilidades de error en su administración. De hecho, una de las primeras medidas de seguridad es reducir el número de presentaciones comerciales en el hospital.

Si en un hospital se prefiere preparar monodosis de un citotóxico como el metotrexato, en vez de comprar las monodosis industriales (todas etiquetadas igual) debe dejar de hacerse. Este es un medicamento delicado pues es para pacientes con cáncer y se fabrica de manera individual y con un control exhaustivo. Es más seguro preparar y administrar los fármacos paciente a paciente que de manera industrial.

Estas recomendaciones se han publicado al gusto de parte de la industria farmacéutica, como explican en esta noticia:

Farmaindustria interpreta estos esfuerzos por definir como muestra de la voluntad de poner coto a las prácticas de aquellos que tratan de desplazar un medicamento autorizado por cuestión de ahorro. ‘Si ponemos en una balanza un producto autorizado y que cumple todas las garantías y otro elaborado artesanalmente y con una guía que lleva el sello del Ministerio de Sanidad y que dice que no se debe hacer, el que recurra a esas prácticas lo tendrá complicado para defenderlo delante de un juez‘, concluye Esteve [Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria].

Es claro que la manipulación del significado de las palabras en la Guía se ha realizado con el objetivo de cerrar las puertas a la preparación de fármacos en los hospitales y hacerse Farmaindustria con ese mercado.

No deja de ser paradójico que lo que interesa a Farmaindustria sea «obligatorio» según la redacción del texto y que la acreditación del personal que maneja medicamentos delicados o la valoración de riesgo de las preparaciones sólo sea «recomendable» (no como ocurre en otros países de Europa o en Estados Unidos que estos aspectos sí son obligatorios). 

El matiz es importante pues la obligatoriedad sirve a las amenazas legales que deja entrever Esteve en nombre de la industria pero las recomendaciones no tienen valor ante un juez. Entonces ¿qué es lo que les interesa al Ministerio, quedar bien con Farmaindustria o la seguridad de la población en los hospitales?