Drogas para mayores, fármacos para nuestros hijos
Las primeras diapos de esta presentación son de drogas hoy ilegales que eran medicamentos no hace mucho. Es curioso ver fotos de esos fármacos, causa simpatía si no fuera por los daños que han provocado y que no creo que nadie haya cuantificado o concretado.
Esas imágenes de la cocaína usada con fines terapéuticos o de la heroína de Bayer o el opio para el asma. Muchos de esos potingues se usaban en niños. No puedo parar de pensar en que hoy a nadie se le ocurriría dar esas drogas, por lo demás ilegales, a los infantes.
¿Quién recetaría el jarabe de heroína para la tos o el catarro infantil? Sin embargo, no parece que estemos tan lejos de aquellos tiempos que la presentación recuerda con cierta nostalgia aunque a modo crítico.
En la actualidad y seguramente de manera justificada -como antaño- en unos pocos casos, a los niños «inquietos» o «distraídos» les dan metilfenidato que es como la cocaína… en su versión pediátrica. Hasta hace no mucho no existían organismos públicos que verifiquen la eficacia y controlen la seguridad de los fármacos.
En dicha presentación, por ejemplo, se menciona el optalidon para tratar el dolor de cabeza reformulado luego (al parecer no fue retirado por cancerígeno como explica la presentación, cuyo valor sobre todo está en las imágenes).
Muchos medicamentos son útiles y algunos como vemos se han hecho a base de drogas puras y duras (cualquier fármaco lo es, por lo general). Esto me lleva también a pensar que algo que te puede hacer mal también te puede hacer un bien. Tanto las drogas «ilegales» como las «legales».
No seré yo quien haga apología de las drogas pero tampoco seré yo quien censure. Informamos y que cada cual haga lo que le parezca. En realidad es que si las drogas «ilegales» se han convertido en un problema, no digamos ya las «legales» que, como he indicado un montón de veces, son ya la tercera causa de muerte en los países «modernos» tras las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Ello es por el abuso. Se abusa de las ilegales y hacemos lo mismo con las de venta en farmacias. No deja de ser irónico que los anglosajones llamen a los medicamentos drugs. Todo esto ocurre porque, como denuncia Peter Gotzsche, las agencias reguladoras de fármacos:
Generalmente se afanan más por proteger los intereses económicos de la industria farmacéutica que los de la gente. Es muy triste, pero es cierto».
De manera paradójica la Agencia Española de Medicamentos tiene firmado un acuerdo para la destrucción de «drogas tóxicas». Lo hace de la mano de las policías y demás instituciones en lucha contra el narcotráfico, además de con laboratorios farmacéuticos. Se entiende que no destruyen muchos medicamentos porque son «drogas legales» porque si no fuera así el día que se pusieran…
Si la cocaína desapareció de los fármacos e igual ocurrió con el opio o la heroína fue, además de porque no pasarían el más básico control de seguridad, porque no eran interesantes desde el punto de vista económico para sus fabricantes. Si hoy existen ni se sabe cuántos medicamentos cuyo principio activo es el metilfenidato y se recetan por millones de dosis anuales a niños diagnosticados de déficit de atención o de hiperactivos es porque tienen un precio muy alto para lo que cuesta fabricarlos y se venden mucho.
Es decir, porque son productos muy rentables. Lo de la eficacia, seguridad, adicción y demás no parece que importe tanto. Seguramente dentro de 30 o 40 años los veremos incluidos en ese tipo de presentaciones: Medicamentos de antaño.
No comento. Sólo apunto una errata en el último párrafo, donde dice perece por parece.
Saludos, gracias por tu labor!
Gracias por avisar.