Cuando Google news encontró al Gobierno y los editores españoles
La compañía del buscador en Internet más famoso del mundo, Google, se va de España. La nueva Ley de Propiedad Intelectual que ha aprobado el Gobierno español contiene la imposición del pago de un canon a los portales que se dedican a agregar noticias como Menéame o Google News. ¿Cómo afectará esto a internet y la prensa?
La noticia me ha pillado leyendo el libro de Julian Assange Cuando Google encontró a WikiLeaks. En este trabajo el informático y hacker narra cómo la dirección del gigante de la red trabaja para el Gobierno estadounidense espiando y haciendo lobby.
Assange cuenta sobre la «importante participación» de Google en la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Assange explica que Google «actúa como un cebo para los usuarios» mediante sus servicios; a partir de ahí, «forman perfiles, a partir de los cuales pueden predecir comportamientos», con los que se extrae una jugosa información de los ciudadanos.
Por supuesto os recomiendo que os leáis el libro, que tiene mucha miga; la historia deja en juego de niños la novela 1984 de George Orwell.
Lo primero que me he preguntado al saber que Google abandona España, es si eso es bueno o malo. Si dejan de hacer lo que narra el fundador de Wikileaks es bueno. Si nos quedamos sin un recurso hoy importante en la red como el buscador es malo.
Lo que sucede en verdad son varias cosas y todas preocupantes. Lo primero, que el Gobierno español trata de controlar la libertad que ofrece internet para informarse y organizarse y que está en el punto de mira sobre todo desde la aparición del 15M y más aun desde el auge de Podemos.
Más lejos aun, lo que trata es de controlar a los movimientos sociales hoy tan activos. De hecho también está reformando el Código penal y desarrollando la conocida como Ley Mordaza que intenta por las malas (muy malas) acallar las protestas sociales.
En segundo lugar los editores de nuevo han interpretado mal el negocio periodístico tras la aparición de Internet, porque continúan viendo en la red y más en concreto en los agregadores de noticias un enemigo de sus ventas. Es al revés, aunque no perciban dinero porque les «copien» y difundan noticias, consiguen lectores e influencia y eso en periodismo se cobra (a medio plazo pero se cobra).
El «favor» del Gobierno a los editores llega en un momento en el que el actual modelo económico observa la llegada de nuevos modos de hacer política que amenazan con cambios. Rajoy (y Sánchez) y el mundo financiero y empresarial adueñado de la prensa convencional en España se necesitan y Google va a pagar el pato.
¿Llamarán los popes de Google a sus amigos del Departamento de Estado de EE.UU. para que les socorran? En unas semanas comenzaremos a comprobar el impacto de que Google deje de enlazar noticias de medios de comunicación españoles. Quien me parece que pierde con estos juegos de intereses son el derecho a la información de los ciudadanos y la libertad de expresión. Un Gobierno cada día más totalitario, el español; unas editoras de prensa codiciosas y acríticas con el poder; y una megaempresa que intenta que internet sirva a la tecnocracia, acechan.
Lo que se va de España es Google Noticias no Google a secas. Burros.