La caída de los muros mentales
Leo en el diario Público, que dicho de paso es el que más ojeo, una noticia titulada Internet levanta un muro contra la pseudociencia y mi vista, supongo que es mérito del banner publicitario, ha escalado en la página hasta el anuncio que reza:
«Los regímenes totaliarios siempre han intentado silenciar a los escritores incómodos: Walter Benjamin, Alfonso Sastre, Franz Kafka, Nicolás Maquiavelo, Erasmo de Roterrdam: Literatura prohibida».
No he podido dejar de esbozar una leve sonrisa pues lo que me queda claro tras la lectura de la noticia es que hay personas que se sienten incómodas con otras realidades que rodean al conocimiento y otras maneras de buscar y entender la salud. No me parece bien desde luego que lo que no sea científico se haga pasar por tal (no creo que sea el caso porque no es necesario). Y tampoco me parece bien que si algo es fraudulento, probadamente fraudulento, sea promocionado en una Universidad. Pero me preocupa que se cierren puertas. Y el modo en cómo se cierran.
También me pregunto qué clase de responsables universitarios pueden aceptar que se celebren eventos que promocionen falsedades. Si eso es así esas personas no valen para estar en su puesto, sin unos ineptos. Pero es que si aceptan que se celebre algo que creen que merece la pena y no resisten a las presiones son unos cobardes.
Por supuesto que puede haber aprovechados que se cuelen en la Universidad no hay más que ver qué significa el Plan Bolonia o la economía que por lo general (antes de Periodismo hice un año de Empresariales), se enseña en esos recintos. La Universidad también está mercantilizada si ese es el problema trabajemos todos juntos por revertirlo. Pero no hay que olvidar que muchas teorías científicas comenzaron sin tener el apoyo de mayorías, como la evolución. Es muy peligroso que la ciencia, entendida según algunos, sustituya a la religión. Ahora resulta que tenemos fundamentalismos religiosos y científicos en la Universidad. Como «creo» -no en sus sentido religioso- en la Ciencia quiero que haya espacios para otras interpretaciones y aunque no creo en Dios, soy ateo hasta que se demuestre lo contrario, quiero que haya Teología en la Universidad porque a lo mejor estoy confundido (estoy seguro de que no pero sería necio si cierro la puerta a quien quiera «sacarme de mi error»). La variedad nos hace mejores, la reducción nos lleva al totalitarismo aunque se haga en nombre de nuestra libertad y de la razón.
Lo que sí debe exigírsele a la Universidad es independencia de las empresas y que sus cursos no tengan ese conflicto de interés que es que las empresas financien los cursos de temas que les son interesantes económicamente. Esto de los conflictos de interés es lo que está pudriendo la ciencia o esa parte de la misma que antepone los intereses comerciales a los de las personas (entonces deja de ser ciencia propiamente dicha).
También hay que considerar que en ciencia primero se presentan los casos, hay una evidencia clínica y luego se hacen los estudios para comprobar su funcionamiento, para verificar.
Y es que por exigir que se enseñen sólo materias «científicas» el siguiente paso puede ser arremeter contra las «ciencias económicas y empresariales» o las «ciencias de la información» o la Psicología o la Filosofía. Y podría irse más lejos y sólo impartir clases sobre lo que esté fehacientemente demostrado sin mención alguna a las vías interesantes que pueda haber abierto en ese momento al Ciencia y que todavía no están demostradas. Ello conduciría a un totalitarismo cientifista. A justo lo contrario que debe perseguir la Universidad, la apertura de miras del individuo y su formación humanista e integral con la visión más amplia del mundo que sea posible. Aprendiendo incluso sobre aquello de lo que aún no tenemos explicación o esta será sumamente difícil pues algo no demostrado que no quiere decir que no exista o que no pueda demostrarse si se le surtiera de los suficientes medios y en parte para ello está la Universidad.
No existen ideas que nazcan probadas y casi toda nueva buena idea para la Humanidad primero ha sido tratada como una provocación para, generalmente, muchos años después ser aceptada por la población.
Por otro lado, es absurdo creer que porque muchas de las grandes industrias de nuestro tiempo se valgan de la ciencia para validar sus productos pasarían un mínimo control «científico». Algo se queda en el camino. Muchos medicamentos cuando son analizados científicamente por instituciones independientes no pasan el examen o tienen una eficacia bajísima (directamente no deberían haberse comercializado) o su coste-efectividad (que se decide por en ocasiones manipulados costes de investigación) son la excusa para estafar al herario público por supuesto con la connivencia de los políticos y funcionarios de turno.
