El enfoque de la depresión según un libro sobre Prozac
Me envía mi buen amigo Juan Pundik, psicoanalista afincado en Madrid, su libro Prozac ¿sí o no? Indicaciones y contraindicaciones (Editorial Filium). Pundik es el fundador de la Plataforma contra la medicalización de la infancia, que creó a raíz de la aprobación por parte de las autoridades sanitarias de la Unión Europea del medicamento Prozac para la depresión infantil. No he podido terminarlo pero me parecen muy destacados algunos comentarios que hace este profesional. Lo cierto es que en 2006 la Agencia Europea del Medicamento aprobó Prozac para niños sin investigaciones ni verificaciones propias. Lo hizo olvidando las alarmantes advertencias de la institución que controla los fármacos en Estados Unidos, la FDA. Las reacciones adversas que constata el propio fabricante son escalofriantes: ansiedad, nerviosismo, insomnio, temblor, anorexia, náuseas, mareo, cefalea, arritmia cardíaca, anomalías hepáticas, síndrome cerebral agudo, convulsiones, reacciones maníacas, disfunción sexual, alopecia o visión borrosa, entre otras muchas. Además, puede incitar al suicidio en niños y jóvenes.
Pese a ello, se aprobó para una enfermedad que Pundik cuestiona en su libro. El DSM-IV es la “biblia” de la psiquiatría, el Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Cuenta este psicoanalista que este libro “ha dejado de ser estrictamente el manual estadístico y diagnóstico inicial para constituirse en un manual de psiquiatría generalizado para uso no sólo de psiquiatras sino además de médicos generalistas” y demás profesionales sanitarios. Pundik advierte que el DSM-IV define el trastorno mental como un síndrome comportamental y deriva su tratamiento hacia lo medicamentoso. Él cuestiona los medicamentos potencialmente venenosos, entre los que incluye Prozac (fluoxetina), anfetaminas, paroxetina o el metilfenidato (Ritalin-Rubifen-Concerta), con el que se trata a seis millones de niños sólo en EE.UU. Muy interesante pues la crítica que Pundik hace de las prácticas de la industria farmacéutica, del enfoque común de la depresión y de Prozac en concreto y el papel de unas autoridades europeas que, legalmente, no lo olvidemos, hacen el trabajo de funcionario sellapapeles para los laboratorios.
Más aún, considera que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno inventado por la industria farmacéutica “que es la que paga el DSM-IV y a sus autores”, que ese trastorno “no existe como tal”. “Es probable que muchas personas, como Churchill y Phels (el ocho veces medalla de oro olímpico en natación en Pekín) sean ‘niños hiperactivos’. El padre de Phels así lo contó a los medios de comunicación, así como también que había reemplazado la Ritalina por la natación. Es probable que seamos ‘adultos hiperactivos’. No hay nada más que ver la cantidad de actividades que realizamos. Los niños muy activos, inquietos y curiosos dan más trabajo a sus padres, cuidadores y educadores. Pero son los que pueden dar líderes políticos como Churchill o campeones olímpicos como Phels”, comenta Pundik.
“En todo caso -continúa-, deberíamos preocuparnos por los muy quietos, calladitos, sumisos y obedientes que son los que les allanan el camino a los dictadores y gobiernos totalitarios, aunque sean más ‘cómodos’ para sus padres, cuidadores y maestros. El niño debe ser respetado en su subjetividad. Puede que no esté prestando atención a las explicaciones de su profesor, que no le interesan, porque su energía esté puesta en intentar resolver sus conflictos personales o familiares: timidez, falta de autoestima, falta de amistades, cambios corporales, dificultades económicas familiares, discusiones o peleas de sus padres. Puede que su depresión sea el proceso elaborativo de un duelo por pérdidas: muerte de un familiar, mudanza y cambio de casa y barrio, castigos que le impiden tener la consola, el ordenador o el móvil, pérdida de amigos o rechazo de chico o chica. Estos procesos elaborativos, que son mucho más importantes que gran parte de las explicaciones que suelen dar los profesores, deberían ser respetados, ni diagnosticados, ni medicados, ni genéricamente psicoanalizados, aunque sí escuchados e intentados comprender”. Sobre su experiencia cotidiana narra: “Habitualmente, cuando los padres nos consultan por estas preocupaciones, no ‘psicoanalizamos’, aunque nuestro entrenamiento y escucha psicoanalíticas nos permiten detectar la problemática familiar o del niño/niña, proponemos pautas para cambiar ciertas dinámicas familiares y le damos tanto a los padres como a los niños un ámbito de escucha y comprensión”.
