Geoingeniería (II): Quién impulsa esta ciencia sin conciencia

Parece que el primer capítulo sobre el desarrollo de la geoingeniería ha provocado sentimientos, ideas y datos encontrados. Es cierto que parto de la base de que el cambio climático está sucediendo, sí. El material científico en esa línea es tan claro que lo doy por hecho. Mi interés por tanto no es entrar en polémicas sobre si el calentamiento global existe o no sino que me preocupan los intereses económicos y/o políticos que hay detrás. Me preocupan las campañas que han intentado durante años confundir a la ciudadanía sobre su existencia para “ganar” tiempo con el que seguir vendiendo energías sucias que se ha demostrado que contribuyen al calentamiento planetario.

Por otro lado, y este era el centro de la cuestión del anterior post, pretendo difundir que en silencio y de espaldas a la ciudadanía, como en tantas otras ocasiones, diferentes poderes están investigando, preparando y desarrollando tecnologías encaminadas a aplacar los efectos negativos del cambio climático sin tocar el sistema económico demostradamente fracasado (el cambio climático es el mejor ejemplo de ello) en el que se ha producido este cambio de clima, lo que significa una huida hacia delante que creará nuevos peligros aún desconocidos.

Por supuesto que hay otro trabajos científicos críticos con lo que conocemos  en la actualidad por cambio climático y podríamos discutir sobre la actitud de determinados gurús del asunto pero como saben los que conocen mis trabajos ante temas de un volumen inabarcable en profundidad prefiero trabajar sobre hechos concretos para poder obtener resultados concluyentes y es lo que de nuevo pretendo con esta serie dedicada a la geoingeniería.

¿Quién impulsa esta “nueva ciencia”?

La geoingeniería está impulsada, entre otras, por la Casa Blanca e instituciones como la American National Academy of Science (la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos) y difundida por revistas como Popular Science. Estos y otros organismos tienen en común su filosofía de obviar que el cambio climático es un problema ecológico que incide en la salud humana causado por el ser humano y que debe resolverse de manera ecológica. Pero la geoingeniería permite a sus promotores “matar dos pájaros de un tiro”:

Se evita hacer cambios decisivos en el actual modelo de producción y consumo, que sería la única salida viable a la grave crisis financiera, ética, ecológica y de salud en la que nos encontramos, y se crea un nuevo mercado en el actual capitalismo, el de las empresas que venden productos para “modelar” el clima al gusto humano.

Cambio climatico2

Un buen ejemplo de este espíritu es el Pacific Northwest National Laboratory (PNNL, Laboratorio Nacional Pacífico Noroeste), dependiente del Departamento de Energía del Gobierno de Estados Unidos. Este laboratorio utiliza una retórica ecologista que habla de los evidentes efectos adversos para nuestra salud derivados de la disminución de la calidad del aire, del agua y de la tierra.

La situación actual es insostenible”, argumenta, y la fecha límite para evitar la debacle ambiental se acerca rápidamente, advierte. El PNNL ofrece soluciones de ciencia “para abordar estos problemas ambientales, promoviendo al mismo tiempo una economía sana”.

El problema es que es el modelo económico actual el que es insano. Este instituto incluso deja entreverlo, aunque apuesta por utilizar técnicas que escondan los problemas en vez de cambiar de modelo hacia uno que al menos tienda a ser ecológico y por ello no genere estos daños en la salud. Pero una “economía sana” necesita problemas que resolver, ambientales en este caso, pues esa resolución genera beneficios económicos; si parte de los problemas ecológicos que presenta la actual civilización del consumo se resolvieran habría menos beneficios económicos y por ello la economía sería menos “sana”. Se trata de convertir la solución de problemas ambientales en un medio para generar dinero, no en un fin en sí mismo que nos reporte una verdadera calidad de vida.

¿Quién puede dudar de la necesidad de promover sistemas con los que combatir el calentamiento planetario? El PNNL ofrece a sus clientes “información para comprender el impacto del cambio climático y desarrollar estrategias de adaptación y mitigación”. Estos dos últimos conceptos son importantes y perversos. Nos evocan un cambio climático que puede ser rentable mientras exista, pues para “adaptarnos” y “mitigarlo” hay que crear una economía que comercialice productos para ello. Es además, una trampa dialéctica pues no sabemos hasta dónde llegarán las variaciones climáticas y si llegará un punto en que no podamos adaptarnos ni mitigarlo.

Ejemplo del nuevo “capitalismo climático” es la compañía Planktos, una empresa que basa su negocio en verter toneladas de nanopartículas de hierro -la nanotecnología es una ciencia dedicada a la manipulación de la materia a una escala menor que un micrómetro, es decir, a nivel de átomos y moléculas- en los mares alegando que así puede capturarse el carbono emitido a la atmósfera.

El objetivo de la compañía es vender bonos de carbono asumiendo sin respaldo científico que el hierro puede estimular el florecimiento del fitoplancton que a su vez podría capturar dióxido de carbono de manera permanente”, afirma el Grupo ETC.

