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Pharmageddon, los medicamentos peligrosos y la medicina comercial

El concepto de “empresa innovadora al servicio de la sociedad” que ofrecen las compañías farmacéuticas y que buena parte del establisment sanitario acepta, está más cerca del que representa la industria del tabaco. Ambos lobbies, venden productos tóxicos, aunque legales, muy consumidos y demandados por la población, gracias a agresivas y sofisticadas campañas de marketing.

Ello requiere la intervención de gobiernos y profesionales para modular sus perniciosas reacciones adversas. Pero es difícil por los variados conflictos de interés que existen entre el mundo de la política sanitaria y el industrial.

Así lo hemos comprobado, documentado y publicado diversos investigadores, entre ellos David Healy que en 2012 publicó su libro Pharmageddon. Este es un término bíblico que aparece en el libro del Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16. Se refiere al fin del mundo ni más ni menos.

Lo último que deseo es que mi reflexión se asocie con mesianismos, con interpretaciones catastróficas o teorías “conspiranoicas” pero el caso es que Pharmageddon se ha definido como

“un mundo en el que los medicamentos producen más problemas de salud que beneficios. El progreso de la medicina hace más daño que bien”.

Como se cita en el primero de los enlaces que ofrezco, publicado por el médico Abel Novoa, de la asociación de profesionales por la ética No Gracias

“la industria farmacéutica no puede ser por más tiempo considerada como predominantemente científica sino que, definitivamente, ha pasado a ser promocional, es decir, las farmacéuticas son, hoy por hoy, la industria de marketing más sofisticada y rentable del mundo”.

Necesitamos conocer sus estrategias comerciales y valorar muy críticamente, como hacemos con otros productos de consumo -desde coches a “productos milagro” como las pulseras mágicas los nuevos medicamentos.

Pharmageddon recoge los argumentos de Ivan Illich y amplía su enfoque. Illich advirtió de los riesgos de la medicalización, de los efectos deshumanizantes y perjudiciales de las intervenciones sanitarias; el sistema médico se ha convertido en una importante amenaza para la salud.

Con la globalización, desde la década de 1990, la industria farmacéutica domina la medicina, la investigación farmacéutica, la regulación, la prescripción… Los valores del mercado influyen significativamente en el estilo de vida, el bienestar y la salud.

Existe un cambio de la medicina científica a la medicina comercial. Un ejemplo de Healy: El caso de la psicosis maníaco depresiva. Una enfermedad que hasta la década de los 90 afectaba a diez personas por millón, merced al marketing de reingeniería del laboratorio Abbott, que sustituyó el nombre de la enfermedad por “trastorno bipolar”, ahora afecta a unas 50.000 personas por millón; una “enfermedad de moda”.

La inminente quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Desórdenes Mentales de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría, el conocido DSM, dictaminará que todos padecemos algún trastorno mental. Bienvenidos a la era de la medicina comercial.

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7 comentarios

  1. La locura es la única reacción sana para una sociedad enferma.

    Clasificar a los pensamientos, sentimientos y comportamientos como enfermedades es un error lógico y semántico.

    La plaga de la humanidad es el miedo y el rechazo de la diversidad: el monoteísmo, la monarquía, la monogamia. La creencia de que sólo hay una manera correcta de vivir, sólo una forma de regular el derecho religioso, político, sexual, es la causa fundamental de la mayor amenaza para el ser humano: los miembros de su propia especie, empeñados en asegurar su salvación, seguridad y cordura. thomas szasz 😉

  2. He aquí unos artículos relacionados:
    El trabajo psicológico que genera drogadictos. http://consumasalud.blogspot.com.ar/2012/12/el-trabajo-psicologico-que-genera.html
    Extracto: “Merece nuestra atención un tema como la drogadicción y/o la drogadependencia de quienes fueron y son engañados e inducidos por la mentalidad de la fast-fármaco-solución.”

    Farmacéuticos de entre casa. Fenómeno moderno y riesgoso. http://consumasalud.blogspot.com.ar/2012/11/farmaceuticos-de-entre-casa-fenomeno.html
    Extracto: “El “padre” de la medicina moderna, Hipócrates, habría acuñado la frase “que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”, aludiendo al muy sensato hecho de que no hay diferencia entre lo que se ingiere, no hay medicinas y alimentos, al menos así era.
    Pero, como los alimentos producto de la economía de consumo son los que enferman(*), han pasado a diferenciarse de la medicina.
    La medicina, por su parte, se ha vuelto sinónimo de farmacología“.
    Salud!

    1. Cierto, hemos pasado de una medicina que se acercaba a la persona a otra que le lanza de lejos una pastilla a la boca a ver si cuela…

  3. El llamado transtorno bipolar afecta hoy a muchísimas más personas y su “incidencia” está notablemente influída por las prácticas médicas. Un individuo que atraviesa una situación que modifica su ánimo, su humor, es “diagnosticado” como depresivo, medicado con fármacos que modifican su química cerebral ante una situación vital que podría resolver sin la intervención farmacológica.

    Más adelante, el mismo sujeto experimenta una pequeña “aceleración” producto de la medicación que le dimos hace 90 días y ahora entonces, le indicamos un ansiolítico potente, que lo “baje”de la hipomanía medicamentosa que experimenta. Pero ocurre que se nos va la mano, y ahora parece un depresivo nuevamente, entonces, nuevamente a los antidepresivos, pero como no responde inmediatamente, le duplicamos la dosis en una semana, todo ésto según los más modernos criterios, avalados por todas la publicaciones serias, financiadas por los grandes laboratorios, también muy serios y científicos.

    También lo avalan el DSM V y la asociación local de psiquiatras y el colectivo de los visitadores médicos. Ya tenemos a nuestro paciente “diagnosticado” como un ciclador rápido, hemos armado un trastorno bipolar medicamentoso, que requerirá tratamiento de por vida-litio también, litemias cada 15 días, mapeos cerebrales, dosajes de sofisticados de marcadores en sangre, incluso internaciones psiquiátricas si fuera necesario, ya se sabe que ponemos todo a disposición del enfermo.

    En ocasiones, con retirar toda la medicación en manera lenta y programada, indicando algún medicamento homeopático bien prescrito, nuestro paciente deja la categoría de bipolar y ciclador rápido y todas esos inventos y vuelve a ser un individuo que lucha por la vida, como todos lo hacemos, pero en mejores condiciones.
    Saludos.

    1. Carlos, gracias, es bueno que alguien explique la rueda de insensatez farmacológica en la que nos podemos ver envueltos sin quererlo ni beberlo (y más si cabe tiene valor por ser psiquiatra).

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