La madurez de un movimiento
Ayer el movimiento 15M selló su madurez y deja claro un estilo propio de cambiar las cosas. Estas «herramientas» sí que pueden preocupar al Poder que siempre se ha justificado con el ejercicio de la violencia. Aunque lo de menos es si el poder se preocupa, la característica principal del movimiento es precisamente eso que se mueve sin esperar a ver qué hacen las instituciones tradicionales, las mismas que perpetúan su decadencia sin el menor atisbo de inspiración, imaginación o talento que les pueda hacer corregir su huida hacia adelante.
Esa inspiración y talento sí la demuestra el 15M porque mientras que la instituciones establecidas piensan los mismos viejos (aún en su juventud en muchos casos), gastados, de siempre con los mismos parámetros, en el 15M son muchas mentes pensando al mismo tiempo y compartiendo y extendiendo sus ideas con frescura.
Otro de los rasgos que se observan es la recuperación de la verticalidad. Si en el pasado casi nos obsesionamos con el posicionamiento horizontal izquierda-derecha, el 15M recupera un enfoque más plural, aglutinador de inquietudes y superador de etiquetas que interesaba sobremanera a quienes se encuentran en la parte superior de la pirámide social. Ese discurso horizontal se ha visto sobrepasado por el vertical del «somos el 99%» (con el que no estoy al 100% de acuerdo) pero que ejemplifica muy bien el ansia de ruptura de la brecha entre quienes ven perder sus derechos más básicos y quienes alientan el fraude que empuja al precipicio a toda la sociedad: «Tengo muy claras mis ideas y algunas de mis etiquetas pero las pongo al servicio de un fin mayor, el objetivo común de un cambio de modelo económico, político y social que tienda más a representar al 99% que al 1%«. No me gustan estas divisiones y sé que soy un tanto ambiguo y quizá vehemente pero no es mal punto de partida volver al principio.
La buena organización y la alegría compartida marcan como nunca el carácter del movimiento. En la columna en la que yo iba caminando hacia Sol, la que se había creado en el Templo de Debod con las personas llegadas desde la zona Oeste de la Comunidad de Madrid, cundía la tranquilidad, las conversaciones exudaban esperanza y convicción de que los cambios, aunque todavía tímidos comparados con los que provienen de las instituciones que garantizan la voluntad de los Mercados, van realizándose.
La propia convocatoria ofrece una grado mayor de complejidad en su organización con respecto a las convocatorias que solían realizarse en lustros anteriores: asambleas matinales; división en columnas dirigidas a un mismo objetivo-espacio (la simbólica puerta del Sol) y recorridos matizados; breve asamblea con instrucciones precisas desde las comisiones de Comunicación y Legal, incluso la existencia de una comisión de Respeto, marcan también la madurez de un movimiento que se sabe tocado por la fuerza de la razón y que está gestionando muy bien el tempo de su evolución; nunca, ni en los días de más crudo invierno, que este año por suerte para estos fines ha sido benévolo, cesaron las asambleas, las acciones, los eventos y la coordinación con las diferentes luchas y reivindicaciones: agua, sanidad, educación, etc. Esta coordinación y saber marcar el tempo para que la música no pare nos habla de un movimiento de sólidas raíces y excelente futuro a medio plazo.
Hola Miguel,
Te comparto una visión más profunda y crítica (más objetiva y realista creo yo, conforme a los resultados y los hechos de fondo), acerca del 15-M, señalando las luces así como exponiendo las sombras, que son muchas y graves, a mi entender (y al de otros muchos activistas).
http://es.scribd.com/doc/92269033/PENSANDO-EL-15-M-UN-ANO-DESPUES
El autor es Félix Rodrigo Mora, no sé si le conocerás, fue recientemente entrevistado por Alish, en dos ocasiones. Altamente recomendable. Sus textos, estudios e investigaciones están muy sólidamente documentados, y su mensaje rezuma rigor, coherencia e integridad.
Dale, por favor, una oportunidad (unos minutos de tu tiempo para una lectura atenta). Vale la pena, de verdad.
Una clave importante que han de dilucidar los que estén de buena fe en el 15-M: ¿de verás quieren ser una especie de sindicato más, para poner parches (modificaciones superfluas) al Sistema, o retomarán el impulso inicial, más íntegro, maduro y responsable, de transformación y regeneración social integral?
La crisis actual es demasiado honda y grave como para pretender abordarla (como hacen quienes tomaron las riendas del 15-M) desde una óptica meramente economicista-politicista, o ecologista-decrecentista.
En el texto enlazado de Rodrigo Mora, y en otros muchos de sus trabajos, artículos y videos, el lector podrá comprender claramente el porqué de la inmadurez y connivencia de tales enfoques parciales y reduccionistas (e interesados, por cierto).
