Avandia: infartos de corazón
El consumo del fármaco Avandia, del laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), utilizado para tratar la diabetes, aumenta el riesgo de sufrir infartos de corazón. A esta conclusión se ha llegado tras realizarse estudios recientes. Estos trabajos científicos han analizado 56 ensayos aleatorios en los que participaron un total de más de 35.500 personas y fueron publicados en el Archives of Internal Medicine. Como la enfermedad cardiovascular ya es la principal causa de muerte de los pacientes de diabetes tipo 2, el aumento en el riesgo por el consumo de este medicamento es significativo.
Otro de los trabajos fue realizado por David Graham, investigador del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos, parte de la FDA, la agencia estadounidense de medicamentos. Graham fue uno de los primeros científicos gubernamentales en apuntar a los peligros cardiacos del rofecoxib (Vioxx), un analgésico del laboratorio Merck que se retiró del mercado en 2004 tras producirse miles de muertes por infartos de corazón en todo el mundo. El estudio de Graham revisa los expedientes farmacéuticos de casi 227.600 enfermos.
Investigaciones anteriores han mostrado que el fármaco aumenta el colesterol LDL y que también podría tener efectos genéticos negativos asociados con una enzima que participa en las rupturas de placa en el revestimiento interior de los vasos sanguíneos. Este mes de julio la FDA decidirá el futuro del medicamento, éxito de ventas para GSK.
La pregunta es obvia: ¿hasta cuando van a seguir permitiendo las agencias de medicamentos que se vendan en el mercado fármacos que años después se demuestra que son nocivos?
En 2007, un comité asesor de la FDA declaró que Avandia aumentaba el riesgo de ataques cardiacos pero no llegó a recomendar que se retirara de las farmacias. En febrero de este año, la FDA apuntó que seguía revisando los documentos sobre el preparado pero que no estaba lista para tomar ninguna decisión todavía.
Más info: En el libro Traficantes de salud. Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad (Icaria, 2007).
El diario El País ha esperado a que The New York Times publique esta información para hacerse eco: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Glaxo/oculto/riesgos/farmaco/estrella/diabetes/elpepusoc/20100714elpepisoc_5/Tes
Atentos a los dos últimos párrafos, ¿quién manda en la FDA, la agencia de medicamentos estadounidense?:
El destino de Avandia ha causado una enorme división entre los responsables de la FDA, según revelan los mismos documentos. El director del departamento de nuevos fármacos de la agencia, John Jenkins, no solo ha defendido la permanencia del medicamento en el mercado, sino que ha informado en detalle a los directivos de Glaxo de las deliberaciones internas del organismo.
En la otra parte, Rosemary Johann-Liang, que fue miembro del departamento de nuevos fármacos -el que dirige Jenkins-, dejó la FDA tras ser sancionada por recomendar que los riesgos cardiovasculares de Avandia se enfatizaran en el prospecto. Johann-Liang ha criticado con dureza los contactos de su ex jefe Jenkins con la farmacéutica. «Estas cosas no debieran pasar», declaró ayer. «Alguien debería tomar una decisión sobre el liderazgo de la FDA».
Es una vergüenza que los laboratorios tengan patente de corso, para usarnos a los enfermos como conejos de India, a cambio de obtener grandes beneficios.
El nombre Anselmo tiene como significado: «protegido de los dioses», ¿de que dioses? Cree firmemente en la ley y el orden. Utiliza su agresividad intelectual para imponerse si se le desdeña.
Muy acertado. Pero me gustaba más uno de los otros. Que no te lo voy a decir. Ah! y amputar no es medicina.
Anselmo: la coherencia no debe ser una de tus virtudes más importantes. Y lo siento.
Hola Don Miguel, ya lo pensé. Quíteme usted el apéndice. ¿Pero está usted bien? Pues si no le gusta, quíteme usted el ciego. ¿Y qué tiene que ver el ciego o el apéndice con la diabetes? No lo sé. ¿No será al revés?
¿Se atreverá usted don Miguel a dejarme publicar esto?
Échele valor, hombre, corra riesgos.
El tema de la rosiglitazona es un caso más de escándalo solo comparable al que han dado los «gurus» de la inversión en USA, o los bancos, o los Millet, o los Gurtel, etc. durante los dos últimos años. El problema es que en definitiva, no pasa nada.
El riesgo grave en el caso de los fármacos es que parece que se prepara un futuro negro (de luto) en Europa si se aprueba una nueva normativa por parte de la EMEA, agencia europea de evaluación de los medicamentos que actualmente es solo EMA (ha perdido la E de evaluación), en la que se facilitan más las maniobras perversas de la industria agilizando la aprobación de nuevos fármacos, responsabilizando del control de efectos secundarios a la propia industria, dificultando el acceso a bases de datos a investigadores y organizaciones de pacientes, ignorando sistemas de promoción poco éticos, etc. ¿Cómo pueden nuestros políticos europeos permitir y proteger estas atrocidades? ¿Nos estamos volviendo todos locos? ¿Algún extraterrestre nos está conduciendo a un suicidio colectivo? No sé, malos tiempos que no se cómo ni cuando acabarán, y ni siquiera si acabaran.
Esta pregunta suya, creo, es incorrecta: «La pregunta es obvia: ¿hasta cuando van a seguir permitiendo las agencias de medicamentos que se vendan en el mercado medicamentos que años después se demuestra que son nocivos?».
Si años después se demuestra que son nocivos se retiran con sorpresa porque pasaron bien las pruebas clínicas. La cuestión grave es poner en peligro la salud autorizando la venta de medicamentos que en principio han resultado mas que sospechosos de causar muertes. ¿Sopesan mal ventajas-inconvenientes? Estando la vida en juego, yo que creo que no cabe utilizarlos más que en casos extremos. «A vida o muerte». ¿No era así? ¿Desea usted señor paciente correr este riesgo?
Déjeme pensarlo con mi mujer. Hasta luego.