Miedo a que todos se te echen encima al tratarse de las vacunas
“Verdaderamente sientes miedo a que todos se te echen encima al tratarse de un mito como son las vacunas. Pero un hijo es muy importante y te da fuerzas para enfrentarte a todos y hacer valer nuestros derechos. Las vidas arruinadas de ellos y de toda la familia te rebelan y ante todo buscas justicia”, quien así se expresa es Ana Medina, fundadora de la Asociación Vencer el Autismo y Trastornos del Desarrollo (AVA) y madre del joven Víctor Bermejo Medina, autista tras ser vacunado con preparados que contenían Timerosal.
Este párrafo, y los que les escribo a continuación, forma parte de las declaraciones que yo había incluido en un reportaje que uno de los grandes medios de comunicación de este país había aceptado para publicar durante la semana pasada en que comenzaba la campaña de vacunación contra la gripe A. Al final, con excusas peregrinas y el reconocimiento de que «no quería estropearle la campaña de vacunación al Ministerio de Sanidad» no se ha publicado… por esa vía, claro, porque por esta es precisamente lo que estoy haciendo estos días (además se ha enviado un resumen a unos 1.000 periodistas).
El caso de Víctor Bermejo no es único. La Audiencia Nacional ha admitido a trámite una reclamación de responsabilidad patrimonial al Ministerio de Sanidad y los laboratorios GlaxoSmithKline, Sanofi Pasteur MSD, Wyeth, Lederle y Berna Biotech España, fabricantes de vacunas con timerosal por los posibles daños causados. Como tantos niños ese septiembre de 1987, Víctor fue vacunado en las fechas correspondientes de difteria, tétanos, tosferina, polio, sarampión, paperas y rubéola, dentro de los dos primeros años de vida. Ya con las primeras dosis, según los informes médicos firmados por Xavier Uriarte y Joan Mora, presentó ausencia, tristeza y espasmo intestinal. Este fenómeno se repitió siempre después de cada una de las sucesivas vacunaciones que recibió.
“El tiempo transcurrido de doce días entre la primera vacunación y la ausencia que manifestó hace pensar, según los algoritmos de Karch-Lassagna, en una relación causa-efecto definida. Esto quiere decir que hay que considerar las vacunas recibidas dentro de las posibles causas del autismo”, concluye la valoración etiológica de este muchacho.
A los tres meses de su nacimiento le pusieron el primero de los preparados cuyo conservante contenía mercurio. Esto provocó una primera reacción adversa a la semana de habérsela puesto. Fueron trastornos intestinales y espasmos que acompañaron a Víctor a partir de entonces. Hasta aproximadamente el año y medio de vida, el niño se había desarrollado casi con total normalidad, si exceptuamos el incidente mencionado. Había recibido todas las vacunas recomendadas hasta esa edad. Justo a los 18 meses, fue cuando empezó a deteriorarse su salud y a los dos años Víctor no reaccionaba cuando sus padres le llamaban. Además, se había vuelto hiperactivo. Su desarrollo se había quedado parado.
“No sabíamos que las vacunas que le inyectaron contuvieran mercurio y menos aún que estas pudieran ser la causa de sus padecimientos. No volvimos a vacunarle, siguiendo lo recomendado por el médico que visitamos. Alrededor de los tres años empezaron los diagnósticos y al cabo de varios meses los médicos concluyeron: Autismo infantil”, narra la madre del muchacho.
La mirada cristalina, nítida de Víctor no seguía los objetos. Su cerebro estaba en otros mundos que no compartía con quienes le rodeaban. Sobre los ocho años el chico comenzó a volverse extremadamente agresivo y destructivo y eso provocó la reacción que le llevó a estar ingresado en la unidad de psiquiatría infantil del Hospital de San Juan de Dios de Barcelona. Allí sentiría la presión de su propia patología y la de la camisa de fuerza que le impedía responder a sus impulsos. Con sólo diez años de vida, Víctor se encontraba en un estado deplorable. No hablaba y era muy difícil la convivencia con él. Lo peor, como recuerdan sus padres, fueron sus épocas de agresividad y autolesiones. Era capaz de arrancarse el cabello, morderse las manos hasta sangrar, cortarse con cristales que rompía y también atacaba a sus progenitores.
