Crisis del ébola, recortes sanitarios y condicionantes sociales en salud
El médico de familia Vicente Sanz, especialista en medicina tropical, me envía este artículo que resumo. Trata sobre los condicionantes sociales en la Crisis del ébola. Eso lo relacionamos con la repatriación del sacerdote español infectado con el ébola y atendido en una unidad especializada cerrada hace poco por los recortes sanitarios. Hago mías sus palabras:
Hoy sabemos de sobra que la salud no depende solo de gérmenes ni de genes. En algunos ámbitos médicos se empieza también a saber que el código postal donde nos toca vivir, es uno de los predictores más consistentes de padecer enfermedades y baja esperanza de vida.
La epidemia que más sufrimiento y muerte causa en el mundo, es la desigualdad y la mayor parte de los problemas de salud de la gente, tienen que ver con los llamados determinantes: como el acceso al agua potable, la nutrición, la vivienda, la educación, el empleo, los sistemas de protección social, la seguridad, el nivel de pobreza, la exclusión, la desigualdad de género, él acceso a la información, la vulnerabilidad frente al cambio climático, etc.
En 2008 una de las conclusiones de la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmaba:
la nefasta combinación de políticas y normas económicas deficientes y una mala gestión son responsables, en gran medida, de que la mayoría de la población del mundo no goce del grado de buena salud que sería biológicamente posible”.
Hace unos pocos meses tuve la ocasión de asistir a una jornada que versaba sobre “enfermedades transmitidas por vectores”. En dicha jornada se abordaron algunas enfermedades tan representativas como la Malaria, el Dengue, la enfermedad de Chagas, la fiebre por el virus Chikungunya y la fiebre Amarilla entre otras.
Se habló de enfermedades importadas, de Salud Internacional, de alertas sanitarias y del concepto “Un mundo, una salud” atendiendo a la lógica aplastante de que muchas enfermedades trascienden el concepto de estado-nación e ignoran divisiones políticas y fronterizas.
Una característica que comparten con el dinero especulativo que tampoco conoce fronteras en este mundo pequeño y globalizado, donde existe lo suficiente para satisfacer y atender las necesidades de todos, pero donde no parece que hay bastante para la avaricia de unos pocos.
Como he comentado, en ese evento se habló de las enfermedades trasmitidas por vectores (algunas de las cuales se agrupan dentro de las llamadas fiebres hemorrágicas virales) y del potencial riesgo de introducción y circulación en nuestro país de algunas de ellas. También se hizo referencia al brote de enfermedad por el virus de Ebola que está afectando desde hace meses al África occidental, a países como Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona, donde el brote ha causado casi 1.000 muertos y ha puesto en guardia a países vecinos como Senegal, Costa de Marfil, Nigeria y Mali.
El virus de Ébola (a diferencia de otras fiebres hemorrágicas que se trasmiten por vectores, siendo los mosquitos los más importantes) se transmite por contacto directo con la sangre y los fluidos corporales de las personas y de los animales infectados.
Como la inmensa mayoría de estas llamadas Enfermedades Infecciosas Emergentes en su origen fueron “zoonosis”, o sea, enfermedades propias de los animales silvestres (ya que animales y microorganismos han evolucionado conjuntamente durante siglos en sus ecosistemas) que sufrieron una transición (lo que se llama salto de especie, también el SIDA lo fue) y pasaron a las personas, a medida que estas invadían sus nichos ecológicos, propagándose luego al resto de la población.
Muchas de estas enfermedades infecciosas emergentes son ancestrales, enemigos antiguos que hoy afectan sobre todo a ciertas regiones del mundo en desarrollo, donde suponen una elevada carga de enfermedad, afectando preferentemente a los más desfavorecidos porque el riesgo para padecerlas se define más por su condición socioeconómica que por la simple geografía, siendo la pobreza la causa subyacente más importante.
Enfermedades como el Ébola al igual que otras, no surgen ni se trasmiten solo por azar y la atención e inquietud que despiertan en los medios de comunicación y países occidentales, es por su potencial riesgo de difusión y el hecho de carecer algunas de un tratamiento específico y de poseer una alta mortalidad.
No es sino el miedo lo que propone a los otros, la consideración de que un asunto es “emergente/urgente”. Sin embargo, el hambre en el mundo casi nunca ha supuesto una urgencia mediática, sigue siendo sin más una epidemia invisible e ignorada, no es una enfermedad transmisible y su tratamiento parece difícil porque solo se trata de un problema político y de justicia social.
Si tuviéramos conciencia de que la salud de los individuos se halla mucho más protegida cuando se garantiza la salud de toda la comunidad (un mundo, una salud) sabríamos que en ese mundo, al contrario que en el nuestro no podríamos tomar un avión y en pocas horas aterrizar en un país donde la esperanza de vida apenas supera la mitad de la nuestra.