Un cordial saludo y gracias por tu labor,
Freeman
Solamente quería añadir, que ya hay una sentencia del Tribunal Supremo que declara ilegales este tipo de reuniones y concrétamente el movimiento 15M, por su persistencia en el tiempo y el perjuicio que ocasiona. Quedando según la sentencia vulnerados derechos de otras personas.
El Movimiento llamado 15M es un maravilloso sueño que de forma impredecible ha aparecido y además ya ha aguantado un año. Su esencia asamblearia y pacífica ha dejado descolocada a la Casta política que no vislumbra más argumentos para combatirlo que aplicar la violencia legal (y también la ilegal de algunas actuaciones de la Policía ante la pasividad de Jueces y Fiscales).
Este movimiento se ha atrevido a lo inconcebible: romper el consenso postfranquista de una intocable Democracia, más formal que real, pidiendo una nueva Constitución y una regeneración de todo el hacer político. Reacción de la casta ante tamaña deslegitimación: llenarse la boca proclamando el pobre argumento de que han sido elegidos democráticamente. Cierto, pero ¿qué resultados habría habido con una Prensa Pública realmente libre, con una financiación de Partidos generosa con las minorías y con las novedades y finalmente, con otra ley electoral? Podemos hacer política-ficción pero probablemente nuestro Parlamento sería diferente y también nuestro Gobierno que también sería legítimo.
Nuestros profesionales de la política llevan tiempo fuera de juego ante la invasión descontrolada de información que recorre Internet destapando chanchullos mil que antes no salían del círculo de los enteradillos. Además, desde que hay crisis económica, el personal parece que ha dejado de estar despistado y ha empezado dedicarle algunas horas a leer sobre todo eso.
Hay que echar a todos y regenerar la Política pero ahora planteo la gran pregunta, para la que no tengo respuesta: ¿cómo echarles legalmente si son ellos los que hacen y deshacen las leyes y está muy claro que no quieren cambiarlas para marchar? La Transición nos brinda el gesto, quizás irremediable pero que hay que agradecer, de los Procuradores franquistas autoinmolándose legalmente. Islandia es otro ejemplo de políticos democráticos que saben dimitir. La Abstención o el voto en blanco se la pasan por el arco del triunfo (pienso que no renunciarían a un triunfo con un 10% de participación aunque prometieran una profunda reflexión). El monopolio informativo de las televisiones mantiene una mayoría de la población desinformada y distraída con temas menores. ¿Cómo echarles pacíficamente?
Se está planteando la posibilidad de que España entre en «corralito», no se si será cierto o alarmismo, pero se empieza a escuchar.
Miguel, andamos en primavera y con polinización, es momento de alergias, quizás podrías escribir, si lo ves conveniente, algún artículo al respecto.
Respecto al tema de empresas que ganan dinero con tecnologías obsoletas, cuando existen otras mas ecológicas que podrían mejorar el planeta no tan rentables, decir que entiendo que no quieran cambiar, pero que su postura no tiene futuro, deberían de invertir en otros temas, incluso en esas nuevas tecnologías, para ganar el mismo dinero o un poco menos o un poco más, pero no pueden tener parado a todo el planeta, esta es la idea que hay que transmitir.
La vuelta del 15M a las plazas es también la vuelta de cierta idealización-ilusión, a mi juicio un tanto sobredimensionada. Está por ver lo que da de sí y sus resultados. Quiero creer que sea todavía la posibilidad del comienzo de algo más sólido, permanente y organizado, conditio sine qua non para vencer al poderoso enemigo que se dice combatir. Deseo que, tras la nueva euforia, las gentes del 15M no se desinflen por sus propias contradicciones internas, la represión anunciada y/o el próximo silencio mediático de quienes ahora les dan coba. Temo que algunos con mando en plaza estén sopesando la conveniencia de aprovechar las características del movimiento para desviar al personal a la vía muerta de las miles de propuestas, los debates interminables, el buenismo y la desconfianza hacia otros movimientos y organizaciones, a los que se quiere debilitar. El 15M es lo que es y representa lo que representa, nada más. Existen otros mundos, por ejemplo las denostadas elecciones a las instituciones y lo que representan los millones de votos que obtienen quienes aplican los recortes. Hay que tener cuidado con los espejismos. No vaya a ser que mañana terminemos siendo unos desencantados por haber sufrido hoy un encantamiento.
La verticalidad la he recordado cuando he visto algún video de la carga indiscriminada con el consiguiente derecho por parte de los que agredían de decidir en qué lado tenía que estar cada uno. La voluntad de los mercados pesa mucho, en este caso aun no está la balanza equilibrada pero la desesperación por quedarnos sin trabajo y perdiendo servicios en sanidad conseguirá el efecto contrario al que quieren, acabaremos perdiendo la conformidad para eso a nosotros no nos hacen falta ponernos agresivos como ellos, posiblemente estemos entrando en un camino de difícil retorno.