Detectan elevada contaminación electromagnética en los centros sanitarios

Vaya, me llegan noticias preocupantes sobre el hospital madrileño al que yo iba cuando era pequeño. Y es que se ha detectado mediante un análisis un elevado riesgo por contaminación electromagnética.

Resulta que la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, Ecologistas en Acción y asociaciones de afectados por enfermedades ambientales (SFC-SQM Madrid, EHS-EASC Bizkaia, BIZI BIDE Guipúzcoa), han anunciado los datos de un informe -recogidos en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid-, que reflejan la elevada exposición a radiofrecuencias (RF).

El estudio impulsado por la Coordinadora Madrileña por una Moratoria del 5G, al que pertenecen las asociaciones citadas, es de carácter no profesional y tiene por objeto conocer la exposición real a radiofrecuencias.

Se lleva a cabo con un medidor de elevada calidad Safe & Sound Pro II, certificado por el laboratorio de pruebas Nemko Canadá y electrónica fabricada en Silicon Valley.

Las mediciones fueron realizadas en pasillos, escaleras, salas de espera y en general zonas de tránsito público del hospital. Las referidas a habitaciones y servicios se obtuvieron junto al umbral de la puerta desde el pasillo. En ningún caso, se accedió a lugares restringidos o privados.

Y exponen que los niveles de inmisión a radiofrecuencias, como los reflejados en el trabajo, son compatibles con los referidos en abundante bibliografía científica revisada por pares que “demuestran la nocividad o potencial nocividad».

Sobre todo cuando la exposición es a largo plazo y en situaciones de vulnerabilidad, tal y como constata, por ejemplo, el Servicio de Investigación del Parlamento Europeo en su revisión exhaustiva sobre radiofrecuencias en 2021.

La prescindible conectividad inalámbrica por radiofrecuencias, el Wifi, lejos de garantizar un entorno saludable, implica someter a la personas usuarias de estos servicios sanitarios a esta contaminación ambiental, lo que impide, entre otros, el ingreso, tratamiento y/o recuperación a personas afectadas por hiper-electrosensibilidad (EHS).

El grado de afectación por exposición a la radiación electromagnética depende de la intensidad del foco emisor, la distancia y el tiempo de inmisión recibida por cada persona.

Los datos ahora obtenidos reflejan que la exposición a radiofrecuencias que sufren profesionales y personas usuarias de los servicios sanitarios, es muy superior a los valores aconsejados por diferentes paneles científicos e instituciones.

Por ejemplo, los recogidos por la Resolución 1815/2011 del Consejo de Europa que recomienda en interiores un límite de 0,6 V/m (≅ 1000 μW/m²) en primera instancia, para llegar al 0,2 V/m (≅ 100 μW/m²).

Reclamación al hospital

Esas organizaciones han elevado una reclamación a las personas responsables del servicio de atención sanitaria en la Comunidad de Madrid y a la dirección del Hospital Gregorio Marañón, por no atender las alertas científicas actuales que solicitan aplicar el Principio de Precaución.

Proponen un debate social sobre la implantación acrítica de sistemas inalámbricos (desde el Wifi a las redes 5G) y valorar iniciativas más biocompatibles y sostenibles, como conexión vía ethernet por cable y el sistema LIFI (opción inalámbrica sin radiofrecuencias más biocompatible como la iniciada en 2014 en el Hospital de Perpiñán, centro francés especializado en atención prenatal).

Recientemente en el Hospital Asepeyo Coslada, una persona afectada por EHS no pudo acompañar a su familiar, que tuvo que afrontar sola su ingreso para una intervención quirúrgica y recuperación.

La medición realizada en la habitación registraba con picos de intensidad de campo eléctrico de 6 V/m y promedios en densidad de potencia en torno a 5000 μw/m2 (de 5 a 50 veces por encima de la referencia del Consejo de Europa para la población general).

La responsable de enfermería ofreció otras habitaciones disponibles, todas con niveles muy elevados, y el técnico encargado denegó desconectar el Wifi de la habitación.

Ante la profusa colocación de antenas y redes inalámbricas en centros sanitarios, los valores obtenidos serían extrapolables a otros hospitales, por lo que hay que apostar por las alternativas.