Sabríamos también que los remedios debieran ser económicos y políticos más que sanitarios , como bien se puso de manifiesto, pero en papel mojado, en el año 2000 y con la participación de 189 países en Naciones Unidas con la intención de alcanzar los Objetivos del Milenio para 2015.
Allí se aconsejó desarrollar:
-reglas de comercio más justas
-una ayuda al desarrollo seria
-condonación de deuda
-transferencia de tecnología y acceso a medicación a precios asequibles, etc.
Pero parece que sigamos pensando que la mortalidad de las enfermedades trasmitidas por el agua es por la falta de antibióticos y no por carecer de un acceso garantizado a agua potable.
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Como me ha insistido Vicente Sanz, un ejemplo de lo expuesto sobre el ébola es que los profesionales sanitarios del Hospital La Paz de Madrid denunciaron hace unos días ante el Juzgado de Guardia falta de medios para atender el ébola. El desmantelamiento del Hospital Carlos III como referencia para el estudio, investigación y tratamiento de enfermedades infecciosas fue uno de tantos errores de la Consejería de Sanidad de Madrid, directamente relacionados con los recortes y el desmantelamiento de la sanidad publica madrileña.
Ayer fue repatriado desde Liberia el sacerdote español Miguel Pajares, infectado por el ébola. Para asistirle se ha reabierto la planta del Carlos III que los recortes habían clausurado.
En este centro sanitario hasta hace muy poco había una Unidad de Medicina Tropical pequeña pero con muy buenos profesionales y recursos. Era la única en España preparada para atender estos casos. Los responsables de la sanidad madrileña decidieron cerrarla para ahorrar. Ahora no tiene la misma capacidad pues por ejemplo no hay Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) ni banco de sangre.
http://www.meneame.net/story/ebola-desenmascara-pp-iglesia
Ya que la oficialidad no tiene la cura para el ebola, vayamos por libre y aprendamos medicina de verdad por nosotros mismos y esos inútiles de la ciencia del mal que se queden calentitos. .
http://joseppamies.wordpress.com/2014/08/06/el-ebola-se-puede-curar/
Por un lado me parece muy mal que hayan repatriado solo al misionero español, dejando a un par de monjas africanas contagiadas (al parecer una se había contagiado de Ébola del propio misionero español al cuidarle), por que estas monjas no son españolas.
También acabo de escuchar en la televisión que “la comunidad científica” (término difuso y de uso periodístico, que nunca sabemos exactamente a quien se refiere…), acaba de decir que cuidado con el remedio de USA a la hora de aplicarse en humanos (supongo que querrán decir en humanos africanos y no a humanos Norteamericanos en donde de momento al parecer se está aplicando y de forma exitosa al 100% de los casos), esto no deja de ser curioso pues al parecer según estos “expertos difusos y carentes de responsabilidad alguna”, hay que tener cuidado con administrar esta nueva medicina a los desahuciados en África no los vayan a matar…?¿, pues si, se preocupan de no administrar algo al parecer no probado lo suficiente a gente que va a morir seguro con la excusa de que “igual les mata” (o no, además es que ya son desahuciados, vamos que esta sería su última oportunidad de vida…)…?¿.
Por otro lado no deja de ser sorprendente que esa misma “comunidad científica” (si es que realmente existe algo así), es la misma que se invoca a la hora de hacer exactamente lo contrario, es decir, por ejemplo con la Gripe A, ante una hipotética pandemia se vendieron miles de vacunas de un medicamento no muy probado y ahora ante una auténtica pandemia se niega un medicamento a los moribundos en nombre de su salud (cuando es su única esperanza), se les niega un medicamento (que te lo administran si eres Yanqui) y que es un medicamento que al parecer sí está consiguiendo buenos resultados (y si no es así, debería de quedar la decisión de tomarlo en manos del enfermo que es el que sabe que posiblemente va a ser eso o la muerte, al menos que le dejen elegir a el, como con tantas otras cosas).
Me hace gracia también que “este fantasma” de la comunidad científica a la que se invoca, también se le invoca por ciertos elementos cientificistas paralelos al mundo de la ciencia habitual, cuando tratan de decir que no hay estudios que demuestren (eso dicen ellos…) que hay gente sensible a los químicos, que hay gente que enferma por radiación no ionizante, la peligrosidad de los transgénicos, etc., dicen slogans y mantras para crédulos como “el que afirma debe demostrar”, “afirmaciones extraordinarias requieren de pruebas extraordinarias”, etc., bien ¿dónde está ahora toda esa gente, en la playa?, supongo que si, si el que afirma debe demostrar, que nos demuestren que la medicina yanqui es mala…, mientras no lo demuestren y ahí parecen estar las recuperaciones, es que es buena o al menos no está demostrado que sea malo (además de su efecto curativo que parece bastante bueno, mientras se muere la gente por el Ébola), vuelvo a decir que ¿por qué es tan incoherente toda esta gente y dónde están ahora? y vuelvo a decir que la decisión queda en manos del paciente moribundo.
