La farmacéutica Pfizer contra Obama por el control de los médicos

La compañía farmacéutica número uno del ranking mundial, Pfizer, está haciendo lobby contra la decisión del presidente de Estados Unidos (EE.UU.) Barack Obama. El motivo es un programa del gobierno estadounidense que ayuda a los médicos a seleccionar los fármacos que recetan a sus pacientes.

Lo hace mediante consultores independientes que visitan a los médicos, los farmacéuticos/as, enfermeras/os y otros profesionales del sistema de atención de salud en todo el país para compartir información imparcial y no comercial sobre los medicamentos y otras opciones terapéuticas. Se promueve así la prescripción por principio activo y los fármacos genéricos, más baratos. 

Esto no gusta a las compañías especializadas en vender medicamentos de patente, más caros, con reacciones adversas menos estudiadas y/o desconocidas por llevar poco tiempo en el mercado y por lo general no tan novedosos como nos quieren hacer creer.

Pfizer, que apoyó el programa Obamacare en 2010, ahora está trabajando para presionar a los legisladores de Washington e intentar derogar el programa académico.

Este programa es muy similar al proceso mediante el cual los representantes de las compañías farmacéuticas -los visitadores médicos- visitan los consultorios médicos para lanzar sus nuevos productos farmacéuticos. Solo que al revés, en vez de promover los fármacos más caros se intenta conseguir un ahorro. En España ha existido un programa muy similar auspiciado por el Gobierno de Extremadura. Dependía de la Oficina de Evaluación de Medicamentos pero cambió el Gobierno y el nuevo equipo cesó al responsable de la Oficina.

En esta «guerra por la salud» los propios accionistas e inversores de Pfizer han denuncian al laboratorio por falsear datos de seguridad en un ensayo clínico, lo que provocó fuertes inversiones en la empresa que les hizo perder dinero y han pedido compensaciones por ello. A la vista está que una de las soluciones a la enorme corrupción sanitaria que se promueve mediante la visita médica es que las administraciones asuman su obligación de formar ellas a los profesionales sanitarios.

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9 comentarios

  1. Para empezar esto se resolvería obligando a registrar todos los estudios a su inicio en alguna base de datos en la que si no estás registrado al inicio luego no puedes publicar los resultados de estudios ni son válidos. Así evitaríamos que los resultados que no interesan no se publicasen.
    Los colegios médicos deberían apoyar iniciativas como la de la oficina de la evaluación de medicamentos de Extremadura y no quedarse de brazos cruzados cuando se paralizan, en vez de emitir tantos comunicados de indignación que no llevan a ninguna parte, pues parece que se comportan más como sindicato que como instituciones «científicas». Parece más importante el estatus de funcionario que la misma medicina a juzgar por las preocupaciones de estos colegios. Es más: deberían ser los directores, organizadores, promotores y gestores de una oficina a nivel nacional en cada país de este tipo llevada por médicos independientes, para formar gratuitamente a los médicos que estamos obligados a estar afiliados en ellos.

    Desde que empecé a estudiar Medicina estoy cansado ya de ver cambios de indicaciones basadas en «algunos estudios» que concluyen ciertas cosas que luego aparecen en los libros con frases como «podrían disminuir la mortalidad…». Entonces se cambia la primera elección de tratamiento con fármaco antiguo y experimentado por otro nuevo, patentado y menos experimentado. Nadie sabe cómo se consigue que los libros pongan esas frasecitas que llevan a cambiar toda una forma de actuar médica por otra, ni de quien depende realmente, simplemente acaba siendo así. Luego el marketing se ocupa de implantarlo a nivel general y clínico…

    Los médicos nos vemos incapaces de afrontar tal labor pues son miles los estudios, publicaciones, publicaciones de publicaciones, artículos que copian cosas de otros artículos en vez de hablar sólo de resultados objetivos y nuevos. Un maremagnum de la industria de la publicación «científica». La única solución será la concienciación de los médicos y la autogestión de su toma de decisiones. Pero un médico no puede ser coherente con lo que va sabiendo y aplicarlo en clínica porque se encuentra «solo ante el peligro» y necesita hacer su medicina defensiva cuando le viene un paciente exigiendo tal o cual cosa o alegando tal o cual razón porque la ha oído en la tele o la ha leído en cierto periódico (las principales medios de difusión ¿científica? no regulada actuales pero con mas repercusión práctica).

    O cuando le viene un paciente enfadado porque le han dicho en la expendiduría que «eso ya no existe» porque claro: «si no se comercializa deja de existir». ¿Quien decide cuando un fármaco deja de existir de esta manera: dejando de distribuirse?, ¿el expendedor o el médico? O cuando se vuelven a sacar noticias en la tele de supuestas malas prácticas y juicios a médicos. O cuando salen informaciones para que los «usuarios» desconfíen de los médicos y crean que ellos «tiran demasiado de talonario» a la vez que luego se les exige con otras formas de presionar (miedo) que sigan tirando de él… Igual que la libertad de cátedra que en la práctica no existe, tampoco existe la verdadera libertad de actuación médica. Y si no: ¿porque me siento obligado a tener que dar una estatina a un paciente que no hace el régimen, o que tiene gran estrés por la vida competitiva o que está 5 horas al día sentado en un sillón viendo la tele, si se que la estatina no es solo la solución sino que además le puede crear muchos mas problemas? o si se que se han cambiado los niveles de colesterol por unos comités con gran conflicto de interés…

    ¿Pasaría lo mismo con las bajadas de los niveles de tensión arterial? ¿La gente sabe que la Tensión se disminuye con relajación y con cambios en la alimentación y el modo de vida? o ¿creen que sólo tienen que tomar fármacos?

    La medicalización ha superado a la medicina, el soma es exigido por todos porque las otras formas de resolver verdaderamente los problemas: medicina preventiva, higiene de costumbres, cuidados emocionales, cuidados nutricionales, etc., etc. NO están promovidas por los que en teoría deberían velar por la salud y por el control del gasto. Y además no reportan beneficios (aunque extrañamente si reportarían disminuciones del gasto). ¡Que no me cuenten historias!. Lo único que se puede seguir haciendo es informar, informar e informar: a usuarios y a médicos sobre todo y encima con poco apoyo institucional y político por ahora.

  2. Una bomba que esta haciendo temblar el mundo psiquiátrico de EEUU http://www.nimh.nih.gov/about/director/2013/transforming-diagnosis.shtml . Básicamente, la principal institución de investigación médica del gobierno de EEUU acaba de anunciar que el DSM [manual de diagnóstico de los problemas mentales] es un fraude (con muchas referencias políticamente correctas, pero la conclusión es: el DSM es un fraude). Pásalo.

    http://www.technologyreview.com/view/514571/nimh-will-drop-widely-used-psychiatry-manual/

  3. Por lo visto Pfizer acaba de escapar por los pelos del litigio de sus propios accionistas por el escándalo del bapineuzumab.

  4. Un ex-ejecutivo de Pfizer ya dejó bien claro que no se están gastando un euro en medicamentos realmente nuevos excepto en la inmunología y la quimioterapia. En lo demás reciclajes triviales para mantener precios altos y ampliar mercados.

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