Guerra comercial por el fármaco Glivec: Novartis y USA contra Colombia
Hay una «guerra de precios» por un medicamento en Colombia muy interesante. El Ministerio de Salud está tratando de emitir una licencia obligatoria del fármaco Glivec (imatinib), de Novartis, para que pueda obviarse su patente y por tanto que otro laboratorio fabrique un genérico del mismo, mucho más barato.
Glivec es un medicamento para el cáncer, en concreto está indicado para la leucemia mieloide crónica. Como cuenta El espectador:
Antes de que la multinacional se quedara con la patente, la diferencia entre sus precios y el de la industria nacional era de 198%. Mientras que la compañía suiza vendía cada miligramo de imatinib a $324, los colombianos lo ofrecían a un precio de $78,5″.
Existe un verdadero negocio especulativo con el precio de los medicamentos (no sólo en Colombia sino en todo el mundo).
Por ello, varias organizaciones sociales como Misión Salud, la Fundación Ifarma y el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional (Cimun) o el Observatorio de la Federación Médica Colombiana han pedido en reiteradas ocasiones que se use el citado recurso legal, en casos de urgencia sanitaria pública los países pueden invalidar una patente, para desbloquear la situación y que las 3.000 personas que necesitan el fármacos puedan tratarse con él.
Colombia pues, tiene completa libertad para conceder una licencia obligatoria. Ésta está contemplada en los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual (ADPIC) que la mayor parte de los países del mundo tiene firmado.
El ADPIC no concreta las razones que podrían invocarse para justificar las licencias obligatorias pero la Declaración de Doha sobre los ADPIC y la Salud Pública confirma que los países tienen libertad para determinar los motivos para la concesión de licencias obligatorias.
El debate sobre precios de medicamentos y acceso a los mismos está abierto en todo el mundo. El debate sobre la expropiación legal de la patente del medicamento para la hepatitis C denominado Sovaldi, que comercializa el laboratorio Gilead, también ha sido mediático en España. La posibilidad existe y varios partidos políticos, sindicatos y organizaciones sanitarias lo han solicitado. Es más, el comisario de Salud de la Unión Europearecordó al Gobierno que puede tomar la medida.
El ministro colombiano de Salud, Alejandro Gaviria, ha tomado la valiente decisión de emitir una licencia obligatoria para Glivec. Y las presiones del Gobierno de Estados Unidos, como en otras ocasiones, no se han hecho esperar.
Ha habido comunicaciones de la embajada de USA en Colombia con el Ministerio para hacer ver que la iniciativa para reducir el precio de ese medicamento para el cáncer toca profundos intereses comerciales de la industria farmacéutica.
Se da la circunstancia de que Novartis es una multinacional suiza pero lo que está en juego es todo el sistema mundial de patentes pues con este penúltimo ejemplo queda claro que está para proteger los beneficios económicos de las farmacéuticas por encima de las necesidades de salud pública.
Lo que está haciendo USA y ya ha hecho también Suiza, es tratar de proteger a su industria. Cabe preguntarse no sólo en qué lugar queda la salud pública sino también la democracia. ¿Qué calidad tienen las democracias en las que los gobernantes actúan como meros delegados comerciales de las grandes compañías del país obviando la salud de la población?