La especulación con fármacos cuesta vidas y arruina sistemas sanitarios
No deja de causar congoja el asunto de la Hepatitis C y los medicamentos que dicen que son eficaces, como Sovaldi, pero que no llegan a todos los enfermos debido a su altísimo precio. Leo en El Mundo que el Ministerio de Sanidad y la Comunidad de Madrid se echan la culpa por el fallecimiento de una mujer por esta enfermedad.
Al revisar la historia clínica de la mujer, fallecida a los 55 años e infectada del virus durante una simple transfusión, su hijo Raúl descubrió que, por tres veces, la especialista hepatóloga que trataba a la mujer había pedido, durante su último año de vida, que se le administraran los antivirales de última generación cuyo uso estaba comenzando a ser autorizado en España.
La medicina fue denegada y la paciente murió. Es bárbaro todo esto. Se está traficando con la vida de personas.
A todo esto se ha publicado poco sobre las razones por las que India ha desestimado conceder la patente al fabricante de Sovaldi por su medicamento.
Sabemos el qué pero no tanto el porqué. Por lo visto el Gobierno hindú alega que el fármaco no presenta novedades terapéuticas de suficiente entidad como para que sea verdaderamente nuevo, lo que no justificaría concederle la licencia de comercialización exclusiva.
De ser así sería muy grave. Tanto como para que los demás países del mundo revisaran ese porqué y actuaran en consecuencia.
De hecho, se ha producido otro hecho insólito en este caso hace unos días. Médicos del Mundo, una Organización No Gubernamental (ONG) del ámbito sanitario, ha impugna la patente del Sovaldi. La ONG ha presentado una oposición ante la Oficina Europea de Patentes. Alegan que Gilead viola los derechos humanos al exigir precios inasumibles y profundizan en el porque hindú:
El laboratorio patentó la molécula en el año 2007, pero tres años después se vio obligado a patentarla de nuevo al incorporarle mejoras desarrolladas en la universidad británica de Cardiff con dinero público.
Impugnamos esta patente -cuenta un portavoz de la organización- porque no es una innovación, esta última patente no valdría sin los añadidos de 2010, y tal y como se patentó en 2007 no se hace referencia al uso antivírico de la molécula“.
Médicos del Mundo también basa su apelación en la decisión de la Oficina de Patentes india, que rechazó la patente de Gilead para comercializar este fármaco en el país. India justifico su decisión en que “cambios menores producidos en la molécula no representaban realmente una innovación”.
Desde la ONG alertan de que la situación que se vive con el tratamiento para la hepatitis C se repetirá con otros medicamentos como los oncofármacos, “que sino hacemos nada van a poner en riesgo la sostenibilidad del sistema de salud. Tras la denuncia de Médicos del Mundo, la Oficina de Patentes europea tiene un año para pronunciarse..
De ser cierto que Sovaldi es un medicamento de los llamados me too, copias de otros ya existentes a los que se les hace un cambio que NOofrece novedad o importancia terapéutica para volver a patentarlo, estaríamos ante un escándalo. Insisto, lo honesto y ético, además de responsable, es revisar a fondo el fármaco. Exigir a la compañía que lo vende, Gilead, TODOS los datos de los ensayos clínicos.
No vaya a suceder como otro antiviral famoso de la casa, Tamiflu, que Gilead lo vendió a Roche y ésta dio un magnífico pelotazo económico durante las gripes aviar y A. A la postre se documentó que Tamiflu es prácticamente inútil y que ha sido una de las mayores estafas de la historia médica.
Esto se hizo muy tarde porque sus dueños no soltaron los datos completos de los ensayos clínicos del fármaco hasta que no pudieron aguantar más la presión de la comunidad científica.
Esta mañana ha comenzado a seguirme en Twitter una mujer que se presenta así en dicha red:
Soy enferma de Hepatitis C en estado F4. Me puedo salvar de la muerte, pero el PP me niega el tratamiento que me salvaría. Solidaridad! Nos dejan morir!!!”.
Qué horror.
Veo muchas contradicciones en este asunto. ¿Es medicamento nuevo o no?. Porque si no lo es, los enfermos podrian estar utilizando el antiguo, ¿qué pasó con él?. ¿Había medicamento y lo quitaron del mercado para comercializar el nuevo?. Si el Sovaldi no es nuevo y eficaz, toda la lucha de los enfermos es inútil y el Estado, por una vez, está haciendo bien al no incluirlo en el sistema público. En fin, tengo muchas dudas sobre la naturaleza, eficacia, bienhacer del Estado y manipulación de los enfermos.
¿En qué consiste dejar morir? ¿Cual es el costo asumible para una colectividad por salvar una vida humana ? ¿Cuánto vale una vida humana ? ¿Valen todas las vidas humanas lo mismo ? Las cartas están trucadas. Unos mueren porque otros han inflado precios. Tras la lógica de las cifras se oculta la hipocresía y el cinismo. ¿Podemos pedir que sea el Estado el que nos salve ?¿Si no nos salva qué clase de Estado es ese ? Los criterios humanitarios ceden paso a los mercantilistas. Clamamos ante la injusticia, pero miramos en conciencia nuestras manos y resulta que también están manchadas de sangre.