¿Diagnóstico? "Síndrome postvacunal frente a gripe A"
Síndrome postvacunal frente a gripe A. Ese es el diagnóstico que obtuvo una persona tras ponerse la vacuna contra la gripe A. Puede no ser un caso aislado.
Su cardiólogo le recomendó que por su afección (una miocardiopatía ligera) se vacunase contra la gripe A, la de la famosa pandemia inexistente. Fue uno de los primeros que se inoculó la vacuna en nuestro país -acordaos de cómo se utiliza el marketing del miedo para promover esta y otras vacunas y medicamentos.
El preparado farmacológico le produjo, durante unos dos meses, una especie de gripe en la que la fiebre no terminaba de quitársele, mucha tos y dolores musculares.
Una vez pasado este tiempo y habiendo finalizado este cuadro, comenzó a sentirse muy cansado. Es un hombre que había dejado de fumar hacía más de 15 años, no bebe alcohol y caminaba todos los días unos dos kilómetros. Comienza a sentirse muy cansado y a sentir presión en el pecho.
A partir de entonces se suceden los altibajos en los que no deja de salir y entrar del hospital. Le pusieron un montón de bolsas de plasma y sangre y le realizaron infinidad de pruebas para ver de donde venía el perder tanta sangre como perdía.
Le repitieron las mismas pruebas una y otra vez, endoscopias, analíticas, hasta que el hematólogo le diagnostica un síndrome linfoproliferativo B, aunque después de este informe, le volvieron a realizar infinidad de prueba hasta que al final el diagnóstico definitivo fue Leucemia.
El caso es que le pusieron ocho sesiones de quimioterapia y en la actualidad toma una medicación nueva cada seis meses, durante dos años, que acaba de finalizar.
El hematólogo que firma el informe que os he enlazado al principio, en el que puede apreciarse que considera el cuadro un Síndrome postvacunal frente a gripe A, cuando la familia habló con él, comentó que no es el primer caso que había ocurrido al respecto.
Así que para evitar estar una semana en cama, tomando mucha agua y zumitos, esta persona ha estado durante meses con la incertidumbre de saber qué es lo que le ocurría y al final ha recibido un diagnóstico que nadie quiere oír. El remedio fue peor que la enfermedad.
¿Y cómo sería un mundo sin guerras, sin contaminación, sin hambre, sin geoingeniería climática, sin chemtrails…?
¿cómo puede darse por buena la vacunación masiva a los niños de los países pobres si no se les da lo básico que es alimentación y agua potable?
Eso es de un cinismo que asquea.
Eduardo, yo me preguntaría: Si no se hubiesen sufrido cambios socioeconómicos, en los que los niños empezaron a nutrirse mejor y a tener mejor higiene, si Felipe Semmelweis médico húngaro que consiguió disminuir drásticamente la tasa de mortalidad por sepsis puerperal entre las mujeres que daban a luz en su hospital, no hubiese recomendado a los que las asistía, se lavasen las manos, experiencia que ayudaría algunos años más tarde a Luis Pasteur, para publicar la hipótesis microbiana y Joseph Lister extendería la práctica quirúrgica higiénica al resto de especialidades médicas, pero exitiesen las vacunas… ¿se hubiesen erradicado ciertas enfermedades?
Hola,
Quisiera responder a la pregunta de «ciencia ficción» que formula Eduardo:
Un mundo sin vacunas ya existe, en muchos países no hay riqueza suficiente como para que salga rentable el imponerlas y no se usan, y el resultado es: Todos sanos.
Por supuesto que en dichos países, por la misma falta de medios, a veces alguien puede morir a falta de un tratamiento adecuando, pero nunca ha muerto ni morirá ninguna persona por no haberse puesto un vacuna.
Sin ir mas lejos, yo no acabe el ciclo de vacunas «obligatorias» y nunca me pongo enfermo, y mi novia nació y creció en Vietnam, nunca le han puesto una vacuna en su vida y es mas fuerte y esta mas sana que yo si cabe.
