Piden «romper» la patente del fármaco para la hepatitis C Sovaldi desde el Senado de los USA
Un senador del Congreso de Estados Unidos (EE.UU.) y rival de Hillary Clinton como candidato a la presidencia del país, ha enviado una carta al director del Departamento de Excombatientes (los veteranos de guerra) pidiéndole que rompa la patente de Sovaldi, el famoso por carísimo fármaco para la hepatitis C.
Se trata del senador Bernnie Sanders y a quien escribe es a Robert A. McDonald, máximo responsable del Departamento de Excombatientes. En su misiva, Sanders indica:
Le escribo para suplicarle que use su autoridad como director del Departamento de Excombatientes para romper las patentes de los medicamentos contra la hepatitis C y se pueda otorgar tratamiento a los excombatientes que sufren esta enfermedad«.
En diciembre del año pasado, como presidente del Comité del Senado de Asuntos relacionados con los Excombatientes, el senador convocó una audiencia sobre el alto precio de los medicamentos para la hepatitis C y su impacto en el acceso de los excombatientes al tratamiento.
Expresé mi preocupación -continúa Sanders- porque el precio de los nuevos medicamentos para la hepatitis C, específicamente Sovaldi, fabricado por Gilead Science, incluso con los descuentos ofrecidos, impediría que los excombatientes accedieran a estos medicamentos que pueden salvar sus vidas».
Gilead comercializó Sovaldi al precio de 1.000 dólares por pastilla (más de 84.000 por tratamiento). Este precio no tenía ninguna relación con su coste de desarrollo y producción. De hecho el precio de produccción de este medicamento es de 115 euros.
Fue simplemente un abuso de su poder monopólico. Gilead sabía que era el único medicamento en el mercado y que los gobiernos pagarían el precio. Incluso el Departamento de Excombatientes, que por su esfuerzo negociador pudo obtener un menor precio, tuvo que hacer un ajuste presupuestal y transferir 400 millones de dólares de otras partidas para pagar estos nuevos medicamentos.
El rival de la Clinton escribe:
Me acabo de enterar de que mi preocupación se ha convertido en una realidad: el Departamento de Excombatientes no ha tenido más remedio que dejar de inscribir a nuevos pacientes para recibir el tratamiento porque se le han terminado los fondos. Una solución sería que Gilead Sciences simplemente donara gratis el medicamento, como lo han hecho en la República de Georgia, India y otros lugares del mundo con tasas altas de infección de VHC».
La empresa hasta no lo ha hecho pero sí que ha destinado un paquete de compensación escandaloso para el director general de Gilead, John Martin, valorado en más de 190 millones de dólares, si se incluyen las opciones de acciones y las acciones.
Por lo tanto, -continúa el político en su escrito-, le imploro que utilice la ley federal 28 USC USC § 1498 para romper las patentes de estos medicamentos y autorizar a otras empresas a fabricarlos o importarlos para uso del gobierno. No puedo pensar en una situación más clara para que el gobierno aplique una ley. A los excombatientes de nuestra nación no se les puede negar y no se les debe negar, el tratamiento cuando las empresas farmacéuticas amontonan miles de millones de dólares en ganancias».
Podéis leer en la carta algunos datos concretos más. Sandres termina:
No podemos permitir que la codicia corporativa sea un obstáculo para lograr este objetivo».
El asunto queda bien explicado. Aquí en España el Gobierno ha decidido ofrecerlo a quienes lo necesiten pero en vez de acogerse a las leyes internacionales que ofrecen la posibilidad de «romper» una patente en una situación de emergencia en salud pública, decidió desarrollar una estrategia que no perjudicase (y beneficiase a los laboratorios interesados).
El precio que se barajó inicialmente fue de 60.000 euros por tratameinto, que luego la ex ministra de Sanidad, Ana Mato, bajaría a 25.000 euros y la cantidad última que se ha publicado que el Gobierno está pagando ronda los 13.000. España no quiso romper la patente y hasta la fecha que se sepa, el único país «valiente» ha sido India, único país en NO conceder patente para Sovaldi.