Podemos, la homeopatía, los “antivacunas”, los “chemtrails” y otras conspiraciones cientifistas
El nuevo partido político Podemos es el que más propuestas sobre sanidad y salud ha llevado en su programa de las elecciones europeas pasadas. No es que sean muchas pero, destaca en ello. Debe de ser por su éxito político y mediático que los guardianes de la fe en la Ciencia, fundamentalistas cientifistas, lo señalan por apoyar las “pseudociencias”.
El científico Javier Peteiro autor del libro El autoritarismo científico, llama la atención sobre el cientificismo, “una aberración ética facilitadora de un fascismo de nuevo cuño”. La Ciencia es admirable y admirada. Sólo cuando se antepone la misma a los intereses de las personas comienzan los problemas. Y parece que hay una corriente que está convirtiendo la Ciencia en la religión de nuestros tiempos.
Sobre el éxito de Podemos se ha escrito mucho. Llama la atención que han surgido críticas por su posición (o su falta de idem) en temas de salud. La postura ante los transgénicos, por ejemplo, un tanto “dual”, da qué hablar. La experimentación con animales, que si la homeopatía, el psicoanálisis, los “chemtrails”, los “antivacunas”. Así, todo el mismo saco.
Entiendo que un movimiento político nuevo suscita muchas dudas pero parece también que hay un interés por conducir a Podemos por la ortodoxia cientifista lo que puede ser un problema, para dicho grupo político, sobre todo. Para impulsar los transgénicos ya está Cañete, es difícil hacerlo mejor que él o que eso denominado PPSOE.
Resulta curioso que todo aquello que no beneficie a las multinacionales y patronales de los sectores económicos estratégicos sea criticado como “pseudociencia”.
Así, una nueva ciencia como es la geoingeniería, usada para combatir el cambio climático por medios técnicos, de manera desafortunada en mi opinión, se incluye en ese saco bajo el concepto de “chemtrails”, su nombre popular y con el que se han escrito las más variadas y controvertidas teorías.
Se incluye entre las “pseudociencias” a la homeopatía pero ha habido protestas cuando el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia de Medicamentos, ha iniciado un proceso para regular esta práctica médica pidiendo a los fabricantes que aporten pruebas sobre la eficacia y seguridad de sus productos.
Se califica de “antivacunas” a todo el que ose criticar estos medicamentos pese a que hay multitud de zonas oscuras en torno a estas, leed lo último que hemos publicado sobre que hay vacunas que llevan mucho más aluminio como adyuvante de lo que declaran laboratorios y autoridades sanitarias).
No lo va a tener fácil Pablo Echenique, científico, europarlamentario electo por Podemos, doctor en física y empleado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que es quien lleva estos temas en su partido. Deberá consensuar puntos que hoy dividen a buena parte de su electorado.
La Ciencia pura, en teoría, es neutra pero lleva razón Echenique en que buena parte de la sociedad la ve asociada al Poder. Quizá porque hoy es el principal arma de marketing para vender medicamentos y terapias patentables; alimentos “de laboratorio”; o justificar la introducción en el mercado de las más variadas tecnologías dañinas para el medio ambiente y las personas.
Sin duda el de Podemos tiene una visión científica de estos temas y hace un esfuerzo por separar ciencia de cientifismo. Ese es el camino, más ciencia, más social esta y ligada a las necesidades humanas y no tanto a las del mercado.
“El presente es de ustedes, pero el futuro es mio” . Dijo Nikola Tesla que fue, y sigue siendo, el mayor genio científico de todos los tiempos. La “ciencia” de su tiempo era la misma maraña de intereses bastardos y corruptos que la actual, lo ningunearon, engañaron, silenciaron sus logros, en fin, el tratamiento habitual para quien no se arrodilla a los intereses de la “industria”. La pseudociencia oficialista dominante, en toda su extensión y no solo médica, tiene todos los resortes: económicos, publicitarios, políticos, etc, etc, en sus garras. Ayer y hoy exactamente igual. Deciden lo que es ciencia y lo que no, sin más criterio que su voluntad e intereses, por medio de su ejército de lacayos y siervos de la casta correspondiente (de todo pelo y condición). Todo lo demás es ilusión, bonitas palabras y rimbombantes naderías cientifistas.
Recordemos: La ciencia nazi avanzó mucho en muchos ámbitos, fue de la mano de una ideología despreciable que la ensalzó por encima de la Humanidad, machacó los derechos humanos, manipuló con publicidad constante a las masas, calificó como enemigos a quien no se rindiera a sus, por ejemplo: “evidencias médicas incontestables” a su “método científico” para clasificar a las personas en razas inferiores y/o seres humanos no dignos de vivir. ¿Ah, que eso no era ciencia?. Que la buena es la de ahora, la del “capitalismo”, “neoliberalismo” o como lo quieran llamar, claro, claro ahora es: ética e imparcial y vela por nosotros, está tan preocupada por el Planeta que está haciendo un vergel, un paraíso de paz y equilibrio de El. No se mueve por dinero, ni tiene más interés que salvaguardar la libertad y dignidad del Ser Humano… Claro, cualquiera lo pude ver…
Como bien explica Solomillo, la ciencia es un método, de comprobación experimental, para confrontar nuestras ideas con el funcionamiento de la naturaleza.
La homepatía, y otras ciertas terapias, que se defienden en este blog (https://www.migueljara.com/2011/12/26/lo-que-el-ministerio-de-sanidad-ha-publicado-sobre-homeopatia/), no sólo, tratamiento a tratamiento, son refutados, sino que sus propios princios van en contra de las leyes de la naturaleza, mejor dicho, contra el suceder natural de los fenómenos sobre los que se dice apoyar, quizás sobre lo que sí habría que invertir esfuerzos, en lugar de refutar lo refutado, en estudiar el porqué del obcecamiento del ser humano con ideas ante la naturaleza falsas, la tendencia al autoengaño.