Se le hicieron los análisis de metales que suelen realizarse a las personas que se sospecha que tienen una intoxicación crónica por metales pesados. Los firmó el laboratorio Great plains y en ellos la línea horizontal del baremo correspondiente a los niveles de mercurio en la orina avanza de izquierda a derecha de la página hasta toparse con el borde en una leyenda: “Muy elevado”.
“Probamos en otros laboratorios distintos –narra Ana- y se repetía una y otra vez el mismo resultado. Por suerte, los tratamientos biológicos le habían estabilizado bastante y la agresividad había desaparecido casi del todo. Le hicimos quelaciones, tratamientos para las candidiasis y Víctor seguía mejorando. Empezó a comprender y a hablar más, aprendió a leer un poco y también a escribir. Desde hace diez años no hemos parado de avanzar aunque lentamente ya que la afección de mi hijo era notable cuando comprendimos el mal que padecía. Cuando tomamos las riendas de la salud de mi hijo todo empezó a cambiar a mejor”.
Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009) contiene un capítulo específico sobre este asunto, además de otros capítulos sobre cómo se ha hecho la campaña de lobby y marketing del miedo de la vacuna contra el virus del papiloma humano o sobre cómo se inventan enfermedades.
¿Un mal necesario Davicito?
¿O un mal incomprensiblemente cruel?
Depende de la suerte diria yo…
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/84624/un-estudio-liga-el-autismo-a-las-vacunas
«Por su parte el Dr. Robert Bell ex Vicepresidente de la Internat. Society for cáncer Research afirmó que la vacunación es la primera causa del monstruoso aumento de casos de cáncer en adultos ( la patología se desarrolla en el tiempo). También el ex responsable de vacunas de Merck, el Dr. Maurice Hillerman, reconoció que en general, todas las vacunas de Merck portaban virus de cáncer u de otro tipo, mientras que las de Hepatitis B, estaban contaminadas con un virus que expandió el SIDA en EEUU. También, Garth Nicolson, el afamado biólogo celular y editor de 14 libros y del “The Journal of Clinical and Experimental Metastasis” y del “The Journal of Cellular Biochemistry”, alertó que ciertas vacunas están contaminadas por mycoplasma, y que nos están provocando enfermedades degenerativas.»
ME PARECE QUE DON RAUL ENCINA DEBERÍA INDICAR ADEMAS DEL MAL, TAMBIÉN EL REMEDIO CREO QUE EL POSEE ESA CAPACIDAD. YA QUE ALGUIEN POR AHÍ PODRÍA DECIR QUE NADA ES PERFECTO, Y LA VACUNA EN MUCHOS CASOS ES UN MAL NECESARIO.
A María (27 noviembre 2009): las vacunas monodosis no contendrán tiomersal, pero las multidosis SÍ, y estas últimas se administran también a personas. Que se sepa, cuando alguien se va a vacunar no le preguntan primero si prefiere mono o multidosis. Lo de decir sin más que «tiene mucho más mercurio un molusco y el atún que una vacuna» no es decir gran cosa. Si lo es en cambio decir que la vía de administración en uno u otro caso son bien distintas; en el primero, la oral-digestiva, y con la vacuna que se inyecta la distribución a sangre y a los órganos del cuerpo, incluido el cerebro, más rápida y por tanto más rápidos sus efectos. Que el mercurio es un tóxico muy potente para el organismo no es ningún descubrimiento reciente, por eso no está bien justificado que lo lleve ninguna vacuna ya que el motivo es solo económico y se sabe, sí o sí, que algunas personas desgraciadamente resultarán afectadas graves a causa de esa toxicidad.
El tiomersal (también llamado timerosal) es un compuesto de síntesis (CAS 54-64-8), y se metaboliza en el organismo a etil-mercurio; mientras que el mercurio ingresado en moluscos y pescados se acumula en forma de metil-mercurio.
Obs: Actualmente a las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia se les recomienda no consumir ciertos pescados (motivo: por contener mercurio). También se recordará que las vacunas de la gripe A elegidas por los políticos alemanes para ser vacunados ellos mismos eran de la versión sin mercurio, mientras que las destinadas al vulgo, No. ¡Manda …!
Los niños que tienen suerte son aquellos que reciben las vacunas necesarias para su salud, no las que deciden los pediatras según sus conflictos de interés.
