Las puertas que se abren para los enfermos ambientales

Hace casi dos años el director del programa Carne cruda de Radio3 (RNE), Javier Gallego, consiguió arrancar el compromiso del entonces secretario general de Sanidad y hombre fuerte del Ministerio de Sanidad en la era ZP, José Martínez Olmos, para crear un equipo que estudiase el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (SSQM) y la atención a quienes la padecen. El compromiso se ha cumplido en parte con la publicación del denominado «Documento de consenso» sobre SQM dado a conocer el último día del pasado mes de noviembre.

eternidadHoy en dicho espacio radiofónico Gallego ha reunido de nuevo a enfermos de SQM, médicos, abogados o periodistas para analizar qué supone este Documento. Las sensación mayoritaria es que este trabajo es positivo y salvo José Luis Aparicio, Josetxo, el afectado que se puso en contacto hace dos años con el programa para que se hablara en él sobre la SQM, cuya opinión es muy crítica -no sin motivos- (lo califica de «fallido» y «una decepción una humillación y un castigo») con el texto del Ministerio por no reconocer expresamente la SQM y no ofrecer compromisos claros, los demás contertulios creen que el Ministerio, pese a la ambigüedad e incluso contradicciones de su texto, abre puertas.

En el espacio estuvo David Palma, marido de Eva Caballé, la enferma de SQM y activista que desde su blog No Fun ha sido referente desde el primer programa para sus conductores. Palma ha utilizado la palabra «esperanza«, tras matizar que no es un documento perfecto, que no gusta a todos, para referirse al texto por el futuro que puede ofrecer. El locutor estuvo rápido en un momento del programa al recordar que dos años para hacer un documento de estas características, aunque no es mucho tiempo desde el punto de vista técnico, sí lo es para los enfermos, buena parte de los cuales se encuentran en situaciones límite. Así lo apuntó el abogado Jaume Cortés del Colectivo Ronda, que ha llevado las gestiones legales del proceso.

Lo cierto comenté yo es que el documento cita que su objetivo es «un mayor conocimiento» de la SQM lo que no es un reconocimiento expreso de la enfermedad pero considero, como los demás intervinientes, que es algo positivo porque antes no había nada. También comento que se ha buscado una evidencia científica que no favorece a los enfermos y que el texto contiene contradicciones graves como explicar primero que el origen psicológico del síndrome es cada vez menos contemplado en la literatura para a posteriori contemplar la «Hipótesis psicológica y/o psiquiátrica».

Para mí existe una contradicción evidente y grave en lo que respecta a los tratamientos y así lo he explicado:

«El documento dedica varios párrafos en su primera parte a repetir que NO hay tratamiento para en la parte final reconocer incluso la validez de ciertas vitaminas, del cambio de dieta, de la evitación de los tóxicos o del suministro a los pacientes de suplementos nutricionales«.

Por parte del Ministerio de Sanidad ha estado en el programa vía telefónica Carmen Moya, directora de la Agencia de Calidad que me consta que ha costado un mes en que diera voz a la Administración (con pocas ganas de nada tras la derrota del PSOE en las elecciones y ya de mudanza en el Ministerio). Moya ha explicado que han encontrado «poca evidencia científica» sobre la SQM aunque también reconoció que no recoge toda la evidencia. Dejó claro que la SQM no tiene un origen psicológico y que el documento está enviándose a los hospitales para que se traslade su contenido a los profesionales sanitarios. Ha sido la voz oficial que ha hablado de «reconocimiento» de la SQM.

El locutor dio paso también a Pilar Muñoz-Calero, presidenta de la Fundación Alborada, que hizo incapié en la existencia de los tratamientos y puso como ejemplo de la evidencia clínica de los mismos su propia superación de la SQM. Hace sólo cuatro años sería imposible su mera asistencia al plató:

«ahora puedo hacer una vida normal, cenar en un restaurante, salir de vaje, etc».