Es normal que quien apoya estas terapias ataquen contra el método científico, trabajar en mejor el tratamiento, p.e. homeopático, según sus principios les llevará a ser refutado eventualmente, proponer otro método de validación, p.e. el que utilizan en paraspicología que se apoya en que los experimentos no funcionan si no se cree, se tiene fe, en la consecución de resultados positivos, es más adecuado para sus fines, pero con el método científico, pseudocientífico o cualquier otro, siempre que se lleve a enfrentar las ideas con los hechos, con los fenómenos de la naturaleza (que no es más el fundamento del método científico) tales terapias son refutadas.
Hay una paradoja en todo ello, si los principios de la homeopatía, sus tratamientos y terapias afines son refutadas por los hechos naturales, se pueden de calificar como antinaturales, ¿por qué esa tendencia, de quienes tanto las apoyan, de “recubrirlas con un halo de naturalidad, demostrada su antinaturalidad?
La ciencia, más que un conjunto de conocimientos como tal, es un método. El método científico. Observa, teoriza, comprueba experimentalmente, deshecha las ideas que contradicen a los hechos (por hermosas que sean) y comienza de nuevo. Sólo cuentan la evidencia de los hechos y las hipótesis susceptibles de ser rechazadas por ellos.
Y recuerda, si la realidad no se ajusta a tus ideas, al demonio con tus ideas. El científico es escepticismo abierto al cambio, pero cambio con criterio, basado en el conocimiento contrastado anteriormente.
¿Sabes cómo se llama a las terapias alternativas que han demostrado que funcionan?: ciencia médica.
La política y el mercado influyen en qué cosas investigar y con qué presupuesto, pero el método científico, el criterio de lo que es ciencia o no, es independiente. Ni todo el Congreso de los Diputados, votando en contra, puede cambiar la realidad del teorema de Pitágoras o las leyes que refractan la luz en una lente.
No se trata de estar a favor o en contra de las cosas, de la ciencia, de lo que sea. La cuestión es que las afirmaciones hay que demostrarlas. Por eso sabemos que la homeopatía es un fraude, un timo, una estafa, porque no demuestran que pueda curar nada. Por eso sabemos que la #castaHomeopática o #castaDeCuranderos 😉 son una panda de charlatanes, que juegan con la salud de los enfermos (muchos de ellos buenas personas deprimidas, al final de su vida, enfermos terminales desvalidos, a quienes sólo les queda la esperanza). Estos curanderos y timadores juegan incluso con las vidas de los más débiles. Timadores peligrosos, es lo que son. Yo los llevaría a todos por la vía penal, que es lo que habría que haber hecho desde el principio, y no estaríamos como estamos. Muchas personas no habrían muerto por seguir estos falsos tratamientos.
A tu comentario solo falta añadirle: Título de la película… Mira quien habla. Y ya que se ha puesto de moda el término éste, también habrá que hablar de la casta Médica, que actúan a sus anchas impunemente como ninguna otra.
La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, no únicamente la ausencia de malestar físico o enfermedad. – OMS 1914
NO puedes solucionar el problema con los mismos pensamientos que lo creó. – Albert Einstein
“Es difícil hacer que un hombre comprenda algo cuando su trabajo depende de que no lo comprenda.” – Upton Sinclair
Hay mas cosas en el cielo y la tierra, Horatio, de las que hayas sonado en tu filosofía. – Shakespeare
Estoy de acuerdo con Pablo Echenique en lo que comenta sobre ciencia y sobre lo que no es tal, y por tanto en la distinta forma de debatir sobre temas científicos y sobre aquellos que no entran en esta categoría sino que más bien pertenecen al terreno de lo ético-social. Ahora bien, él ha comentado sobre esa extraña pareja que conforman la ciencia y la política, “condenadas a bailar juntas”, cuando aquí más que una pareja yo diría que se trata de un trío. El tercer miembro es el mercado, que ha entrado en función y no veas con que ímpetu. Ciencia, política y mercado. O acaso pudiera decirse que solo ciencia y mercado. Porque, sin ir más lejos ¿quién creéis que gobierna la política científica europea? Claro, claro, la Comisión Europea, pero ¿a esta quien la influye y asesora? ¿no sabeis la respuesta? Los múltiples lobbies, todos ellos mercantiles.
Nunca olvidéis que el mercado siempre tendrá interés por disfrazar de ciencia aquello que no lo es, porque para el ciudadano la ciencia infunde seriedad, valor y respeto.
2500 años de pensamiento humano y aún parecen insuficientes las claves de las que disponemos para aclarar los puntos de vista respecto a los asuntos más importantes. No vale hacer complejas digresiones sobre la lógica o el método científico. Aunque la ciencia y la lógica tienen sus fallas, los mecanismos psicológicos y las presiones que a través de nuestro sistema social y económico nosotros mismos nos imponemos dificultan llegar a dirimir los temas. En el aspecto psicológico los factores inconscientes que la propia ciencia cada vez más va constatando nos condicionan mucho más de lo que creemos. En el aspecto social, la falta de tiempo para sopesar las cosas con calma enturbia nuestras decisiones. No estará de más que salgamos de nuestro sueño de grandeza y empecemos a asumir que ni sabemos porque hacemos lo que hacemos ni con precisión las consecuencias de nuestros actos; adquirir un poco de humildad para reconocer que a menudo nos falta la agudeza y los elementos de juicio y que lo más sensato sería reservar nuestras opiniones.