Gran Bretaña plantea la vuelta al parto en casa ¿es peligroso nacer en un hospital?
La prensa británica publica: «Se advierte a las mujeres que es más seguro parir en casa». Parece que el debate se abre de nuevo porque el Instituto Nacional de la Salud, la sanidad pública británica, argumenta ahora que el 45% de las mujeres cuyo parto no tiene complicaciones, es mejor que lo desarrollen en casas de partos o en su vivienda pues los hospitales entrañan algunos peligros.
El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE) explica ahora que los partos hospitalarios plantean mayores riesgos porque hay una mayor posibilidad de intervención médica, incluyendo el nacimiento con fórceps, cesárea o una episiotomía. Hoy, la mayor parte de las familias eligen hospitales para el nacimiento de sus bebés. Pero la creciente medicalización de un acto natural y la iatrogenia o daños provocados por el sistema sanitario que ello conlleva, además de frustración está provocando un replantamiento del parto.
Cierto es que en la noticia se deja caer el asunto económico también, es decir, al Estado le saldría más barato que la mitad de la población no acudiera a los hospitales a parir. Pero el centro del debate no es ese.
El parto es una de las fases de la vida más deshumanizada y las múltiples intervenciones que en él se producen han de revisarse. Tenemos derecho a elegir cómo traemos nuestros hijos al mundo.
El debate se ha abierto, por lo visto, al salir las nuevas guías del NICE donde se recomienda a las mujeres de bajo riesgo parir en unidades tuteladas por comadronas (casas de partos) o bien en casa para evitar riesgos. El periódico The Telegraph, incluso, va más allá y titula con un provocador lema:
Parir en casa está chupado. Las realmente valientes son las que paren en el hospital«.
En EE.UU. se recomendó, sin embargo, el «uso profiláctico del forceps», siempre con la prevención inmersa en una ideología que causa muertes. Al facilitar un parto con poca intervención y mediante el uso del lavado de manos, las matronas suecas lograron bajar la mortalidad materna a la cuarta parte que en otros países desarrollados. Es decir, en el siglo XIX la mortalidad materna en Estados Unidos, por ejemplo, era casi cuatro veces mayor que en Suecia. Estas cifras se mantuvieron a lo largo de casi un siglo, hasta bien avanzada la década de 1940 en que empezó a declinar la mortalidad materna en todos los países desarrollados para casi igualarse en la década de 1960.
¿Qué escribir sobre la cesárea? Las mujeres de clase alta empiezan a rechazarla en Finlandia y en Noruega. Se está quedando para pobres. Escribe el médico Juan Gérvas que las mujeres de estas clases media-alta y alta provincianas españolas
adoran’ a ‘Mi ginecólogo’ [pronúnciese con untuosidad mantecosa] quien las somete a una estricta disciplina de prácticas sin sentido, desde la citología (ahora, además, con la determinación del virus del papiloma humano) a la mamografía, ecografía ovárica y densitometría, pasando por la vacuna contra el virus del papiloma humano y los ‘parches para la menopausia’, con daños que no compensan los beneficios. Buen ejemplo es la cesárea innecesaria en España que depende de pertenecer a la clase alta y, sobre todo, de ser atendida en una clínica privada».
¿Cuál es la tasa de cesáreas necesarias y cómo varía en el mundo? Hasta un 10% puede ser necesaria, pero se da hasta en un 90%. Pues eso, que todo esto de ultramedicalizar la sociedad conlleva la sana resistencia de quienes creen que el nacimiento no rima con extracción. Y que las cosas están cambiando.
¡Qué buena noticia!
Yo parí a mi primer hijo en casa, hace 28 años, cuando yo tenía 22… Tuve que oir de todo: desde que yo era una ignorante por parte de la ginecóloga de la seguridad social, hasta que si mi hijo luego no era el más listo de la clase que yo tendría la culpa por haberlo tenido en casa, palabas textuales del ecógrafo.
Tan bien me fue y tan segura estaba de lo que hacía que dos años después volví a parir en casa al segundo. Otra experiencia de plenitud y libertad.
Hace 15 años tuve a la tercera también casa. ¡Qué gozo vivirlo en tu entorno, con tus seres queridos y pudiendo moverte y sentir en libertad de una forma totalmente consciente!
Tenemos que seguir hablando de estas experiencias tan positivas para que las matronas puedan atender partos en casa sin ser perseguidas y sin riesgos burocráticos añadidos.
¡Viva la libertad!
Yo he parido en casa gracias al apoyo de mi pareja y de haber encontrado a las personas adecuadas para acompañarnos en la experiencia. La decisión vino por querer evitar intervenciones inne-cesáreas tanto a mi como al bebé y disfrutar de un parto tranquilo dejando a la naturaleza que obre y confiando en ella. Por eso digo también a los que me llaman «valiente» que realmente te lanzas a la aventura cuando vas a parir al hospital pues nunca sabes como va a acabar la cosa por haber más factores que intervienen. Desde aquí animo a las futuras madres a que vivan esta maravillosa experiencia pues solo hace falta información y empoderamiento. SIN MIEDO.
Coincido ampliamente .Los controles durante el embarazo ,los diagnosticos por
imagenes,laboratorio,vacunas etc hacen posible el «parto en domicilio».Es una
conducta adecuada y humanizada,que lo hacen posible.Con ventajas para el bebé,
que de inmediato goza «del calor de mamá» y de la «inmediata» alimentación con
leche materna. Espero que se universalize tan acertada conducta.
Para mi esta es una gran noticia!
En efecto, permanecer alejado de los cuidados? de hospitales y sistema médico «oficial» – en general – es una medida muy adecuada y prudente desde el principio al final de la vida. Quien recupera su libertad y su poder personal ya no tiene otra opción que decidir por si mismo. Es irreversible. Se llama libertad…
Todo esto, sin mencionar el trato que se le da al recién nacido, empezando por extracción de sangre para medir niveles de azúcar y algún otro tipo de «patologías», hasta iniciarse en el «habito» de las vacunaciones con la hepatitis B. El bebé es tratado como «cosa» sin dignidad. Es mas que nadie, tratado como un expediente mas. Eso sí, le dan a la madre su globo y huellitas. Me pregunto se esto responde mas a la comercialización del hospital.
Visto el panorama en la Medicina, y en todo, en general, el solo hecho de nacer ya es peligroso… Es asomar la cabeza y entrar en peligro de muerte.