La médico que se enfrentó al laboratorio Servier por los daños del fármaco Mediator
En la última edición del Festival de Cine de San Sebastián, celebrado hace unos días, se ha presentado la película La doctora de Brest. Está dirigida por Emmanuelle Bercot y protagonizada por la actriz danesa Sidse Babett Knudsen, conocida por su interpretación en la serie televisiva Borgen.
El filme cuenta la lucha de una médica en la Bretaña francesa para sacar a la luz el escándalo por el medicamento mortal Mediator, del laboratorio Servier.
La peli está basada en el libro autobiográfico de esta neumóloga Irène Frachon, que descubrió una conexión directa entre una serie de sospechosas muertes y ese medicamento, aprobado por la sanidad pública.
Mediator era un tratamiento «estrella» en Francia. Entre 1976 y 2009 se vendieron cerca de 245 millones de cajas que consumieron unos cinco millones de personas. Más de 500 de ellas murieron y alrededor de 3.500 fueron hospitalizadas por lesiones en las válvulas cardíacas.
Estaba indicado para reducir el apetito en diabéticos con sobrepeso, pero quienes lo recetaron se saltaron las indicaciones legales del mismo y extendieron su uso a personas con peso por encima de lo «normal».
Franchon trabajaba como médico residente del hospital de Brest una localidad de la costa bretona. Ella detectó graves daños en el corazón producido por el fármaco en un número considerable de personas. Por ello, hubo de enfrentarse tanto a la industria farmacéutica, que intentó desacreditarla y presionarla para que olvidase su descubrimiento, como a las autoridades sanitarias, tan poco proclives a reconocer su responsabilidad cuando algo de esto ocurre.
Pero la doctora francesa no dejó que las presiones le influyesen y continuó con su denuncia, tanto en los medios de comunicación como en los tribunales de Justicia franceses, en cuyo banquillo logró sentar en 2012 al presidente del laboratorio, Jacques Servier.
Como ha contado en la prensa estos días la directora de la película:
Lo hizo sola: era una ciudadana corriente luchando y demuestra que todos podemos hacer algo, que no tenemos que esperar y que podemos hacer frente al poder y a las instituciones sin esperar a que lo solucione el gobierno».
Este medicamento contra la diabetes, se vendió en España por el mismo laboratorio como Modulator. Y la anulación de la autorización de comercialización, a solicitud del laboratorio titular, se concedió con fecha 28 de marzo de 2003. Que yo sepa no hay constancia de daños.
La actitud de la médico francesa recuerda la importancia de notificar los efectos secundarios de los fármacos. Por los profesionales sanitarios y por cualquier persona que los sufra, la Agencia de Medicamentos ofrece una web específica.
También me recuerda a muchas personas que han sufrido daños y no han parado de luchar para darlos a conocer y que otras conciudadanas no pasen por lo mismo. Por ejemplo, los afectados por la talidomida o por Agreal o por la vacuna del papiloma o más recientemente por el método anticonceptivo Essure.
La lección es que no hay que dejar nunca de luchar por lo que es honesto. De hecho, la neumóloga continúa en ello pues aún no ha sido condenado nadie del laboratorio causante de los daños. En cuanto la peli esté en cartelera habrá que ir a verla.
http://www.sciencealert.com/80-of-the-data-in-chinese-clinical-trial-is-fabricated