¿Cómo sabemos si el autismo no ha bajado en UK después de bajar las tasas de vacunación contra el sarampión, la rubeola y las paperas? Espero que no sea de la misma manera que se dice que ninguna vacuna es causante de autismo.
El gran problema de salud pública lo están creando en primer lugar quienes persiguen con las vacunas intereses lucrativos en vez de tener en cuenta sólo el interés sanitario.
Señor Tristan le invito a visitar este enlace, es tambien del señor Jara, creo verá usted mas luz sobre este asunto de la vacunas
https://www.migueljara.com/2010/09/20/obsesionados-con-las-vacunas/comment-page-1/#comment-6107
Dado que ninguno de los comentarios publicados acata las normas -«si va a realizar afirmaciones rotundas documéntelas»- espero que el mío, a pesar de saltarse también sólo una -«los comentarios insultantes y/o que falten al respeto a los lectores del blog no serán publicados»- sea publicado.
Como el mundo científico parece ser un inútil, que no sabe de qué va la cosa y que realmente sólo quiere perjudicarnos, les invito a que, en este caso, se matriculen en Medicina. La carrera no será difícil para ustedes -es todo una conspiración para que haya pocos médicos y así muramos más-, que son increíblemente inteligentes porque no se dejan engañar -aunque lo que no se dejan es enseñar-. De este modo, ustedes podrán salvar al mundo de todas las enfermedades, incluido el autismo -obviamente provocado por las vacunas desde que éstas existen y, anteriormente, por los demonios o extraterrestres o cosas así-, sin necesidad de las molestas vacunas.
Tristán su comentario acata las normas no veo el problema, tenga en cuenta que ofende quien puede no quien quiere si es que lo pretendía. Creo que debemos admitir todo lo bueno que nos ha dado la ciencia pero sin dejar de criticar sus errores para que no se repitan, cosa que muchas personas no hacen y de manera indirecta le hacen el juego a las industrias y gobiernos que se aprovechan de ello.
Buenas tardes,
Ante todo quiero mandar mi apoyo a la familia de Victor, es difícil lidiar con una situación como la suya.
Pero hay algo que me parece realmente indignante, y es que se utilice el caso de autismo (enfermedad con la que se nace) para desprestigiar algo tan beneficisoso como las vacunas.
Lo primero que tengo que decir con respecto al timerosal, es que es utilizado en porcesos para conseguir las vacunas, siendo eliminado en las fases finales, o quedando pequeñas trazas, que son eliminadas por el organismo y como bien dicen por ahí, una lata de atún contiene infinitamente más cantidad de mercurio que cualquier vacuna. Suponiendo que esas pequeñas trazas se convirtieran espontánetmanete en dosis tóxicas (supongo que por ciencia infusa…) los efectos sobre el organismo serían muy diferentes a los del autismo.
Con respecto al autismo decir que es una enfermedad que se empieza a manifestar a partir de los 3-4 meses de edad, ya que antes el niño aún no tiene nada de control sobre sus funciones motoras básicas (respuesta a sonidos, etc.)
de ahí que los síntomas se empiecen a notar en esa edad.
Cierto es que las vacunas nos hacen más «débiles», pues gran parte de las enfermedades para las que somos vacunados serían superadas sin mayores trastornos que el estar encamados unos días, pero en casos como la polio, tétanos, son un bien necesario, pues consiguen erradicar enfermedades que de otro modo, seguirían arrasando.
No obligo a nadie a que vacune a sus hijos, de echo las vacunas son un derecho, no un deber, y cada uno es libre de hacer con su salud y con la de sus hijos (desgreaciadamente para algunos) lo que quiera. Pero no consiento que se culpe a terceros de daños que ya estaban ahí desde el naciemiento, por muy difícil que sea de asumir.
Nada más me queda comentar que las barbaridades dichas por Jose Luis sobre las vacunas y el control mental, metales pesados… han hecho que pase un buen rarto de risas.
P.D.: La palabra Dios no me asusta, es más, sólo es una palabra para mí, lo que me asusta es lo que la gente llega a hacer en su nombre, y lo que no hacen esperando que él lo haga, es triste pero cierto.
Un saludo.
P.D.: No soy ni médico ni farmacéutico, soy profesor y mi intención no es desprestigiar a nadie, es simplemente haceros pensar por vosotros mismos.