Creía, inocente de mí, que lo que criticábamos de la religión es su imposición, el fundamentalismo, no la libertad de culto; que cada uno crea en lo que quiera y se realice como persona como pueda. Creía que criticábamos y denunciábamos a las industrias que hacen daño a las personas cuando lo hacen, no sus buenos productos y loables iniciativas que también los tienen y las hay y creía que amábamos a la Ciencia por estar abierta al conocimiento y no por perseguir lo que le suene a acientífico como ha hecho toda la vida el fundamentalismo religioso con los científicos. En el fondo todo este tiene mucho que ver con la búsqueda del sentido de la vida y sus dogmatismos y represiones; con la caída de los muros mentales.
La homeopatía jamás ha demostrado una eficacia superior a placebo y, precisamente fue en The Lancet donde se publicó el primer estudio que lo afirmaba. Dices que el medio de comunicación que más lees es el diario Público, ya con esta referencia, dispongo de un instrumento psicometrico fiable y valido acerca de por quë percentil rondará tu C.I. ; el mío te lo digo yo: 164.
Dices que la homeopatía te funciona muy bien a ti. Eso es una frase vacía. Otra cosa es si hubieses escrito que un fármaco homeopático té curó de una BONO, de una ELA o de un carcinoma hepático. Sabes bien que nunca te curarías de estas patologías con diluciones de agua azucarada. Si la homeopatía hubiese demostrado su eficacia, sería impensable este debate después de más de 200 años desde que se la inventara Hahnemann. No hay cazadores de brujas por parte de los científicos. Bastante tienen con hacer su trabajo, simplemente ignoran las pseudociencias pues no aportan nada más que confusión y superstición. Acabo de leer un nuevo mëtodo de implementación de CRISP cas9 mediante nanopartículas de oro que consiguen que el ARN vehiculizador más el ADN donante y la proteína cas9 penetren en células musculares de ratones con distrofia de Duchenne y se curen sin que haya delecciones ni infiltraciones en el genoma. Esto es ciencia. Una gota de algo diluida por encima del número de Avogadro es pura tontería.
Pienso que el pseudoescepticismo puede ser un intento de controlar Internet, mediante campañas y por medio del control de la red, el control de la calle.
Me ha gustado mucho este artículo, Miguel. Podría haberlo firmado sin cambiar ni una coma. No veas las discusiones que he tenido en «la pizarra de yuri» (firmando como «voet») con este asunto. Me parece que a partir de este momento me limitaré a enlazarlo en vez de repetir la chapa cada vez.
Ahora mismo estoy iniciando una modesta revista online sobre asuntos que quizás te interesan [ http://astropuerto.com ] y que gira en gran parte sobre este asunto de la apertura mental, los límites de la ciencia y la búsqueda/recuperación de puntos de vista alternativos.
Alberto, gracias por tu aprecio. He dado un vistazo a tu proyecto y tien buena puinta, la ciencia también necesita de espíritu crítico.
FELICITACIONES A LAS UNIVERSIDADES ACOGIDAS A SALIR DE LA MEDIOCRIDAD Y DEL OSCURANTISMO AL QUE SOMETIÓ UN DICTADOR Y UNA RELIGION CUYOS INTERESES CREADOS Y PARTICIPATIVOS AUN NO CONOCEMOS ADEMAS DE HUNDIR AL PUEBLO ESPAÑOL EN LA IGNORANCIA Y MEDIOCRIDAD
Totalmente de acuerdo contigo, Alexandros. Tu aportación es una de las cosas que le falta a mi punto de vista. Gracias y saludos.