La directora de Alborada expuso que hay evidencia clara de que los tratamientos que ofrecen el doctor William Rea en la Clínica de Medicinal Ambiental de Dallas (EE.UU.) o la doctora Jean Monro en el Hospital Breakspeare de Londres mejoran mucho la calidad de vida de los enfermos. Esto llevó a Gallego a preguntar a Pablo Arnold, médico pionero en el diagnóstico de la SQM pues trabaja en ello desde hace veinte años y fue testigo del caso de Muñoz-Calero, si existen tratamientos. Preguntado sobre si existe tratamiento, el Dr. Arnold dijo:

«Lo primero el Control ambiental. Lo segundo, tratamientos conocidos hace ya mucho tiempo como son el de provocación-neutralización, lo que la gente normalmente llama vacunas o el tratamiento con vitaminas u oligoelementos. Estas cosas han demostrado eficacia. Lo que pasa es que todavía no hay suficiente cantidad de evidencia científica».

Explicó que el Documento de consenso abre las puertas a ello, a realizar ensayos clínicos y a aumentar la oferta de tratamientos.

También emitió su opinión sobre ello Francisca Clavero, Paqui, presidenta de Asquifyde una de las asociaciones de enfermos que forman el Comité de trece organizaciones que ha negociado el texto con el Ministerio. Afirmó que si estos tratamientos funcionan tienen que pasar a la Seguridad Social.

Terminé apuntando algo que no por obvio parece que haya calado en la sociedad, que estos enfermos nos dan la voz de alarma a los demás sobre lo que nos puede ocurrir si no cambiamos nuestros estilos de vida inmersos en la constante contaminación ambiental (tanto químico tóxica como física -la contaminación electromagnética-).

Más info en el libro La salud que viene.

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20 comentarios

  1. Raquel, buenas intenciones tienes pero los que se tienen que mover primero son los afectados, son ellos los que tienen que hacer una apuesta seria por la unión y no la están haciendo. Esa apuesta seria haría que muchos temas tomaran otro rumbo, son muchos los enfermos y no son conscientes de lo que moverían todos juntos.

    El escrito que hizo Pilar Remiro,“el poder que uno tiene” https://www.migueljara.com/2011/11/12/el-poder-que-uno-tiene/
    es para cogerlo y ponerse a trabajar sobre él, da las claves más importantes, no impone nada, pero clarifica mucho y es una buena herramienta. Ya imagino que alguien me replicara hablándome de las limitaciones que tienen, pero hay claros ejemplos de que desde las limitaciones se puede aportar e ir haciendo para sumar. Esta entrevista que mencionas del Dr. William J. Rea, es de gran valor para ellos y para la población, ya que nos explica las razones ocultas de porqué se les está torturando de forma tan obscena.

    Ya puedes estar segura, que si siguen haciendo las cosas como las están haciendo, no se moverá ni el aire, ni nada.

  2. Esta entrevista al Dr. William J. Rea, tiene mucho de dónde tirar y los afectados esperando a que se ponga en marcha lo poco que les da el documento de consenso.
    La desunión sigue haciendo estragos. ¿Después de esta entrevista tampoco se moverá ni el aire? el final da motivos para moverse y unirse:

    ¿existe un tratamiento eficaz para la SQM y demás enfermedades ambientales?
    Sí.

    ¿Puede hablarnos brevemente sobre cómo es el tratamiento contra sensibilidad química en su centro?
    De entrada, nuestro tratamiento consiste en evitar los contaminantes en el aire, el agua y los alimentos, es decir, procurar un hogar menos contaminado, alimentos orgánicos o agua embotellada en vidrio.
    Además de esto, tratamos la hipersensibilidad con inyecciones de neutralización, terapia nutricional, inmunomoduladores y terapia de oxígeno.

    Usted en Estados Unidos, Pilar Muñoz-Calero en España o Jean Monro en en el Reino Unido han sufrido graves ataques por sus prácticas médicas o por otras razones. ¿Qué cree que hay detrás de esos ataques?
    Razones económicas y políticas.

    ¿Se trata, tal vez, de una campaña internacional de desprestigio contra la medicina ambiental?
    Sí, correcto.