Siento que haya gente que todavía, como tu, sean esclavos de paradigmas erróneos, pero dado el gran trabajo de manipulación que llevan proyectando hacia la población durante ya tantos anyos, lo raro seria que no hubiera nadie que se creyera sus mentiras y las tomara como propias.
La naturaleza es sabia, el cuerpo humano es poderoso. Volvamos a las raíces para curar cuerpo, alma y mente.
Namaste.
Hola Eduardo, yo encuentro a muchas personas que no entienden lo que significa rebajar la salud humana a una cuestion de riesgos y beneficios. Verás, resulta complicado a veces explicar estas cosas sobre todo a través de un medio de comunicación indirecto como este, en donde se pierde lo cualitativo de la comunicación entre personas. Y curiosamente esto tiene mucho que ver con el tema. Los números están bien para construir puentes y otras cosas, donde nuestra parte racional se maneja bien, calculando, comparando, midiendo, etc.. El problema está cuando sustituimos el puente, que es una cosa, por un ser vivo como el ser humano. Los seres humanos tenemos necesidades cuantitativas pero sobre todo cualitativas. Si lo piensas un momento, y seguro que ya lo hiciste alguna vez, verás que las cosas que más nos importan en la vida son las inmateriales, que son infinitas, al contrario que las materiales, que son finitas. Y es en este sentido que cuando pretendemos reducir la salud humana a una cuestión numérica la reificamos, o cosificamos, tratándola no como a una condición, sino como a un parámetro susceptible de ser medido, comparado, etc… Entonces ¿dónde está el límite? ¿cuando podemos hablar de beneficio? ¿cuando supera el 50%, el 60% o el 75%?
La salud ( y todo lo humano) implica más aspectos que lo racional. No podemos reducir nuestra condición en base a unos supuestos axiológicos reducidos a lo cuantitativo. Debemos reconocer que lo humano se compone de aspectos cuantitativos y también cualitativos y, por tanto, debemos tratarlos desde ambas perspectivas, de lo contrario nos estamos negando una parte esencialmente constitutiva y caemos irremediablementen en el sesgo.
Por ejemplo. No tiene sentido decir que el límite seguro de mercurio para el ser humano está en 0,01 u/ml. ¿En base a qué criterio se establece esa cifra mágica? ¿Es igual para todos? Y ¿el tiempo de exposición, no es igualmente impotante? ¿Y la biografía personal no podría establecer una diferencia sustancial (por ej. epigenética)?
La vida va más allá de los números. Esa es la verdad tantas veces negada y la fuente de tanto sufrimiento. Y la medicina oficial se empeña en reducirnos a meros parámetros y así impide el verdadero avance en el conocimiento.
Un mundo sin vacunas no tiene sentido sino se toman en consideración otros aspectos de la vida humana actual, ya que todo está relacionado.
Salud!
Pues un mundo sin vacunas depende, claro.
Depende si hablamos de un mundo donde todo el mundo tenga acceso a agua potable, alimentos sanos, higiene, etc…..
¿Y saliendo un poco del tema, tanto que gusta ver el beneficio/riesgo, por qué son legales las cesáreas electivas sin causa médica???? Es por poner un ejemplo …..
No sé qué tiene de malo comparar el beneficio de los medicamentos con sus riesgos. ¿Son eso «cuentas macabras»?
Como veo que existe un marcado clima antivacunal, propongo un ejercicio de ciencia-ficción: ¿cómo sería un mundo sin ninguna vacuna?
Y ahora habrá quien se ponga a hacer cuentas macabras diciendo que se salvan más vidas de las que la vacuna fastidia…..
AL menos 40 niños paralizados en el Chad después de recibir la nueva vacuna de la meningitis:
http://vactruth.com/2013/01/06/paralyzed-after-meningitis-vaccine/
Y silencio absoluto en los medios.