Reducir la receta de fármacos para ganar en salud
España es el segundo consumidor mundial de fármacos. Pero no creo que seamos el segundo país más enfermo del planeta. Existe sobrediagnóstico y sobremedicación. ¿Hemos tocado fondo en el consumo de medicamentos? En todo Occidente existe el mismo problema y por ello desde hace algún tiempo cobra fuerza el concepto de “desprescripción” o cómo conseguir reducir la receta de fármacos para ganar en salud.
La seguridad de los pacientes y un uso racional del medicamento están en juego. Ya lo escribo, consumimos medicamentos casi como el que más pero en esperanza de vida estamos en el puesto número tres del ranking mundial. Es claro, no por tratarnos más tenemos mejor salud.
Por lo que respecto a nuestros mayores, sujetos polimedicados, ¿cuántos fármacos es capaz de ingerir un anciano sin que explote?, porque la mayoría toman un buen puñado de medicamentos todos los días. Más del 17% de la población mayor de 65 toma diez o más fármacos. Está claro, más fármacos es menos salud.
El estudio que se cita en ese enlace argumenta que la proporción de interacciones farmacológicas potencialmente graves se han duplicado y llegan al 13,1% de los adultos. Las personas mayores son más propensas a padecerlas, concretamente un 34,1% de la población mayor de 65 años en 2010.
Conclusión:
los regímenes de medicamentos son cada vez más complejos y potencialmente dañinos, por lo que las personas con polifarmacia necesitan una revisión periódica y una optimización de su prescripción”.
Entra en juego pues la desprescripción, el cese de un tratamiento de larga duración bajo la supervisión de un profesional médico. Desprescribir no sólo para reducir las reacciones adversas. También porque los medicamentos intereactúan unos con otros en el organismo, hecho poco estudiado quizá porque a quien vende los fármacos le interesa sobre todo eso, venderlos, luego ya cómo interactúen en nuestro organismo diez diferentes principios activos y el resto de aditivos que llevan estos tratamientos…
La polimedicación empeora la calidad de vida y aumenta la mortalidad. Por no citar el crecimiento del gasto público en farmacia y en tratar a los intoxicados en los hospitales. Las reacciones adversas a los medicamentos suponen el 30% de las hospitalizaciones de personas mayores. Intoxicadas pues.
Tanto recetar cansa y genera desconfianza en la opinión de los médicos. Falta de adherencia al tratamiento lo llaman. Más de la mitad de los enfermos no toman las medicinas que les indican sus doctores. Este problema es si cabe más evidente en el ámbito psiquiátrico, también por ser uno de los más “medicalizados”.
Para muestra los sinceros comentarios vertidos por usuarios de psicofármacos en este post mío titulado Las consecuencias de “medicalizar” con peligrosísimos antipsicóticos.
En ellos se reflejan otros dos problemas, hay médicos reticentes a que “sus” pacientes abandonen los tratamientos que ellos han pautado. Y también que estos no saben o no pueden abandonarlos (un efecto secundario de numerosos psicofármacos es la adicción que provocan).
También hay que tener en cuenta a la hora de repartir responsabilidades que no siempre son los médicos y doctoras de una especialidad los que “imparten su receta”.
Como argumenta el catedrático de Farmacología, Joan Ramon-Laporte, en un comentario al excelente post de No Gracias titulado Cómo vender medicamentos peligrosos: el caso del Trankimazin:
hay que tener en cuenta que más de un 95% del alprazolam [el muy consmido Trankimazin] (y otros hipnóticos y ansiolíticos) que se consume en España es prescrito por médicos de familia, no por psiquiatras. La ‘responsabilidad’ es del conjunto del sistema de salud, el cual, convenientemente influido desde hace años por las compañías farmacéuticas, medicaliza el malestar”.
Pone como ejemplo de lo que estamos tratando que en Cataluña se hizo un ensayo clínico sobre estrategias de retirada de fármacos hipnosedantes que ahora se está extendiendo a todas las prácticas, con materiales informativos para médicos y pacientes.
Lo escrito, quizá hayamos tocado fondo en el “consumismo farmacéutico” y durante los próximos años veremos políticas sanitarias destinadas a quitarle medicamentos innecesarios, ineficaces y peligrosos a la población.
Es difícil pensar en reducir el número de recetas en nuestro país, cuando la flota de visitadores médicos invaden nuestros centros de salud presionando a los médicos con todo su vademécum. Aquello de que después de la tempestad llega la calma es totalmente cierto. El sector farmacéutico ha hecho bastante ruido en los últimos años haciendo creer a la sociedad y a los estamentos oficiales que estaban soportando una gran crisis y que estaban poniendo su granito de arena para solventar los problemas económicos del país. NADA MAS LEJOS DE LA REALIDAD. Los laboratorios farmacéuticos han aprovechado este tiempo para quitarse de encima a los vendedores más mayores, o (menos efectivos) a su juicio y han hecho una limpieza de plantillas. En cuanto han conseguido su objetivo han vuelto a preparar a sus lineas de visitadores y éstos se encuentran totalmente inmersos en los centros de salud y hospitales de toda España. Como siempre. Generando gasto por los cuatro costados. Induciendo a la clase médica ha hacer uso de los medicamentos hagan falta o no. Esa es la razón de ser de los visitadores médicos. Estar ahí cuando el médico va a entrar en la consulta. Recordar que ellos llevan el tal o el cual y que les hace falta vender X para que no les tiren a la calle. Invitar al médico a almorzar o a tomar café cuando se dirige a su trabajo, o llevarlos a cenar los jueves o los viernes por la noche o a comer ya cualquier día de la semana. Y la rueda sigue su curso. ¿Consumir menos medicamentos en España? imposible mientras el sistema de tela de araña de la industria siga su cauce.
Es dificil opinar con un asunto tan delicado, pues yo estuve y estoy muy afectada
por el Agreal que aqui en Mexico se llama Aclimafel. Pero usted esta en lo cierto.
Debemos estarnos checando constantemente, aunque hay veces que los tratamientos duran mucho tiempo.
Lo que si se es que la Industria Farmaceutica no tiene limites para seguirse enriqueciendo sin importarles la vida de las personas.
Muchos saludos.
En este articulo te ha faltado indicar “lo que ocultan los laboratorios tanto a médicos como a pacientes”.
He sido en caso Agreal/Veraliprida de los laboratorios Sanofi Aventis que ocultó con premeditación, todos los efectos secundarios, interacciones con otros medicamentos, tiempo de toma y un largo etc.
Las mujeres que tomamos este antipsicótico (también ocultado como tal a médicos y pacientes), aunque estos laboratorios se jarten en decir que hasta un estudiante de 3º de medicina, lo sabría y cuyo comentario ha sentado muy mal en el gremio de médicos y muchos de los cuales, tengan los medicamentos de Sanofi Aventis en “cuarentena”, es decir, que si tienen otra alternativa no prescriben nada de ellos hasta que no rectifiquen ese “malvado comentario hacia los profesionales”.
Nosotras sí que estamos polimedicadas, a partir casi desde la primera caja en que empezamos con el Agreal por las gravísimas secuelas severas e irreversibles que nos ha dejado. Siempre vigiladas por los especialistas en psiquiatría, neurología, cardiología, endocrinos, oncólogos y un largo etc., con medicamentos muy fuertes y con sus derivados de los efectos secundarios.
LA SECRETARIA