    Y quién cree que está detrás de todo esto, quién es el responsable final?
    Las empresas farmacéuticas, las compañías químicas, las compañías de seguros y, también, ciertas agencias e instituciones gubernamentales.

  3. Con permiso de Miguel Jara quisiera aprovechar la ventana abierta que ofrece este blog para comentar un tema relativo a la sensibilidad química múltiple que debería interesar a muchos de sus lectores. Pido disculpas a quienes lo encuentren demasiado largo y farragoso pero no puedo simplificarlo mucho más.

    Acabo de recibir una carta del Secretario General de Sanidad (en funciones) del Ministerio de Sanidad como contestación a un escrito mío en que les demandaba explicaciones y datos concretos sobre su documento de consenso de la SQM. Tras la habitual farfolla burocrática y autobombo entresaco la frase de que el tal documento «ha sido muy bien recibido por las Asociaciones de personas afectadas. Estoy convencido de que este primer documento, basado en la mejor evidencia científica….»

    Por lo que a mí respecta (y estoy harta de decirlo al Ministerio y a muchos otros por el estilo), se han dejado en el tintero importantísima `evidencia científica`. Por ejemplo, la evidencia de que se están haciendo pasar como «ansiedad/fobia a los olores» y tratándolos con psicomentalismos y profusión de psicofármacos (de esos que van dejando buenos dineros a quienes los venden) lo que en toda lógica son casos de SQM. O la evidencia de que personas diagnosticadas de asma clásica o de disfunción reactiva de la vía aérea son también a su manera enfermos de SQM pues al igual que nosotros tampoco toleran perfumes, humos ni disolventes. O la evidencia de que pólenes y ácaros del colchón están cargando con las culpas de muchos trastornos presuntamente alérgicos que causan intolerancias químicas los cuales en realidad son puras SQM. En resumen, los mismos perros con distintos collares, el mismo daño fisiológico al que nombran de una u otra manera dependiendo de en qué manos profesionales caiga el enfermo y de las propias convicciones e ideologías que tenga. A mí misma hace muchos años intentaron colgarme lo de la psicosomatosis pero en dos meses les había desmontado el tinglado al advertir que estaba enferma por una exposición ambiental en mi trabajo. En mi caso tuve la suerte de tener a mi alcance textos de medicina que me abrieron los ojos pero a saber cuantos casos similares al mío se habrán quedado en cualquier cosa inepta sin que sus víctimas llegaran nunca a sospechar que tenían algo que ahora se identifica como sensibilidad química múltiple.

    Si quienes deben hacerlo quisieran analizar la cuestión de la SQM como diversos grados de intolerancia a productos químicos nocivos, desde relativamente leve hasta fulminante; si tomaran en cuenta detalles como los que aquí apunto y muchísimos más que no puedo apuntar aquí; si se reconociera la evidencia de que hay distintas versiones de SQM, una con manifestaciones principalmente respiratorias y otra principalmente neurológicas o miálgicas, saldrían enfermos de SQM de debajo de las piedras y subiría espectacularmente la cifra de afectados; con lo cual los departamentos de salud pública no tendrían más remedio que tomar cartas en el asunto y dedicar más atención y dinero para la investigación. Pero mientras sigamos siendo un puñado de gente rara estaremos marginados y machacados. En ese sentido la autocomplacencia y descanso de los diversos implicados en este síndrome tras la publicación del documento de consenso solo puede resultar nefasta para todos. Este largo comentario intenta hacer comprender a quienes lo lean que se hace imprescindible el seguir con las movilizaciones.

    Desde hace muchos años y aún con más fuerza desde este verano he venido insistido personalmente en el Ministerio de Sanidad sobre el hecho de que la SQM no es precisamente una enfermedad “rara” como intentan hacerla pasar ciertos interesados, entregándoles decenas de páginas de bibliografía médica comentada sobre los aspectos que arriba detallo y otros muchos e insistiendo para que se incluyeran entre el grupo de expertos a especialistas en toxicología y sobre todo en MEDICINA RESPIRATORIA. Ni caso, todo cuanto les expliqué a los del Ministerio de Sanidad por escrito y en persona ha sido rotundamente marginado del documento de consenso.

