El experimento dental
Al hilo de lo que comentaba ayer, hasta los productores de amalgamas dentales que llevan mercurio advierten de no ponerlas a niños, embarazadas y personas con importantes problemas renales. A partir de la investigación de organizaciones de pacientes, con las que colabora Mercuriados, la organización DAMS ha puesto en conocimiento del Tribunal de la Haya o Corte Penal Internacional un caso flagrante de experimentación con mercurio dental en niños de un orfanato portugués y con niños muy pobres de Estados Unidos, siendo la denuncia por Crímenes contra la Humanidad. En su día, el químico Alfred Stock, intoxicado por sus amalgamas dentales, ya dijo que el uso de mercurio en empastes dentales era “un grave delito contra la Humanidad”. El gobierno portugués también se ha interesado por este penoso asunto, que está ahora siendo investigado por el Fiscal General del Estado y por la Directora del Departamento de Investigación y Acción Penal.
Por todo ello hay muchas personas hartas de tantas incongruencias médico-sanitarias. Cada vez más personas conocen los riesgos que implican las «inocuas» amalgamas dentales para la salud. Estas pueden provocar múltiples problemas de salud a una de cada 100 personas, según expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el toxicólogo clínico y especialista -este sí- en mercurio en animales y humanos, el doctor Maths Berlin. El mercurio conlleva también riesgos para el medioambiente y hasta la economía de los pacientes y de las arcas sanitarias públicas debido a que generan en personas afectadas ingresos hospitalarios, bajas laborales, incapacidades, menor rendimiento laboral y académico. Al mismo tiempo que, según un número creciente de investigadores independientes, son uno de los desencadenantes o agravantes -según cada caso- de enfermedades de sensibilización central, esclerosis, Alzheimer, Parkinson, tumores, etc.
Ojalá el testimonio que publiqué ayer sea de utilidad y, junto con el escándalo del experimento dental con niños, sobre el que ampliaré información la semana que viene (gracias a Servando Pérez), nos lleve a la reflexión a todos (incluidas las autoridades sanitarias) de una vez por todas.
También creo respecto a las antenas de telefonía móvil, que ya no se están poniendo muchas, supongo que la presión social y los estudios científicos han hecho su trabajo, no obstante creo también que debido a la crisis, la gente ha dejado de utilizar el móvil (al menos como lo hacía antes), por lo que en estos momentos tienen un parque de antenas de telefonía móvil que seguramente cubre de forma sobrada lo que se está utilizando, sería un buen momento, antes de que pase la crisis (aunque tardará años), para ir avanzando en estudios científicos y concienciación social.
Miguel, lo de la denuncia contra crímenes contra la humanidad, me parece una línea correcta, no obstante, tanto los legisladores como los juristas (y la propia población) deben de sensibilizarse al respecto, ya que en muchas ocasiones las conductas antisociales de ciertos políticos, funcionarios, científicos y empresarios, quedan sin castigo pues se considera que «eso es lo normal» o «es injusto y ha pasado siempre» o «eso es lo que tiene el progreso», para que toda esta gente salga impune (como pasó con el tabaco, amianto, talidomida, etc.), por ejemplo el científico Michael Repacholi, ya fue acusado de lo mismo por el médico colombiano Carlos Sosa (electrosensible), pues tenía estudios publicados en los que se veía la relación entre campos electromagnéticos y cáncer (los tenía con ratones), no obstante cuando trabajo con la OMS cambió de opinión, no se que fue del tema de Repacholi, a pesar de todo, creo que esta línea es el futuro.
http://www.avaate.org/article.php3?id_article=302
Hola amigos:
Una vez escuché que un cuerpo incinerado que llevaba muchos empastes de amalgama suelta la cantidad de mercurio que ingerido o inyectado puede matar a 10 personas.
Que barbaridad, ¿no?