Compañías similares a Planktos son Climos o GreenSea Ventures Inc. Y he aquí un dato para los críticos con el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), el grupo creado en 1988 para proveer de información científica al Protocolo de Kyoto. El IPCC recoge en su Informe de Evaluación de 2001, denominado Mitigación, la posibilidad de la fertilización marina, interesándose así por la geoingeniería, aunque se muestra prudente:

Si bien parecen haber posibilidades de manipular con técnicas de ingeniería el balance energético de la Tierra, la comprensión humana del sistema es aún rudimentaria. El riesgo de que se produzcan consecuencias imprevistas es alto, y tal vez ni siquiera sea posible manipular la distribución regional de la temperatura, las precipitaciones, etc. La geoingeniería plantea interrogantes científicos y técnicos, y también muchas cuestiones éticas, jurídicas y de equidad. Aun así, parece oportuno hacer algunas investigaciones básicas”, indica en un capítulo donde reconoce que ya se han realizado experimentos.

Trata en concreto sobre los proyectos IronEx 1 y 2 desarrollados en el Océano Pacífico -en los que por cierto participó un científico español del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y cita numerosos estudios científicos publicados en los primeros años de la década de 1990 del siglo pasado.

Continuará…

Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009) contiene un capítulo que trata sobre la geoingeniería titulado Escrito en el cielo. El planeta de la eterna primavera.

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7 comentarios

  1. Un punto que la gente esta intentando aportarte con este tema es que la geoingeniería no es nueva, que las investigaciones más punteras (que todos sabemos que están en los ejércitos de las que eran consideradas las mayores potencias) no salen a la luz, pero eso seguro desde hace más de 50 años.

    Hace tiempo que descubrieron que si querían empobrecer a un país “enemigo”, aparte de jugar con la banca, también podían hacer que no lloviera y cambiarle el clima.

    Posiblemente el co2 contamine y caliente, pero no hay que dejar pasar las demás “oportunidades de la geoingeniería” oculta a la población desde hace más de 50 años,

    ¿Y si hubiera un plan para desviar las lluvias en nuestra peninsula? ¿Lo negaríamos sólo porque no se conoce y lo están haciendo a espaldas de la sociedad?

    Un saludo

  2. siento llevarte la contraria sobre este tema,pero el calentamiento global es otra de las grandes mentiras del sistema y aun mas falsedad es creernos que el hombre es tan importante como para cambiar el clima de todo un planeta.
    aqui tienes un articulo que redacte de la manera mas grafica,simplista y amena que pude.hay graficas,expediciones,fotos,videos de satelites etc…que demuestra que ni nos vamos a calentar,sino todo lo contarrio y que el causante de q la temperatura varie en la tierra es el SOL y no el co2.
    Saludos.
    http://algoestacambiando.wordpress.com/2009/09/24/la-estafa-del-calentamiento-global/

    1. Amigo deltoyax, en el primer párrafo dejo claro que hay polémica en torno a este tema y que yo no tengo interés en entrar en ella, el tiempo dirá quien se equivoca. Por otra parte he publicado todos los comentarios que llevan la contraria a la línea del editor en este ámbito, el del cambio climático en los dos post sobre geoingeniería, luego no encuentro más sentido a seguir publicando comentarios que no se ajusten a lo que estoy escribiendo (lo lógico es escribir o comentar lo que dicen lo textos no negar la línea de quien los escribe).

      Gracias, un saludo.

  3. Para todos, en especial para Marcus:
    Yo no sé lo que pasa, pero sí creo que pasa algo. Antes, en donde vivo, los cielos de octubre eran esplendorosos; claros, azules, con nubes algodonosas muy blancas cuando las había. Y ya no. Le llamarán paranoia, le llamarán casualidad o le llamarán lo que sea, pero ayer, en otra zona de Catalunya donde vivo yo, hizo un día caluroso a más no poder, digno de cualquier día del muy caluroso y agobiante verano que hemos tenido por aquí este año. Paranoia, casualidad o lo que sea, el caso es que por la mañana, y por la mañana del día anterior, el cielo muy azul y limpio de mi ciudad, que hacía pensar que por fin llegaba el otoño con sus temperaturas más frescas, estaba surcado de estelas blancas. A mediodía, el ambiente era amarillento, polvoriento, no sé cómo describirlo, y el calor, insoportable. Hoy han caído cuatro gotas y se acabó lo que se daba; ahora hace sol, pero hay una capa gris en el cielo. No tenemos un cielo esplendoroso de octubre como solíamos tener, de los que yo solía decir que eran los cielos más hermosos del año; desde niña me gusta mirar el cielo, me doy cuenta de los cambios. Hay que mirar más el cielo y escuchar menos la tele. Hay que hacerse preguntas y no conformarse con cualquier respuesta. No es nada agradable nada todo lo que va descubriendo cada vez que uno se pregunta cosas, pero eso no va a hacer que la realidad sea otra. No puedo aportar datos de ningún tipo, pero ya hay quien lo hace, gracias a los dioses. Aunque sí puedo decir que la intuïción y la experiencia recogida hasta ahora me dicen bien claro que sí, que algo está pasando. Y el cielo de mi ciudad ha cambiado.

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