    Como ya escribí en otro artículo de este blog los efectos de los productos químicos sobre el aparato respiratorio han sido rotundamente ignorados, prácticamente ni los mencionan, como si todo el peso del documento de consenso hubiera recaído sobre especialistas en inmunología o en otras especialidades, muy dignas pero insuficientes para comprender con cierta profundidad este complejo síndrome. Muchos de nosotros hemos adquirido «intolerancia a los productos químicos» tras la inhalación de una importante dosis de algún producto agresivo y el principal daño lo hemos sufrido en el aparato respiratorio por lo que la ausencia de especialistas en aparato respiratorio resulta cuando menos chocante, cuando no rotundamente sospechosa. Y es que cualquier malpensado (y yo tengo abrumadoras razones para serlo pues llevo casi tres décadas contando estas historias a los sordos) podría pensar que por algún sitio, con alguna maniobra, han intentado evitar confrontar a los especialistas en toxicología respiratoria con ciertas evidencias altamente inconvenientes para el establishment. Quizás el documento de consenso, promovido principalmente por asociaciones de fibromialgia y fatiga crónica, les resulte satisfactorio a ellas como asegura el jerarca del Ministerio de Sanidad que me escribe. Pero a personas como yo, y seguro que hay más, ese documento de consenso no nos representa ni nos satisface en absoluto y por lo que a mí respecta creo que se le debe seguir la pista muy de cerca y con desconfianza para ver a donde va a parar y si de verdad sirve para ayudar a los enfermos. Me temo que les va a servir de poco.

    He solicitado en vano al Ministerio de Sanidad que estudiaran en más profundidad cierta información la cual entre otras cosas podría haber servido indirectamente para ABRIR UNA NUEVA VIA PARA EL TRATAMIENTO DE LA SQM, hasta ahora básicamente inexplorada. Las sustancias volátiles extrañas que nos rodean se enfrentan en primer lugar con la barrera de las distintas mucosas y sus secreciones en los ojos, nariz, garganta, bronquios… estómago…. En ellas son bioquímicamente neutralizadas y así le resultan inocuas a la mayoría. Un producto químico agresivo puede dañar esas barreras mucosas por ejemplo deshidratándolas de agua y mucosidad, dejando con ello expuestos terminales nerviosos que reaccionarán excesivamente a la más ligera provocación. Por ejemplo un perfume. En toda lógica y con pocas excepciones la mucosa del aparato respiratorio será la primera afectada por la inhalación de sustancias irritantes. En consecuencia una primera y lógica actuación sería procurar la regeneración de esa mucosa respiratoria dañada hasta que alcance a producir el agua y mucosidad suficientes para recubrir los terminales nerviosos que jalonan todas las vías aéreas y las enzimas y otras sustancias necesarias para neutralizar la miriada de partículas y gases que constantemente respiramos. Inconcebiblemente no existe en la grandísima farmacopea tratamientos específicamente destinados a tal fin. Seguramente algunos antiinflamatorios clásicos, expectorantes, vitaminas antioxidantes, talasoterapia o tratamientos alternativos pueden paliar algo el daño a las mucosas pero básicamente no hay gran cosa de verdadera utilidad.

    Una persona sola y solitaria, enferma, agotada y abrumada, no va a conseguir romper la inercia profesional, reticencias, intereses, pereza, oscurantismo y demás lindezas que rodean a la intolerancia a los productos químicos y lograr que se estudien los aspectos que reseño. Por ello expongo aquí este texto en la esperanza de que los enfermos que puedan hacerlo, o sus familiares y amigos, tomen el relevo. Y que llegado el caso una vez bien informados, que comiencen a hacerse y a hacer preguntas impertinentes como las que yo llevo décadas haciendo a los especialistas. A ver si entre todos conseguimos que nos den algunas respuestas medianamente competentes.