Yubil, entiendo lo que dices y lo suscribo al 100%, no obstante, solo dos apuntes, en ocasiones nuestro progreso también ha traído problemas (contaminación, problemas ecológicos, temas de salud, etc.) y la investigación científica se encuentra a veces supeditada a los que la pagan, vuelvo a decir que estoy de acuerdo contigo en lo que has dicho pero sin dejar de echar un vistazo a las dos ideas anteriores (que también deben ser sometidas a crítica), entiendo el miedo a que la humanidad pierda la confianza en la ciencia tan duramente alcanzada por supersticiones externas y nada buenas, pero cuidado la humanidad puede perder la confianza en la ciencia porque desde dentro de la misma o en sus cercanías haya gente esperando usar el buen nombre de la ciencia para lucrase personalmente sin además importarle los daños que se ocasionen y que se manche el buen nombre de la ciencia, esto es una reflexión que algunos escépticos nunca hacen, su universo científico es un paraíso perfecto y esto es una irrealidad que tampoco es buena.
En mi opinión, el problema que tienen algunos “escépticos” es que quieren extrapolar radicalmente la buscada objetividad del método científico propio de las ciencias naturales al de las ciencias sociales y psicológicas. Estas últimas, y a pesar de todos los esfuerzos que se hagan, por la naturaleza de lo que investigan, no pueden ser tan exactas y dejan más cabos sueltos. Lo cual no ha de ser óbice para que sigan insistiendo en la metodología científica. Dicho esto, yo, con todas las carencias que tenga (que las tiene), defiendo el pensamiento, la forma de abordar la realidad y de explicarnos las cosas hasta donde podamos, basados en una actitud y práctica que vuelca toda su inteligencia en investigar con rigor y seriedad lo que hay detrás de lo aparente; que trata de constatar hechos, funcionamientos, comportamientos, contrastándolo con otras investigaciones, poniendo a prueba sus teorías, teniendo conciencia de sus límites científicos, de su provisionalidad, sin llenar el hueco de lo desconocido con metafísicas, religiones, esoterismos y/o supersticiones. Pienso que la humanidad ha dado grandes pasos en la medida en que ha ido dejando atrás leyendas, supersticiones y creencias con vocación permanente de serlo, para, como decía, ir progresando en su conocimiento mediante la investigación con métodos cada vez más críticos, rigurosos y fiables que buscan una mayor y mejor explicación de cómo es y funciona la realidad. Y, nos guste o no, nos resulte incómodo o no deseable, también en este campo se da una lucha de ideas. Tiene que darse.
Como este blog está más bien dedicado a la medicina y a la salud, materias que en buena parte son muy “materiales” (la producción farmacológica, la tecnología médica, etc.) y están sujetas a la investigación científica “dura” de la física, química, biología, ingeniería, diré que para mí está clara la exigencia de una metodología científica con un serio y alto nivel de experimentación y comprobación que dé lugar a unos medicamentos e instrumentos seguros y beneficiosos. Los otros componentes determinantes de la salud, de carácter sociológico y psicológico, también han de ser estudiados con el mismo rigor, aunque como antes ya he insinuado, no es lo mismo estudiar una célula que un grupo humano.
Entiendo el cabreo de los “escépticos”. La Universidad está para enseñar y defender la investigación, por ejemplo en medicina, con métodos basados en ensayos y comprobaciones bien fundamentadas. Y me parece muy mal que se dé cancha en su ámbito, en nombre de la “libertad todo vale”, a “enseñanzas” próximas al esoterismo y la superchería. Para esto la sociedad ya brinda otras tribunas (muy mediáticas, por cierto). No me extraña que los investigadores en bioquímica, farmacia y medicina -que meten horas y se dejan el cerebro en los laboratorios tratando de saber más y más sobre la salud y la enfermedad del cuerpo humano- se suban por las paredes cuando se enteran de que se va a montar en la Universidad una cátedra, un master o lo que sea, de homeopatía, flores de Bach y otras lindezas. Otra cosa es que se enseñe y estudie desde la psicología científica el efecto placebo y porqué y en qué casos la fe del paciente y la relación chamánica con su sanador, le alivia o le ayuda a curarse. Les pasa otro tanto a los astrofísicos cuando se ven equiparados a los astrólogos. O a los biólogos con los creacionistas bíblicos.
Insisto, no se pueden poner en el mismo plano de igualdad la actitud humana que busca seria y honradamente el conocimiento científico, que admite su provisionalidad, que lo sigue profundizando, que analiza y sopesa datos y resultados, que los compara con otras experimentaciones, que perfecciona su metodología, que tiene que demostrar, etc., etc., y la que se basa en creencias, algunas barnizadas de “ciencia”. Y, sin brujas ni hogueras, democráticamente, tiene que darse una lucha en el terreno de las ideas porque sería muy grave dejar el campo libre a la generalización del creer por el creer frente al pensar crítica y escépticamente. Racionalmente. Científicamente. A todos los niveles. Porque por ese camino de la credulidad acrítica, entre otras cosas, terminamos animando a la gente a que elija representantes o siga a líderes (que les pueden llevar a la ruina) por lo que cuentan, no por lo que hacen.