Para las personas que «aún no se atreven» a dudar de las vacunas en general, a ser ‘escépticos’ para con la verdad oficial de las vacunas (y es que el escepticismo me temo que «debería ser» todavía más escrupuloso con «lo oficial», pues lo oficial, por definición, tiene más fuerza en tanto que mera fuerza, mero ‘poder’, mera inercia)… creo que sería bueno leer sin atragantarse la traducción que hizo «trinity» de un artículo de Rebecca Carley, M.D.:
https://www.migueljara.com/2009/12/01/debate-en-intereconomia-sobre-la-toxicidad-de-las-vacunas-con-mercurio-2/comment-page-1/#comment-2607
Y me quedé sorprendido hace poco al ver que la polémica «contra las vacunas» parte ya desde el siglo XIX, con el magnífico y comprometido científico Wallace —famoso quizá por ser «el ninguneado» frente al Elegido (Darwin) (ninguneado como parecen también a veces todos los ilustrados franceses que pensaron tan bien sobre evolución)—, Wallace, un hombre muy político, ya se oponía entonces a lo que parecía un cierto establishment.
En primer lugar quisiera reiterar mis saludos afectuosos a todos los niños y niñas, así como a sus familias, que han sido afectados por los daños provocados por vacunas.
Una vez más responderé a alguien que, usando el anonimato como escudo, hace un conjunto de afirmaciones ofensivas y deturpadas, esta vez desvirtuando los comentarios que he hecho en mi intervención anterior.
Partamos aceptando que debemos dar crédito a lo que sostiene el sr. ¿Francisco?, cuando afirma que ha «cogido al boleo» una cita de un artículo en mi texto, porque claramente olvidó leer el comentario que antecedía a esa cita (American Journal of Disease of Children. 145 (12): 1379-82; 1991): «Así es como el sarampión, papera, varicela, polio, tos convulsiva y la haemophilus influenza se han dado precisamente en poblaciones que han sido vacunadas».
Como señalo más abajo en mi referido comentario, estoy siguiendo las afirmaciones expresadas por el médico pediatra Eduardo Ángel Yahbes (Médico egresado de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Ex residente de Clínica Pediátrica del Hospital de Niños de Buenos Aires. Fue jefe de Residentes de Pediatría del Departamento Materno-Infantil del Hospital Ramos Mejía. Premio Aguilar Giradles 1971 al mejor trabajo sobre pediatría. Título de Médico Pediatra de la Sociedad Argentina de Pediatría. Fue médico de la Unidad de Enfermedades Transmisibles del Hospital de Niños de Buenos Aires. Profesor Titular de la Asociación Médica Homeopática Argentina. Presidente de la Federación de Asociaciones Médicas Homeopáticas Argentinas) en su artículo «Las vacunas y sus mitos» (Homeopatía Vol. 66: 25-32. 2001) que está disponible en Internet en: http://www.librevacunacion.com.ar/mitosvacunas.htm, específicamente en el link: http://www.librevacunacion.com.ar/mito2.htm estudio que será muy oportuno leer para enterarse de otros casos que no cité por razones de espacio, pero especialmente en este caso para que quede en evidencia que estoy siendo fiel al texto del dr. Yahbes (vid. cita nº 4) afirmando en mi comentario que: «el sarampión, papera, varicela, polio, tos convulsiva y la haemophilus influenza se han dado precisamente en poblaciones que han sido vacunadas», cuestión que el propio sr. Francisco (¿?) corrobora con sus afirmaciones.
Como puede claramente evidenciarse, a propósito de esta cita, no he señalado (y el dr. Eduardo Yahbes tampoco) que «después de la vacunación se inicie algún tipo de epidemia o aumente la tasa de afectados por enfermedad».
Resultaría hasta jocosa la forma como se pretende adulterar el contenido de un texto, pero el caso es que estamos tratando de asuntos serios.
Ahora bien, ¿por que se falsea tan abiertamente un comentario de este tipo? Porque el negocio farmacéutico no puede negar la evidencia aún más categórica que sigue más abajo en mi anterior intervención.
Por ejemplo, la Evaluación Mundial sobre Mercurio del PNUMA/UNEP http://www.chem.unep.ch/mercury/GMA%20in%20F%20and%20S/final-assessment-report-Nov05-Spanish.pdf donde quedan en evidencia el carácter tóxico del metil y etilmercurio (vid. Nº 55 del informe), y claramente este sr. Francisco (¿?) no puede endosarle al Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente el que observe una «deficiente formación en ciencia de amplias capas de la población, que no pueden hacer frente a determinadas afirmaciones supuestamente científicas, les deja en manos de todas las teorías conspiranoicas y no probadas que encuentren en Internet».