    Por todo ello solicito a los enfermos de SQM que se fijen en lo que sigue y que se pasen unos a otros las siguientes consignas, por esas famosas redes sociales o por radio macuto según les convenga, coleccionando la información de alguna forma recuperable que ya se pondría en marcha a su debido tiempo:
    – ¿Tienen ahora o han tenido alguna vez (o no tienen nunca) síntomas respiratorios tales como dificultad para inhalar el aire, tos, dolor o sensación de quemazón en el centro del tórax?,
    – ¿Tienen la sensación de que pueden estornudar con normalidad, unas cuantas veces por semana por ejemplo, igual que siempre, o nunca, o se quedan muchas veces con ganas de estornudar y no les sale? ¿Notan demasiado reseca la nariz, la garganta, tienen buena cantidad de algo con muy mala prensa pero que quizás resultara ser una de las grandes claves de esta enfermedad, a saber “mocos”, o por el contrario si se suenan la nariz no les sale nada apenas? ¿Notan muchas veces sensación de congestión e irritación en la nariz? ¿Les cambia con demasiada frecuencia la voz, más aguda o más ronca, sin lógica ni razón obvia, o tienen demasiados malestares de garganta?
    – Si tienen síntomas respiratorios, ¿les han hecho pruebas de la función respiratoria, a saber, soplar por un tubo y qué les salió? ¿Y de provocación bronquial? ¿auscultación, radiografías… biopsia bronquial? (si les dijeron que todas sus pruebas respiratorias eran normales no se fíen, la cosa tiene trampa demasiado larga de explicar aquí)

    Con este tipo de información se podría hacer una especie de estudio o seguimiento epidemiológico que aunque fuera un tanto amateurista y chapucero daría una no desdeñable primera impresión del problema. Y si salieran de él cosas coherentes e interesantes habría más posibilidades de empezar a avanzar en el objetivo de obligar al Ministerio de Sanidad a estudiar el aspecto respiratorio de la SQM. El cual hasta ahora se ha venido marginando de toda la investigación y literatura mundial que tiene que ver con la SQM; y tengo la seguridad de que deliberadamente en muchos casos. Creo que a estas alturas estará claro para la mayoría de lectores del blog de Miguel Jara que en las cosas de la sanidad intervienen muchos factores confrontados y que los que más comandan son los dinerarios. La SQM es una enfermedad incómoda para el sistema económico-social prevalente, por eso estamos donde estamos.

    Por mi parte estoy dispuesta a dar más explicaciones a quien me lo solicite. Lamentablemente la mayoría de los enfermos no están en condiciones de comprender los intríngulis médicos y asociados que se hace necesario explicar para apreciar en toda su magnitud la dimensión del asunto pero sí avanzo que detrás de esta historia hay diplodocus. En cualquier caso quienes puedan sí deberían hacer un esfuerzo para intentar comprender los intríngulis médicos de los temas que les conciernen, en este caso la SQM. Es precisamente la ignorancia e incapacidad de la población general para comprender los temas médicos lo que permite que abusen de ella.

    Así pues a quien le interese el tema, y ojalá que haya médicos, que se pongan en contacto conmigo. Por ciertas razones no me parece buena idea exponer abiertamente mi email pero si Miguel Jara lo aprueba quizás podría ponerme en contacto con quienes se interesen por este texto. Francamente no creo que vayan a molestarle mucho, (no lo leerá ni el gato), pero ya veremos.

    Un saludo a todos y mis mejores deseos para los enfermos de SQM cuyas desgracias he sufrido y comparto plenamente.