Claro, claro Humboldt y los transgénicos luego son como los extraterrestres, vale, vale, que si, que si, que tienes razón, cuanto rollo para no decir nada…
Para el «muro mental»: un mazo espiritual.
Pues yo creo que está bien clarita la demarcación entre ciencia y supercherías fraudulentas como la homeopatía, el reiki y otras sandeces anticientíficas que sobrepasan con creces el disparate. Otra cosa es que ustedes no lo quieran ver y quieran ponerse una venda permanente irracional en los ojos y en la mente. Por supuesto, que cada uno crea y se hipoteque con las teorías y prácticas más extravagantes del mercado que crea oportuno. Pero atacar a la ciencia con el trasnochado y arcaico apelativo de «cientifismo» demuestra que aquélla tiene sus cimientos bien asentados frente a todos los propagadores de mitos y fábulas alienantes de las llamadas «paraciencias«.
¿Desde cuándo la ciencia está en posesión de la verdad absoluta? Eso es una falacia como un piano, que suelen argumentar los crédulos en extraterrestres, en «canalizaciones» (sic) y desvaríos aún peores. Sólo se puede hablar así desde el desconocimiento más absoluto del método científico. La ciencia no es un dogma, al contrario que la fe religiosa y otras milagrerías al uso (incluidas las provenientes del new age, la ufología, los transpersonalismos,etc). La ciencia se va modificando y remodelando a sí misma, corrigiéndose en virtud de la provisionalidad de sus postulados.
El fundamentalismo y totalitarismo sólo es patrimonio de las creencias religiosas o pseudoreligiosas porque admiten verdades inmutables en su corpus doctrinal. La ciencia sólo admite «verdades» probatorias. Señores es tan sencillo como esto: quien afirma debe probar. Si usted consume un potingue homeopático y dice que le funciona de maravilla, lo más probable es que el efecto autosugestión haya alcanzado su clímax. De lo contrario, vaya y testéelo en un laboratorio. Le dirán que tururú. Si usted cree en los «chemtrails venenosos» no me vale que diga que existen unos avioncitos que sueltan un gas tóxico tal como si le apareciese la virgen. Debe poner estudios y pruebas falsables sobre la mesa. De lo contrario es usted un charlatán.
Como dijo Gustavo Bueno, lo más fácil es creer porque no exige esfuerzo intelectual alguno.
No creo que el conocimiento de otros «ciencia» ni la universidad «otros» pueda validar que cosa es ciencia (conocimiento) y que cosa no lo es, puesto que el conocimiento es del que lo conoce, otra cosa es poder demostrarlo o solo poder dar sincero testimonio de la experiencia y eso seria todo lo necesario para avanzar si se obrase de buena fe, pero tenemos el peor de los conocimientos es el conocimiento (ciencia) de la mentira, que tiene cátedra en el altar privado del dios mamón (dinero) y ya vamos viéndoles las caras a estos científicos y artistas del engaño que, como no podía ser de otra forma, con sus juicios y prejuicios nos quieren convencer por decreto de que lo malo es bueno y lo bueno malo mientras roban a cuatro manos traficando con nuestra salud.
Sobre este tema, quiero empezar aportando un libro del científico Javier Peteiro, contra «El autoritarismo científico», un científico que no está de acuerdo con las llamadas pseudociencias, pero que tampoco está deacuerdo con el cientifismo, se puede estar deacuerdo con el o no, pero por lo menos es persona de opiniones propias y educado.
http://miguelgomezediciones.com/blogos/index.php/2010/12/14/novedad-editorial-el-autoritarismo-cientifico-de-javier-peteiro/
Dentro del cientificismo, concretamente hablando del escepticismo, me resulta muy raro que entendiendo la ciencia como parte de la existencia total, es decir una existencia que incluye a la ciencia, junto con la naturaleza, junto con la filosofía, junto con el arte, etc., se quiera aplicar esta ciencia para entenderlo todo, cuando la ciencia es eso, una parte, es decir, es una parte muy importante, además bastante fiable, pero hay cosas que se le escapan, no es capaz de explicarlos, desde comportamientos biológicos, pasando por física cuántica, hasta el comportamiento humano (individual y social), para estas cosas (y otras muchas) que son reales, solo podemos aplicar el método científico, hasta donde podemos, pero la realidad es así, por lo que no me parece mal aplicar este método a todo lo que se pueda, pero sabiendo que hay cosas que posiblemente se nos van a escapar.