Pundik comenta que en el caso de Prozac, pero también en el de muchos fármacos, los intereses comerciales fabrican la clínica sin contar con las vicisitudes de cada individuo. Se homogenizan los síntomas para que el abanico de personas diagnosticables y por tanto consumidoras de estos fármacos sea lo más amplio posible. El libro de Pundik rezuma sensibilidad, compromiso social, inteligencia, saber hacer y estar. Una frase para la polémica: “Una persona sana es que ha sido mal examinada”, pronunciada por Robert Knox, anatomista del Colegio Médico de Edimburgo en 1820. “Esta afirmación se corresponde con el pensamiento exactamente opuesto al que yo propugno. Las personas estamos sanas salvo que pruebas objetivas demuestren muy clara y decisivamente que padecemos de una enfermedad orgánica. Ni la depresión ni el supuesto TDAH son ni enfermedades, ni trastornos, ni síndromes”, concluye.
gracias doris por esta pagina, estaba tomando prozac pero las dejo y las vuelvo a tomar porque me causan muchos mareos y es horrible que otra cosa puedo hacerporfa respondeme
Hola Miguel, he leído algunos artículos de tu blog y no dudo que al poco tiempo las corporaciones farmacéuticas mundiales te esquematicen – perdón, te diagnostiquen- un caso crónico de neurosis paranoide, o paranoia a secas ( o como le indique el DMS); Después de todo, instrumentalizar la ciencia contra quienes no estén contentos con “sus verdades” es una forma muy eficaz de represión. El poder de los psiquiatras – no todos, que innecesaria aclaración- es más aterrador por cuanto ellos siempre tienden a quedar como “buenos samaritanos que lo único que quieren es librar a la sociedad de los peligrosos locos”, y no como violadores de DDHH, como distorsiadores de la realidad ( hay que ver lo esquizoides que son), en suma , como verdugos ( algunos…sigo aclarando…el miedo comienza a acehar)… Pero quién sabe, quizás estés de suerte y te cambien el manicomio con sus amarras, vejaciones, tratos crueles e inhumanos , por una dosis diaria de paroxetina o fluoxetina o diazepán; eso sí, para entonces deberás ser muy disciplinado, porque si te saltas la hora de la píldora, podrías ser conducido por las calles de tu ciudad, esposado, y escoltado por dos corpulentos policías antidisturbios a un aséptico hospital donde te las harán tragar a la fuerza ( las píldoras)… Esto es fascismo…pero es que el corporativismo lo es…y las corporaciones farmacéuticas estás empeñados en dominar las mentes de las mayorías…como si no tuviéramos suficiente con los medios de in-comunicación y otras sustancias alienantes…
Por ahí me enteré que habías dado una entrevista en VTV, acto que celebro, pero fíjate, a varios de los periodistas del canal de los venezolanos, muchos los llaman “orates”. lo que equivale a decir: loco, esquizofrénico o psicótico… En todo caso no tendríamos por qué preocuparnos, ya ves la Edad Media, iban quemando a todo el que científicamente fuera narrando realides ocultas… Sí,si lo creo, la era neoliberal actual es oscurantista… lo Postmoderno es , en esencia, lo pre-moderno diría Terry Eagletton – investigador de Oxford, cuyo textro : “Las ilusiones del Post modernismo” resulta vital para entender esta época cultural en la que el consumo ( de sustancias tóxicas, incluso) se ha deificado- y como estamos tan pre o post modernos no es dificil imaginar a los psiquiatras (algunos, algunos, insisto, sólo algunos y no más que algunos) rasgándose las vestiduras y rompiendo los velos
de sus consultorios, hospitales y casas de cambio ( le doy un cerebro tostado y me da prestigio, poder y algún premio)… Ahora sí, en serio, lo felicito por ir por la vida exhumando verdades, yo apenas empiezo a pensar en la posibilidad de seguir el camino. Pd: ¿ la primera imagen del post, la del terremoto psíquico de un hombre mientras consume prozac, es de su propiedad? de ser así le pido, por favor, que me la permita usar con fines netamente recreativos…ya ve, no podía dar puntada sin dedal… Espero saber más de usted, hasta pronto.
Doris, muchas gracias por contar en público tus problemas psíquicos, no debe ser fácil. Yo como ya he dicho en muchas ocasiones no soy médico por ello no puedo hacer un diagnóstico y ofrecer alternativas y menos a distancia. Sí que como tengo tu correo puedo mandarte algún contacto que en mi carrera como informador y desde mi experiencia puede servirte.
Hola Doris… has probado terapias de energía, como reiki o algo parecido? Quizá podría serte de utilidad… saludos y de todo corazón que mejores. Es horrible estar atrapada en las telarañas de la mente, espero llegues a manos de las personas adecuadas para superar todos esos rollos.
Hola Miguel,
quizás mi custión no entra en relación.Nací en el seno de una familia disfuncional,como much@s.Maltrato psicológico de mi padre y ausencia por trabajo y caracter fuerte de madre.A los 22 años con todos mis fantasmas y despersonalización,en cuanto finalicé enfermería me marché sola a trabajar a Mallorca,no conocía a nadie,tan siquiera la isla ni el hospital.
Empezó mi recorrido en busca de ayuda por diferentes psicólogos y psiquiatras pero mis miedos,mi introversión y mimiedoa relacionarme con el sexo contrario no fui capaz de resolverlos aunque sí a organizar mi vida y al segundo año estudié 1º de psicología por la UNED y tenía una vida mas o menos organizada sin dejar de ser una asustadiza y miedosa con los hombres.