  4. Que ganas de hacer las cosas a medias, “No es un documento que reconozca oficialmente la existencia de la enfermedad porque no hay apartado alguno que así lo manifieste pero sí es obvio y queda claro en el texto que “reconoce” que exite un Síndrome de SQM pues el objetivo del trabajo es “contribuir a un mayor conocimiento de la SQM”.”
    Contribuir al mayor conocimiento de la enfermedad se puede hacer mientras a la vez se establece la forma de tratamiento de la enfermedad y las salidas que se le puede dar, todo el tiempo que llevan estos trámites es tiempo de vida que les roban a los enfermos.
    Suficiente evidencia aún no la hay en muchas enfermedades y no por eso les dejan fuera de la cobertura sanitaria.
    Esto es una maratón de despropósitos, para enlentecer. Que ya llevan mucho tiempo estos enfermos cuidando de sí mismos, son un ejemplo de paciencia, para mí este es un argumento que rompe ese esquema de querer enfocarla por la parte psicológica, si estuvieran tan mal como para inventarse estas enfermedades, personas de distintas partes del mundo a la vez con los mismos síntomas es para meterles en un psiquiátrico, pero está claro que no es eso, (que nos digan el truco porque jamás se ha dado tanta coordinación) esto es a la espera de que alguna multinacional sepa cómo hacer agosto con ellos, se ve las orejas al lobo.

  5. Oí esta entrevista, me pareció entender que el documento sin ser lo más satisfactorio estaba bien, dicho por personas que estáis bien informadas quedo muy convincente, pero ahora veo que no hay mucha ilusión por parte de los afectados, apenas han hecho comentarios es algo extraño que desconcierta y desde fuera no se entiende. ¿Hay algo en el documento que no gusta a los afectados?

    1. Raquel, entiendo lo que planteas. Yo diría que es un documento «posibilista», es ambigüo y en ocasiones claramente contradictorio como he explicado varias veces. Si se mira desde la óptica de los enfermos (y los que no lo estamos) que queríamos ver un reconocimiento oficial y una «normalización» de la enfermedad no es así pero sí que abre puertas a ello. Claro, es normal que los enfermos se desesperen -como sucede con Josetxo– pues como dijo en el programa, creo que fue Pilar, cuando estás al límite defrauda un documento que te haga esperar y que no concrete.

  6. Hay que entender que para estos enfermos un día, una hora o una semana son interminables. Imagínense un día entero tumbado en una cama INTENTANDO respirar.
    La medicina siempre ha estado enlentecida por la burocracia. Que haya pasado esto en el pasado (esclerosis mútiple, etc) no es excusa para que vuelva a pasar. Más bien todo lo contrario, es excusa para aprender de los errores y no volverlos a repetir.
    Una conocida mía está ahora curada después de tratarse en EEUU. Afortunadamente los que la conocemos hemos dejado atrás la angustia de verla sufrir. Pero se me hiela el alma de pensar en los que todavía siguen ahí.
    SEÑORES DEL GOBIERNO mójense ya.
    Muchas gracias Miguel Jara. Ánimo Josetxo y los demás.

  7. Querido Miguel, como has dicho, mi respuesta fue contundente y agregaría que concisa. En ella, afirmé que sí y en primer lugar -como lo considera el mismo William Rea– se encuentra el Control Ambiental. Quisiera que sea transcripta tal cual lo dije, porque como está en tu artículo, parece ser que el «sí» remite únicamente a las intervenciones de tipo farmacológico. Esto tiene una gran trascendencia para las personas enfermas de SQM y de las otras enfermedades de los Síndromes de Sensibilización Central (Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y otras). No es una simple cuestión semántica. Desde ya te lo agradezco.
    Pablo Arnold.

    1. Pablo, encantado de saludarte de nuevo por segunda vez en tres días. Ahora mismo lo aclaro perdona pues por supuesto que es fundamental que lo primero de lo primero sea el Control ambiental, deformación profesional que de tan obvio no me pareció destacable.

      Desde ya te emplazo a que trabajemos juntos por abrir esas puertas de manera definitiva.

      Un fuerte abrazo amigo.

