Caso Talidomida: La prueba diabólica a la que quieren someter a las víctimas
Las víctimas del laboratorio Grünenthal y su medicamento talidomida en España no serán indemnizadas. Así lo decidió ayer el Tribunal Supremo. Éste confirma la sentencia del año pasado de la Audiencia Provincial de Madrid que a su vez tiraba por los suelos la sentencia en Primera Instancia, que decía que sí había que indemnizar a los afectados por el fármaco y que podía abrir la puerta a nuevas reclamaciones. Os ofrezco mis apreciaciones.
La sucesión de sentencias por el Caso Talidomida (todo lo que he publicado en este blog) comienzan en noviembre de 2013. El laboratorio farmacéutico que creó la Talidomida, Grünenthal, fue CONDENADO por los daños causados a los afectados en España.
Así lo refleja la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. 24 personas recibirían 20.000 euros por cada punto porcentual de minusvalía que les haya sido reconocido por la Administración sanitaria de nuestro país.
La clave en el fallo de la jueza está en que considera que los daños no están plena y absolutamente determinados ni consolidados, por lo que la acción NO prescribe.
La jueza hace una interpretación favorable de la teoría de daños secundarios, tardíos o de aparición tardía, diferente de la teoría de los daños continuados. Estos últimos también se han producido pero la jueza destaca la importancia de que con el paso de los años -los primeros casos llevan más de 50 años de padecimientos- hayan aparecido nuevos daños en las personas afectadas por la Talidomida que, como es lógico, hay que contemplar.
Entonces el caso NO había prescrito y por ello se abría la puerta a que más personas afectadas pusieran reclamaciones y exijieran también Justicia y que sus sufrimientos sean recompensados.
Al año siguiente y tras haber recurrido esa primera sentencia el laboratorio, los jueces de la Audiencia Provincial de Madrid deciden que como la Administración sanitaria española reconoció los daños recibidos por las víctimas en 2010 y tenían un año para emprender acciones legales y no lo hicieron en ese tiempo, el caso por los daños existentes ha prescrito.
Y el Tribunal Supremo ahora viene a decir lo mismo. Es un lío procesal, sobre todo, pero que enmascara el criterio social o humano del primer tribunal.
Ahora bien, el Supremo también argumenta que si se han producido nuevos daños en el organismo de los afectados, están produciéndose y con seguridad van a producirse, puede emprender nuevas acciones legales por ello. Es decir, con las reacciones adversas ya conocidas hay un problema procesal y de interpretación de los jueces, que claramente ha favorecido al fabricante.
Pero ahora hay otro problema no menos grave. Las ley de consumidores y usuarios, que es bajo la que está juzgándose el caso, protege de manera descarada a los fabricantes de productos que puedan ser defectuosos y deja que la carga de la prueba caiga sobre las espaldas de las víctimas.
En el caso Talidomida deberán ser los afectados los que no sólo continúen sufriendo los daños que Grünenthal les ha provcado (y los nuevos que aparezcan) sino que además, si quieren ser resarcidos de estos últimos tendrán que poner ellos los cuantiosos medios económicos para probar que esos daños son por la talidomida.
Esto es una aberración pues quien tiene toda la información sobre el medicamento y todos los recursos económicos para demostrarlo, además de ser el responsable por haberlo fabricado es el laboratorio.
Grünenthal además, ha reconocido que es posible que aparezcan nuevos daños, que hay que hacer estudios. Así consta en un trabajo que realizó en su día la Fundación Contergan (nombre original de la talidomida en Alemania) del laboratorio. Pues si hay que hacer nuevos análisis que los jueces obliguen al fabricante a hacerlos. O a la Administración.
En daños por medicamentos es una prueba diabólica que sean las víctimas quienes tengan que hacer esos estudios. Además, el laboratorio debería tener también una responsablidad contractual; el prospecto de su fármaco es un contrato entre el fabricante y el consumidor. Ocultar información es un incumplimento de contrato. La acción legal entonces va conforme al código civil y hay que valorar la culpa y ha de ser el fabricante el que pruebe que ofreció toda la información y que era correcta.
Realmente es así, Miguel, la lucha por sobrevivir es más fuerte que la codicia de este tipo de industrias. Yo soy empleada de una y siento vergüenza por este tipo de actuaciones que no nos representan en absoluto.
Desde aquí doy todo mi apoyo a los afectados y valoro su fuerza.
Si con ese tipo de tribunales estuviésemos en desacuerdo las mayorías (cosa que considero más que probable), nada importaría. Porque las mayorías nada o muy poco contamos en realidad respecto a la toma de decisiones sobre el estado de cosas. Estamos para tirar por el carro (tal y como decía el penúltimo de los borbones), y sobre el carro, bien acomodado, todo el fascismo; no en vano sus mayores ganaron “la guerra de nuestros mayores”. Si estáis en desacuerdo con la forma en que proceden, como si no. Y si no tragáis por esta democracia (ver nota), entraréis en razón nuevamente por el grosor del palo. ¿O qué os creéis, que los católicos no van a seguir conservando esta historia de dos milenios que tan “sabiamente” supieron imponernos?
La nota: Yo llegué a pensar en ponerme a vender vaselina, pero visto el dulce tragar de la gente se me han abierto los ojos y desisto por considerarlo muy mal negocio. Ya nada más se me ocurre en mi voluntad de querer hacerle el bien a la gente, esperando que ésta no se entere de mi buena voluntad para con ellos, no vaya a suceder que hagan de mí otro risible Quijote. Saludo y tal y todo eso.
SI, creo que es lo único que nos falta por hacer, crear y costear una unidad de expertos que investiguen y hagan las pruebas que no han hecho ni el laboratorio, como responsable primero, ni el Gobierno español, como responsable subsidiario.
Habría que preguntarle a Grünenthal si nos van a pasar parte de los beneficios de su empresa, ya que ellos alegan que los medicamentos son muy caros por el costo de la investigación y las pruebas.
Ahora, en serio, ES ABERRANTE, INDIGNANTE, REPUGNANTE Y todos los “ante” que se nos puedan ocurrir.
Cuando leo artículos como:
http://thesundaytimes.co.uk/sto/news/uk_news/health/article1508479.ece , donde ves que David Cameron, el Primer Ministro del Reino Unido, está presionando al gobierno alemán para que actúe y haga justicia con las víctimas de la talidomida del Reino Unido, siento por un lado mucha envidia de Gran Bretaña y un gran vergüenza por lo que nos ha tocado a nosotros.
Decir para terminar, que ellos tienen de su lado el poder económico y el tiempo, la mayoría estamos en la década de los 50, 56 en mi caso, y envejecemos más deprisa que el resto de personas, PERO, vamos a seguir hasta el final, porque hasta que no nos llegue la hora, NO PRESCRIBIREMOS.
Muchas gracias por vuestra actitud, sóis un ejemplo de lucha por la dignidad. La miseria moral y la codicia no podrán con vuestro esfuerzo. Ánimo.