Hombres y cáncer de ano nuevos mercados para la vacuna del papiloma Cervarix
La compañía farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) ha conseguido que la Comisión Europea apruebe una nueva indicación de Cervarix, su vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). Se trata del cáncer anal asociado al citado virus. Abre así el mercado de hombres para su producto cuando aún no se han investigado los cientos de muertes de jovencitas que se han notificado relacionadas con esta inmunización.
Esta aprobación de la Comisión permite el acceso a la vacunación frente al VPH a hombres y mujeres, a fin de prevenir en ambos sexos el cáncer anal asociado al VPH en la Unión Europea (UE). La autorización de comercialización llega tras la opinión positiva de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Para GSK, aunque el cáncer de cuello uterino sigue siendo el objetivo principal de la vacunación frente al VPH, tanto hombres como mujeres pueden padecer cáncer anal asociado al virus del papiloma y transmitir el virus a sus parejas, así que esta nueva indicación de Cervarix permite también a los varones acceder a la vacuna.
Siempre según la farmacéutica, los ensayos clínicos han demostrado que Cervarix induce una respuesta inmune comparable en hombres y mujeres. Se ha demostrado una eficacia del 83,6 por ciento frente a infección anal por los tipos de VPH 16/18 en mujeres sin antecedentes de infección por VPH en el momento de la vacunación.
Glaxo también asegura que ha estudiado la seguridad de Cervarix en hombres en dos ensayos clínicos que han demostrado que el producto es bien tolerado, con un
perfil de seguridad aceptable«.
De momento pues las indicaciones terapéuticas de este tratamiento quedan así según su ficha técnica:
Cervarix es una vacuna indicada para personas a partir de los 9 años de edad para la prevención de lesiones ano-genitales premalignas (cervicales, vulvares, vaginales y anales) y cáncer de cérvix y ano causados por determinados tipos oncogénicos del Virus del Papiloma Humano (VPH)».
A saber también qué entienden ellos por «aceptable». Glaxo ha pisado el acelerador de la comercialización de su vacuna ajena a los graves daños que puede causar. Hace unos días publicamos que esta farmacéutica ha anunciado su vacuna del papiloma humano, ha sido aprobada para su uso en China.
Está incluida en el programa de vacunaciones y a comienzos de 2017 empezará a aplicarse. Esto ha llevado a un científico comprometido y muy conocedor de esta polémica intervención sanitaria, el Dr. Sin Hang Lee, a escribir una carta abierta de preocupación para los gestores sanitarios chinos. En la vecina Japón, sin ir más lejos, hace ya dos años que su Gobierno dejó de recomendar esta inmunización.
Este pasado mes de julio contamos también que en el país nipón van a presentarse 64 demandas judiciales a Gobierno y fabricantes por los daños del producto.
En Europa, donde ahora se promueve su uso para hombres además de para las mujeres y para «prevenir» el cáncer de ano, además del de cuello de útero, hay notificadas al menos 352 posibles muertes por la vacuna del papiloma ante la Agencia Europea de Medicamentos y NO se investigan.
Resulta curioso el concepto aceptable referido a la seguridad de la vacuna porque GSK, al menos no como hace el otro fabricante de la otra marca de de este producto, Gardasil, fabricada por Sanofi Pasteur Merck, Sharp & Dohme (MSD), reconoce que entre las reacciones adversas graves de Cervarix se encuentran los daños en el sistema inmune.
La EMA ha tenido que dar facilidades a GSK para que profundice en la seguridad de su inmunización porque ha encontrado dificultades en algún país europeo a la hora de hacer ensayos clínicos para ello, como contamos en ese último enlace. La FDA, la agencia de control de fármacos de Estados Unidos, está pidiendo a la farmacéutica más pruebas y datos.
Pero bueno, entretanto ¡que prosiga el negocio!
Cuando una persona está infectada con VPH, todos sus padecimientos quedan automáticamente «asociados» al VPH. Así tenemos calvicie asociada al VPH, impotencia asociada al VPH, diabetes asociada al VPH etc.
Así, sustituyendo la «causación» por la mera «asociación», se abre un abanico infinito de posibilidades para el mercadeo de tratamientos inecesarios.