Por eso es que se apresura en señalar que el resto de mi argumentación «no se sotiene»…
Pero bien, es un hecho que el Dr. A.T. Kravchenko en su artículo «Evaluation of the Toxic Action of Prophylactic and Therapeutic Preparations on Cell Cultures» (Zh Mikrobiol Epidemiol Immunobiol. 1983 Mar;(3):87-92) afirma, según hicimos referencia, que: «The toxic action of preparations kills and damages the cells at the site of injection, thus inducing the formation of autoantigens whose effect on the body cannot be predicted. Thimerosal, commonly used as a preservative, has been found not only to render its primary toxic effect, but also capable of changing properties of cells. This fact suggests that the use of Thimerosal for the preservation of medical biological preparations, especially those intended for children, is inadmissible», cuyo comentario puede leerse en medline: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/6845931 Entonces el negocio farmacéutico no puede invalidar como «teorías conspiranoicas y no probadas» las opiniones de este importante científico, así tampoco podría hacerlo respecto de las investigaciones de los doctores Mark Geier y su hijo David Geier, respetados científicos y genetistas, cuyas publicaciones, muchas disponibles en la web, son cuantiosas evidenciando los daños de estas neurotoxinas.
Tampoco podría cuestionar la calificación del dr. Luis Maya (director del Autism Research Institute [ARI] de San Diego, California) o de la dra. Flora Luna en su clarificador artículo: El timerosal y las enfermedades del desarrollo neuroinfantil, también disponible en la web: http://www.bioautismo.cl/wp-content/el-timerosal-y-las-enfermedades-del-neurodesarrollo-infantil.pdf el que además desmentirá en forma rotunda aquella información expresada más arriba de Jose (¿?) en la cual afirma: «lo del thimerosal y el autismo ya no está de moda. Y no lo digo porque en América el thimerosal desapareciera de las vacunas en 2002 y sin embargo el número de casos diagnosticados de autismo no haya bajado en absoluto en estos años (uno esperaría que la desaparición de un componente supuestamente tan dañino tuviera algún efecto positivo… pues no) […]»
Cito parte del artículo del dr. Maya y la dra. Luna: » Asimismo, una última investigación conducida en los EE.UU., utilizando dos fuentes de data diferentes, el Sistema de Reportes de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) y los Servicios del Departamento del Desarrollo de California (CDDS), señala que ambos registros han coincidido en demostrar incrementos significativos en las curvas de reportes de casos nuevos de autismo y trastornos del lenguaje, desde el año 1994 hasta mediados del año 2002, observándose correlación directa con el contenido de timerosal en las vacunas infantiles. No obstante, y luego del progresivo retiro del etilmercurio de las inmunizaciones pediátricas en los EEUU. a partir del año 1999, ambos registros muestran también un significativo descenso de las mismas curvas, desde mediados del 2002 hasta el año 2005. Los autores concluyen que tales resultados indican claramente que las curvas de reportes de casos nuevos de ambas enfermedades están directamente relacionadas primero al incremento y subsecuentemente a la disminución de las dosis acumulativas de Hg en los niños expuestos a las vacunas conteniendo timerosal, en los esquemas de inmunización norteamericanos».
Pero por supuesto, al sr. Francisco (¿?) no le interesa emitir descalificaciones o siquiera cuestionar estas informaciones evidentemente erróneas, así como respecto de aquella donde se afirma que, componentes como el aluminio, sólo ahora están siendo estudiados por sus efectos en enfermedades del neurodesarrollo… ¡Si ambos han sido componentes de las vacunas y se han estudiado sus efectos por años!
Tampoco se puede desmentir a las revelaciones de los propios laboratorios, como Elly Lilly, pionero en el uso del etilmercurio como preservante en vacunas…
Imagino que habrá quedado claro quién es el que está mintiendo en este foro. Y por supuesto, se comprende entonces lo del anonimato.
Reitero mis saludos siempre afectuosos y fraternos, con mis deseos de mucha fuerza a Miguel y quienes apoyan este sitio que invita a la reflexión crítica.
Atentamente
Raúl Encina Tapia
Santiago de Chile.