Esta es otra movida más en la sanidad mundial, como el caso de la Gripe A, la vacuna gratuita de la Malaria de Patarroyo, etc..
De acuerdo plenamente con el artículo. Vamos a sumar otros vectores posibles a la ecuación: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/136298-centro-investigacion-biologica-eeuu-fort-detrick-brote-ebola . Ojo que son datos contrastados (al menos muchos de ellos). Las conclusiones: que cada cual saque las suyas. La edad de la inocencia ya pasó hace mucho, cada vez es más difícil engañar a todos durante todo el tiempo…
RESPECTO A LA “CURA MILAGROSA/MISTERIOSA” APARECIDA EN USA :
Ya sabemos lo que ocurre en USA respecto a la medicina (si no la puedes pagar, puede que no la tengas).
He oído decir que en USA están diciendo que es que es un tratamiento experimental, bien… pero si es así ¿por qué nadie sabía nada de este experimento y desde cuándo existe? y ¿si están experimentando con los Norteamericanos, por qué no empezaron a experimentar hace ya tiempo con enfermos de Ébola africanos desahuciados, qué diferencia hay?.
Otras preguntas muy importantes, ¿va a pedir NUESTRO gobierno español unas muestras del tratamiento especial a USA para aplicárselas a nuestro misionero enfermo español?, lo lógico sería que las pidiese, ¿lo va a hacer o va a pasar de todo como con tantas otras cosas?, se le debería de presionar al respecto….
¿Y la Iglesia Católica tratándose de un misionero, va a mover ficha, qué opina el Papa Francisco?.
¿Qué opina también la Comunidad Científica y las revistas científicas, a las que tanto citan los escépticos y otros grupos cientificistas, de todo esto o van a callar y mirar para otro lado, como hacen siempre, cuando hay miles de muertos en África, por que quizás prefieren, como hacen siempre, discutir sesudamente cosas tan importantes para la gente como si hay ovnis o fantasmas o duendes o pitufos, por qué no se quejan ahora?.
¿Y la ONU, qué va a decir de que exista una cura para una pandemia que está guardada en un cajón (en caso de que esto sea así)?.
Nos podríamos estar encontrando ante un escandalazo internacional, muy parecido al de la Gripe A pero en sentido contrario, es decir con la Gripe A se nos advirtió de una “falsa pandemia” para la que había un “falso medicamento curativo” y ahora se podría estar escondiendo un medicamento real para una pandemia real, ¿por qué se estaría haciendo esto, por ser África?.
Es mas probable que al salir de tu casa te encuentres con un miembro de la realeza española, con un político o con un banquero que te robe a mano armada a que te de ebola… igual yo tengo MMS “para purificar mi agua” y por si les da ebola a “mis animales” se lo meto como CDS y listo, que no panda el cunico.
Estamos ante la antítesis de lo que es una “cuarentena”.
No me creo que la probabilidad de supervivencia de este hombre aumente a estas alturas por traerlo aquí (si está de Dios que se cure, como se suele decir, se curaría allí igual que aquí, dada la ausencia de un tratamiento que vaya más allá de medidas de soporte).
Por otra parte, es una obviedad que se trae el virus Ebola a España. Me da igual que hablen de control absoluto. No lo hay. No me lo creo. Especialmente no me creo a ningún político: recordemos al sabio Sancho Rof con el bichito que si se cae se mata. Lo que sí está en caída libre es la sanidad pública y en tal situación de recortes el gobierno se permite semejante gasto y semejante riesgo.
Me imagino que sólo cabe pensar en un gesto de propaganda nacional-católico para justificar este despropósito por muy humanitario que lo califiquen (el enfermo, mientras lo esté, no verá propiamente España, sino sólo máscaras asépticas que ocultan rostros). También cabe la posibilidad de que pretendan mostrar una “proeza médica”: traemos un enfermo con ébola y lo curamos sin que se contagie nadie. España: país puntero de nuevo en Medicina.
Se trata del caso ejemplar frente a tanta abundancia de enfermedad y carencia que en el mundo existe como se recoge en el post.
Por supuesto, todo esto es dicho desde el máximo respeto a quien, como este hombre, es coherente con sus ideas y solidario con quien sufre.