  8. Jandro, es cierto, lo de la Electrohipersensibilidad, cuando se habla de las enfermedades de Sensibilización Central se incluye esta parte en la que acabamos entrando o entrando esta sensibilidad en nuestras vidas con más o menos virulencia, los que estamos con SQM avasalladora ya tenemos nuestros problemas para organizar las horas de ordenador, el uso del teléfono móvil ya empieza a ser incapacitante, no tengo la sensación de que se nos pase por alto a los afectados que ha de ir todo (FM, SFC, SQM, EHS) comprendido como una enfermedad y sus diferentes ramas. He escuchado la entrevista y me ha gustado, con matices, me ha parecido desagradable una referencia hecha a la primera persona que ha ganado una sentencia por incapacidad por esta afectación.
    Veo que está más complicado que se puedan comprender cosas más sencillas, como por ejemplo que algunas afectadas de FM comprendan que no están tan lejos de los que hemos desarrollado las demás afectaciones, ya hay suficiente información para contemplar la FM como un primer estadio de la SQM. El día que esto se asuma por todos tengo la sensación de que avanzaremos más.

    Llevo dos horas para poder leer el post y dos horas para hacer este comentario, ¿por qué lo digo? porque se ha dejar patente al punto que llegamos con estas enfermedades y como eso afecta a nuestra calidad de vida. Le ponemos una sonrisa, es sano, repercute en nuestro bienestar y gracias a esa sonrisa podemos minimizar el impacto cotidiano, pero no le quita esfuerzo para salir adelante y seguir sintiéndose miembro de esta sociedad. Es un esfuerzo que de momento solo se ha hecho por una parte, la de los afectados, y unos pocos que no están afectados, ahora toca que se haga por todos para que no se excluya a nadie por una enfermedad.
    Por eso esta entrevista en Carne Cruda, para mí fue importante, todos desde sus distintos puntos de vista estaban de acuerdo en que es una buena base para avanzar, no es lo que esperábamos, no lo es, pero al oírlos a todos hablar en el mismo sentido, fue ilusionante.
    Queda mucho por andar, pero el suelo es otro.

  9. Felicito a los que han impulsado este tema, a medio plazo se le deberían de ir sumando otras dolencias como la electrosensibilidad (ya reconocida en Suecia), fibromialgia, etc., a pesar de todo como se dice «todo gran camino empieza por un pequeño paso», adjunto aquí un programa que se ha emitido la semana pasada en Radio Euskadi sobre la peligrosidad de la radiación electromagnética, en el mismo se habla de la electrosensibilidad entre otras cosas, es en el programa de la periodista Teresa Yusta, «Hágase la luz», hablan 4 científicos (no divulgadores sino científicos), expertos en la materia y que tienen estudios sobre el tema publicados en revistas científicas, los 4 reconocen que todos encuentran efectos de los campos electromagnéticos en las células y algunos dicen que esos efectos son malos, los científicos son, Darío Acuña Castroviejo, Ceferino Maestu Unturbe, Emilio Mayayo Artal y Alejandro Ubeda Maeso, podéis escuchar el programa al respecto a partir del minuto 17.

    http://www.eitb.com/es/audios/detalle/797123/campos-electromagneticos-salud/

    1. Jandro, gracias, el Documento de consenso sobre SQM del Ministerio de Sanidad cita que existe una hiperelectrosensibilidad, es algo,caminar hace camino.

  10. Me alegro que estas sintomatologías situadas más allá de la ciencia reconocida empiecen a encontrar apoyo de momento verbal.
    Por ahí puede empezar cualquier acción en la lucha ya sea más allá de la ciencia o en la misma ciencia. La cuestión es que sea evidente.

  11. Hay tanta competencia entre Entes pero en este caso que una radio se haya comprometido con este tema tan serio no ha sido suficiente para que otros medios hayan cogido el guante.
    Buena la entrevista y aclaradora, que hayan puesto música es una herramienta que informa también de que están vivas estas personas.
    La disposición a que los tratamientos se pongan al servicio de todos a través de Sanidad, es una reivindicación que en este blog han ido repitiendo algunos de los afectados de SQM de forma constante.
    Comprendo a Josetxo pero mi sensación es que ahora se puede hacer de verdad una estructura que permita la asistencia de forma seria.

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