Querella contra las agencias de "rating"

Hace unos días conocí la noticia de la admisión a trámite en la Audiencia Nacional de la querella penal contras las agencias de calificación de deuda impulsada por el Observatorio DESC (Derechos económicos, sociales y culturales), ATTAC y otras organizaciones sociales. Esto supone una pequeña grieta en este panorama sombrío. Por vez primera, Moody’s, Standard & Poors y Fitch deberán responder ante un tribunal español por la alteración del precio de la deuda pública y por la utilización ilegítima de información cualificada en beneficio propio.Agencias rating

Esta iniciativa debería verse, desde luego, como un intento de poner coto a la impunidad de los más fuertes, cuando la mayoría de instituciones públicas se ha rendido a la impotencia o ha optado por la complicidad. Pero también como la respuesta ante un modus operandi que, de no detenerse, acabará por arrasar no sólo con los endebles cimientos democráticos de nuestras sociedades sino también los derechos básicos de la mayoría de la población.

Las agencias de calificación crediticia (“rating”) son entidades privadas que mediante un proceso de análisis financiero, ofrecen dictámenes supuestamente independientes acerca de la calidad del crédito de una entidad, de una deuda, o de una obligación o instrumento financiero de un estado o empresa. El llamado “rating”, precisamente, es una escala de calificaciones que valora el grado de riesgo de crédito de un determinado emisor -empresa o Estado- para cumplir sus obligaciones contractuales de pago en las fechas previstas.

Las agencias califican ese “rating” mediante el uso de una escala de símbolos formados, generalmente, por letras, números y signos matemáticos. Su objetivo es clasificar a los acreditados realizando una predicción, mediante la identificación de ciertos factores de riesgo, sobre su capacidad de pago futura en condiciones “normales”. Se espera que cuanto mayor sea el riesgo inherente a una emisión, mayor será el retorno que dicha emisión ofrezca. Dicho en otras palabras: cuanto mayor sea el riesgo de invertir en esos productos financieros mayor será el interés que se pague a quienes inviertan en los mismos. O lo que es lo mismo: cuanto más baja o perjudicial sea la calificación, mayor interés deberá ofertar el emisor al comprador para colocar su emisión. La tabla de calificaciones de los bonos se divide, básicamente, entre los que alcanzan el grado de inversión, con menor riesgo, y los que, por su mayor riesgo, se denominan especulativos.

Estas calificaciones sirven como referencia a los inversores, los prestatarios, los emisores y los administradores públicos para sus decisiones de inversión y financiación, en el cálculo de la solvencia o de los riesgos asociados a toda actividad inversora. Este es, pues, el papel que tienen atribuido en el mercado estas agencias y la cuestión que pretende dilucidar la presente acción penal es si éste se está o no usando para alterar el precio de las cosas por la vía de dirigir el mercado hacia determinadas situaciones.

Ya ven cómo se compran y venden países enteros.

El texto completo de la querella.

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6 comentarios

  1. Que mas dará que sean los rating o los rateros si aquí el problema es que unos «que no sabemos quienes son» emiten el dinero que quieren y son los dueños del mundo, prestan a los paises que tienen deudas descomunales y ahora les van a ir «comprando las deudas» (que me digan a mi como se come eso), osea que van a ir «comprando países». Ellos mismos suben los intereses o dejan de prestar para que el mundo entero caiga en crisis o invaden al pais que se les ponga en gana. Creo que querer verlo de otra manera es mentirse a si mismo por «miedo».
    ¿Por qué no hablas de Islandia?
    Gracias.

  2. Hola Miguel,
    Estoy empezando a meter enlaces con las noticias de tu blog en nuestra Agenda estatal. Por otra parte he puesto tu enlace en un listado de ‘Ecoenlaces’ global publicado en la portada. Eso al margen de continuar incluyendo, de cuando en cuando, algún recordatorio sobre tus artículos según nuestro acuerdo. Confio así en poder colaborar en la difusión de algunas de las denuncias que presentas en un apartado tan importante como es la salud. Saludos cordiales.
    Un ecologista en El Bierzo.

  3. Personalmente creo que el problema base no son las agencias de calificación, que son empresas privadas que responden a sus propios intereses, sino el enorme endeudamiento público que obliga a los gobiernos a ir pidiendo miserias a los «mercados de capitales».

    Un país que no estuviese desesperado por colocar su enorme deuda, no tendría problemas con las agencias de calificación, ni con los mercados, ni con los especuladores…

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