Al tercer año,por asuntos,deberes familiares volví a casa y empecé con desórdenes alimentarios,con bulimia.Fui en busca de ayuda y me recetaron flouxetina(prozac) y tranquimazín creo.Yo tenía ya 24 años.Estuve tomando aquello durante un año y no había resultado.
A los 27 años mi hermano de 22 fallece en accidente de moto,éramos almas gemelas y compartíamos piso.El acababa de superar un problema de ludopatía.
Tuve un duelo complicado,al día siguiente de esparcir sus cenizas fui al hospital,me daban el pésame y yo me sentía molesta y no lo entendía.Después simplemente caí en picado y tomaba dos de prozac al día,9mg de lexatín y orfidal para dormir y yo me sentía despierta,sensación surrealista.
Debí estar tres a cinco años a intervalos con la medicación.
Hace tres años despuésde hacer un curso sobre la muerte en el hospital(edtaba en el servicio de hematología),se revolvió todo en miinterior y junto con otras presiones personales (mi miedo a los hombres) y familiares por mi padre,su adicción al juego,sus enfermedades………..
Un día sin más me dió una crisis de ansiedad,aquello fué en aumento,lo del tranquimazín bajo la lengua y mascarilla cerrada no daba resultado.
Pasé al idalprem y acabé con una arritmia cardíaca,tras un holter sañieron extrasístoles a mazo,bigeminismos y algún trigeminismo que coíncidían con las palpitaciones.
Empecé a tomar dobupal retard de 150 mg dos al dia,2 mg de alapryl y topamax por las noches,a maiores un inductor del sueño.Al año para poder hacer mis funciones de enfermería sintiendome embotada,cansada físicamente y con una impotencia bestial,por no ser capaz de centrarme para leer un simple artículo de interés y no ser capaz de retener información para mejorar profesionalmente.Degé el topamax por mi cuenta.
A día de hoy sigo con el mismo tratamiento,me siento anestesiada,sigo teniendo miedo a relacionarme con hombres,la líbido no existe en mi y las veces que intenté disminuír la medicación tuve una crisis real con todos sus síntomas subjetivos de taquicardia,mareo y sensación inminente de muerte,
En otras ocasiones que lo intentá tuve amagos que conseguí controlar,pero con un resto de sensación extraña de irrealidad y pensamientos de miedo a morir.
Fuí hace tres semanas a la psiquiatra con impotencia para que me bajase la medicación,ya que no descanso por las noches y tengo lo que llaman ansiedad flotante,pero es que no soy capaz de centrarme a leer un libro,a estudiar,no me centro,todo se me olvida…….pues no solo no me rebajó la medicación sinó que además me dió stilnox de 10 para dormir.
Todo este descontrol de mi sistena nervioso,puede ser consecuencia del anterior tto. con prozac.Estoy enganchada a estos medicamentos carísimos de larga duración.
Conoces una alternativa,además de senderismo,estar activa en una asociación ecologista,ir arrastras a clases se piano,ir arrastras a asambleas y charlas para mantener mi mente activa.
Cambié incluso de servicio para tener un turno fijo.Ahora estoy en urgencias de pediatría de 17h a 24h.,me costó adaptarme perola enfermería forma pate de mi vida,es mi sustento y odio estar de baja.
Estoy en una tela de araña de antidepresivos,ansiolíticos?.Sigo teniendole miedo a relacionarme con los hombres y sin deseo sexual,más bien pánico a no saber sentir ni dar……….
Perdón por la extensión y entendería que la suprimiesen.
Un cordial saludo y enhora buena por su fabuloso trabajo,
Alejandra, estoy de acuerdo. En el caso de las “depresiones” infantiles como en el del Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad tú sabes que se ha creado artificialmente un mercado con el objetivo de vender más fármacos y de paso fabricar una sociedad adocenada desde la cuna. De la cuna a la tumba obedeciendo a la Autoridad correspondiente.
Muchas gracias por tu intervención.
Miguel, buen trabajo el tuyo y el de Juan Pundik.
Es tan importante que alguien esté del lado de los niños.
Seguid.
Estimado Miguel Jara: No conocía su página, soy Médico y psicoanalista, y creo que el problema de la medicalización de los niños tiene un trasfondo muy serio. Los laboratorios en su carrera por la comercialización de los fármacos, y por la extensión de los mismos a la mayoría de usuarios posibles, es decir por el aumento “de la demanda”, traspasan cualquier límite. Las leyes de la oferta y la demanda pueden regir el mercado, pero no deberían regir la salud. Me temo que el rechazo de instrumentos de un altísimo poder terapeútico, como el psicoanálisis, lleva directamente a estas prácticas psiquiátricas. En la mayoría de las ocasiones, cuando el niño es muy pequeño, los síntomas depresivos, desaparecen con el tratamiento de la madre, porque esa es la relación más cercana del niño, y vive inmersa en ella, y cuando es un adolescente, con el psicoanálisis del paciente. Si medicamos a nuestros niños, construímos pacientes psiquiátricos futuros, en vez de jóvenes sanos.
Un saludo.