Por otro lado, los escépticos no aplican todo el método científico a la realidad (metodo que como ya dijimos antes, es en si mismo positivo pero insuficiente para abordar toda la realidad al completo), sino que solo aplican el escepticismo ante las cosas, pero no un escepticismo genérico como el filosófico, sino uno selectivo ellos creen la verdad oficial, frente a esta no hay dudas ni cuestiones, mas aún frente a esta hay creencia absoluta y dogma, por ello muchos les llaman pseudoescépticos y si, esta bien defender a la ciencia frente a ataques de lo irracional, pero cuando lo que se hace es impedir el flujo de nuevas ideas hacia esta ciencia pues la misma esta blindada, estamos ante un problema, esto ocurre cuando los divulgadores escépticos se ponen por delante de los científicos investigadores, cuando entran en debates científicos como los transgénicos, que pueden dañar a la gente, la sociedad y la naturaleza y lo hacen sin ser expertos en los temas, ni conocer como va la investigación al respecto, además relacionando el tema de los transgénicos, con el de los marcianos ¿?, como ha ocurrido en el programa de «Escépticos» de la televisión vasca.
Además es cierto que el escepticismo puede ser una de las bases de la ciencia, pero hay otras, el empirismo (demostraciones), la razón, el sentido común, etc. y es grave cuando solo se quiere aplicar a la realidad, no ya la ciencia, sino solo una de sus bases olvidándose del resto, es grave cuando se pone el escepticismo por encima del todo y si este entra en colisión con el sentido común, se le desprecia, como si el sentido común fuese charlatanería…, por ejemplo cuiando se repite como un mantra que no hay estudios de una nueva tecnología muy reciente publicados en revistas científicas de algo (aunque luego algunos suele haber a veces) y que como no hay esos estudios (o los hay a la corta, pero no de su impacto a la larga), esta tecnología puede desarrollarse a saco, cuando sabemos que la sobreexposición a cualquier elemento físico es negativa por definición científica y que así nos lo marca el sentido común, es algo obvio, pero esta gente dicen que se lo demuestres (tu, no las empresas), cuando el sentido común y la razón saben que cualquier sobrexposición, es negativa y el sentido común y la razón, son bases de la ciencia, como el ser escéptico, cuando cojen un solo elemento (el escepticismo) y lo aplican enfrentándose con otros principios científicos y para toda la realidad, pues creo que pasa como dice ese dicho, «si cojes una verdad y la sigues fanáticamente sin mirar sus consecuencias, terminarás siguiendo una mentira», además creo que confunden ciencia con tecnología y esta última con desarrollo económico, el decir que todos los que no firmen un cheque en blanco al progreso tecnológico (veamos lo que ha pasado con la contaminación), estamos contra el progreso en general, es mentira, solo estamos contra sus abusos, que han existido, no como ellos que mienten negándolos.
Con el paso de los años la distinción entre ciencia y pseudociencia se me hace cada vez más difícil. De pequeño lo tenía clarísimo. Ciencia era lo que me contaban en la escuela excepto en la clase de religión. Pseudocientíficos había más fuera que dentro. Pero porque siempre se colaba algún intruso. La teórica falsedad tiene un serio punto débil en libertad e igualdad. Algo de lo que carecía demasiado la escuela donde me educaban, los medios, los manuales…
Me gusta mucho el análisis de este artículo, pero las empresas y especialmente las pymes tienen una influencia innovadora que no se consigue con el puro academicismo.
Ya había leído ayer, en otro blog, de este nuevo ataque contra la homeopatía. Porque no leo, oigo ni veo falsimedia, me informo por internet.
Los tres primeros artículos «científicos» a favor de la homeopatía aparecieron en una de las revistas más «científicas» del «mundo»: The Lancet. Desde entonces en las revistas científicas extrañamente sólo se han publicados artículos negativos, o de los positivos no nos enteramos si es que han sido publicados porque en la prensa no salen. Es algo así como en la quimioterapia pero al revés: en este tipo de «tratamiento» sólo se publican los resutados positivos pero no los negativos, lo cual ya ha sido denunciado en varias ocasiones en medios alternativos como DSalud. Si sale alguno negativo se retira de circulación y se olvida ¿es esto ciencia? ¡Qué extraño contraste!!
Lo que si me parece del todo pseudocientífico es hacer lo que estan haciendo con la homeopatía hace años, un tratamiento que toman por sus beneficios millones de europeos: en vez de investigarla, en vez de discutirla en la universidad, en vez de informarse o hacer estudios observacionales de sus efectos, lo cual sí sería científico y ahorraría mucho dinero al Estado si se usara, lo que hacen es lo único que pueden hacer: publicar artículos opuestos en lo menos científico que existe: la prensa. Pero ya sabemos que los medios son usados para intereses de transacionales y escribimos aquí para que sepan que lo sabemos y para que el que no sabe la información se vaya informando.
Y además que se sepa que lo científico no es la verdad absoluta y por ello también los resultados científicos siempre son revisables y cuestionables: porque no son la verdad, ni una religión, aunque para muchos parece su fe, además de la fe en el dinero.
A mi la homeopatía y la medicina biológica me funcionan muy bien en mi cuerpo, y no necesito que hagan ningun estudio para que me den la razón, demasiado que me la pago de mi bolsillo. No me tienen que aleccionar en nada desde los medios «no científicos».
Por cierto aquí tienen una charla «científica» (dada en la universidad por un catedrático) sobre lo «científica» que es la biología actual y no me dirán que medicina no tiene que ver con biología: http://vimeo.com/12064670
Un saludo.
http://www.medicinalibre.com
¡Espléndido comentario Sr. Jara!
Aunque es un gran reto discernir entre falsedad y certeza, creo que buenas dosis de escepticismo y espíritu crítico son buenas herramientas para intentar filtrar las realidades que nos venden y que en el fondo resultan interesadas.
La Tradición y la Historia están llenas de Sabiduria y de Charlataneria, y esto parece que no va a cambiar nunca.
A nuestra Ciencia (y la Universidad es su más egregio contenedor y generador) le sobra Prepotencia, dogmatismo y mercantilismo, y le falta Ética a raudales.
Mi descubrimiento personal más interesante en los últimos tiempos ha sido el Yoga que me ha atrapado por sus aspectos positivos aunque no sea la Panacea. Todas las Ciencias, Creencias y Remedios exageran en su eficacia. Yo pediria más modestia a sus divulgadores ya que gereran frustraciones innecesarias.
Leyendo esta entrevista con el admirado periodista Pascual Serrano me acuerdo del post y las universidades:
«P: Hablamos de manipulación informativa en los medios, pero la manipulación empieza ya en las universidades, donde se estudian autores y maneras de producir información, propias del sistema capitalista. Antes de llegar al medio, ¿ya están adoctrinados?
R: Sí. Yo eso lo vi cuando trabajaba en Telesur como director editorial y me di cuenta cómo gente recién salida de la facultad, incluso con una predisposición ideológica de izquierdas, luego no sabía hacer un periodismo alternativo. Les llevabas a Cultura a hablar de libros y ellos se cogían la lista de los más vendidos, porque creían que ésa era la noticia. Y cuando hablaban de Palestina, no podían evitar que se les escapara un ‘terrorista palestino’».
http://www.linformatiu.com/portada/detalle/articulo/pascual-serrano-jimenez-losantos-no-engana-a-nadie-el-pais-si/
El fundamentalismo ateo es tan fundamentalista como cualquier fundamentalismo. Nunca entendí por qué narices no dejan a la gente que piense y haga lo que quiera sin forzar nada a nadie. Salud.
Un par de buenos artículos sobre los «Rambo-científicos», mal auto-denominanos escépticos.
http://www.dsalud.com/index.php?pagina=articulo&c=1576
DSALUD núm.135 (Febrero 2011)
FUNDAMENTALISTAS CIENTÍFICOS CONTRA EL PENSAMIENTEO CRÍTICO
Por Jesús García Blanca
(…)
Cómo desenmascarar a un falso escéptico
(…)
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http://ojo-critico.blogspot.com/2006/06/luis-alfonso-gamez-arp-y-el-fraude-de.html
«Alfonso Gamez, ARP, Círculo Escéptico y el fraude de los «escépticos»»
(Publicado en EOC nº 52)
Por Manuel Carballal
(…)
Ya estamos en un totalitarismo cientifista.
Llevamos más de 200 años inmersos en él.
Otra cosa es que sea muy duro aceptarlo, pero está claro que es lo que principalmente (junto a nuestra credulidad y la delegación sistemática de nuestra responsabilidad) nos ha llevado hasta el pozo inmundo y tenebroso donde estamos ahora.
Y seguimos bajando.
Ahora ya en caída libre hacia el completo desastre.
A mi me gusta ser escéptico, pero si varias personas de distintos ámbitos me dicen que se han curado una enfermedad con homeopatia, pues me planteo seriamente creer en ella (yo nunca la he probado). Tampoco rechazo ninguna enseñanza por el simple hecho de que suene a «ching» o a «chung». La enorme prepotencia occidental nos lleva a menospreciar culturas incluso superiores en algunos aspectos a la nuestra.
La homeopatia, el tai chi, el chikung (¿el yoga?) resulta que ahora son pseudociencia y que tú cultives tu propio huerto supongo que también.
Yo creo que hay preocupación con algunas técnicas no occidentales (esto es: no pastilleras) que estan curando o haciendo más feliz a un número de gente cada vez mayor.
Como escéptico, tengo que deciros que me convencieron para hacer tai-chi y no llegó a engancharme. Me pasé al kung fu y, lo que son las cosas, me encantó. Sólo fueron unos meses, pero años después lo sigo practicando, no para pegarme con nadie, sino para relajarme.
En todo caso, está claro que los medios de comunicación masivos empezarán a mandarnos nuevos mensajes: chicas o chicos, dejaos de experimentar con cosas raras y dediquemonos todos a tomar ibuproceno, que es muy científico.
Álvaro, suscribo tu primera línea y en general tu comentario. Yo necesito, como persona y como periodista, ser escéptico. Nunca he probado la homeopatía pero a mi alrededor veo que va muy bien sobre todo a los niños, algunos con resultados espectaculares. Es cierto que hay que ser crítico con todo incluso con las cosas en las que creemos. Mi cultura científica y médica es la convencional, la que me enseñaron mis padres (que por cierto no cumplieron del todo con lo que nos enseñaron pues eran muy cautos con los medicamentos cuando eramos pequeños y ahora se inflan a pastillas sin estar enfermos y lo que es peor se leen mis libros, les parecen muy bien pero luego no cambian ni un poquito 😉 pero estoy abierto a otras maneras de buscar la salud y si enfermo así lo haré.
En la redacción del diario “Público”, escriben una serie de personas jóvenes cercanas al movimiento escéptico, pasa también con otros medios de izquierdas a los que los escépticos les engañan jugando la tramposa carta de un falso racionalismo que aprovechan para venderles transgénicos y cualquier otra cosa de las empresas a las que no les importa un pimiento ni la gente ni la naturaleza (que la izquierda dice defender, como se suele decir, al final son o vendidos o tontos útiles), sin que esta izquierda reaccione contra gente que esta pagada por numerosas empresas, al final son unos infiltrados en esta misma izquierda, sin ninguna capacidad crítica, la única solución que se me ocurre es escribir cartas a “Público”, denunciando esta situación.
Hola!
Primero darle las gracias por tu web , que me encanta, y la tengo linkada a mi blog, divulgando tu trabajo.
Gracias por tener la mente clara y divulgar la necesidad de tener esa «herramienta» así dispuesta. Me sorprendo viendo como empieza a aparecer una nueva secta, de los «científicos cazadores de Brujas«, persiguiendo y negando todo lo que aun no haya sido probado con los medios por ellos utilizados. Creando con esa actitud otro extremo radical, tan nefasto como el que ellos intentan eliminar, del charlatanismo engañoso.
La estrechez mental es lo peor que nos puede pasar ahora , en un momento en que hemos de buscar una nueva forma de organizar algunas de las estructuras ya existentes, cuando no cambiar directamente tales estructuras, harto fallidas.
En fin, tu lo has dicho todo no sigo te vuelvo a leer y a reenviar.
Un abrazo traspasando los muros.