El “terror farmacéutico” no está en la literatura, Javier Marías, sino en las RAM
El respetado escritor Javier Marías, ha publicado en El País un artículo titulado Literatura de terror farmacéutica. En él, este miembro de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón “R”, de Reacciones Adversas a los Medicamentos (RAM) demuestra que sabe muy poco de las idem y de paso le hace el caldo gordo a los fabricantes de medicamentos peligrosos.
En su escrito, el autor recurre al tópico de que los prospectos de los medicamentos no se leen y que si lo haces no te tomarías el producto; destaca las molestias que pueden generar tantas advertencias de peligros e incluso hace mofa con que puedan haber reacciones adversas a los medicamentos que no estén descritas en el citado documento.
Ya puestos en vez de elegir como diana al “inocente” prospecto podría haberlo hecho con la ficha técnica que existe de cada fármaco, auténtico documento informativo que es aconsejable leer cuando se quiere conocer bien un medicamento (es fácil de encontrar en internet).
De paso también carga contra:
El demencial crecimiento de las advertencias se debe sin duda a una de las plagas de nuestro tiempo: la proliferación de abogados tramposos y de ciudadanos estafadores, dispuestos a demandar a cualquier compañía o producto por cualquier menudencia”.
No sé si lo he entendido bien pero parece que al escritor también le parece un incordio que haya personas que sufran la conocida como iatrogenia, daños por los tratamientos e intervenciones médicas y busquen Justicia demandando a los fabricantes de los mismos.
No son pocas estas personas y muchas más que podrían ser pues es conocido los medicamentos son la tercera causa de muerte en el mundo “moderno”.
Yo llevo 15 años investigando y analizando como periodista la iatrogenia, sus causas, sus responsables, los pelotazos económicos que se dan con su nombre, etc.
Hará ya más de cinco temporadas que junto con el abogado especializado en derecho farmacéutico Francisco Almodóvar, creé el > que entre otras cosas, está especializado en daños por medicamentos.
No he podido evitar pensar, tras la lectura del escrito de Marías, en Asociaciones como las de víctimas de la talidomida, de la vacuna contra el virus del papiloma, las mujeres unidas en torno a Agreal Luchadoras o Enfermas del Agreal, las dañadas por el anticonceptivo Essure o las píldoras hormonales, por las amalgamas dentales de mercurio, por psicofármacos, las operaciones de la vista con láser o la asociación de Afectados por Vacunas, entre otras muchas (y otras tantas personas que no están asociadas).
Mi compañero Francisco ha dado la réplica con una carta al director en la que se expresa así:
Desde el European Pharmaceutical Law Group y otros foros llevamos más de 15 años trabajando para que en España los prospectos de los medicamentos sean más adecuados, legibles, reales, actualizados y responsables. Se han conseguido muchos avances. La ciencia es complicada, pero el ciudadano tiene derecho a la información para tomar una decisión sobre su salud (autonomía de la voluntad).
Es cierto que hay abogados que han hecho el juego a las farmacéuticas, pero han sido estas las que consiguieron que el medicamento fuera considerado legalmente como un producto de consumo cualquiera.
Esto interesa a las farmacéuticas y a las aseguradoras. No tanto al ciudadano. Como abogado especializado en derecho farmacéutico (www.) considero que el señor Marías no conoce el tema de los daños por medicamentos.
No ganamos el dinero que dice que ganamos los abogados, al menos yo, que tengo que poner de mi bolsillo para defender a clientes que han sufrido daños, algunos muertes, por medicamentos debido a la ocultación de información intencionada en ficha técnica y prospecto. España no es igual que USA en este sentido”.
Parece que Marías critica a los abogados como culpables de que los prospectos sean como libros, pero además hace mofa de lo que puede pasarte al tomar un medicamento como riesgos imprevisibles o efectos adversos raros.
Este escritor desconoce que hay mucha gente sufriendo por efectos adversos raros, graves, de los fármacos, como en las asociaciones citadas, entre otras.
No me he cansado de repetir durante todos estos años que en nuestra sociedad existe una epidemia soterrada de daños por tratamientos médicos (los mismos a los que recurrimos buscando salud).
Algunos nos hemos comprometido con las víctimas dejando en ello muchas horas de trabajo e incluso nuestra propia salud, además de poner dinero de nuestra cuenta, por lo que sería de agradecer mayor empatía con quienes sufren esa lacra por parte de alguien por lo general sensible e inteligente.
El “terror farmacéutico” no está en la literatura, Javier Marías, sino en las RAM.
Leí el artículo.A este tipo de ignorantes consumados con delirios de semidios,se les permite frivolizar en una revista de tirada nacional con millones de lectores.Un intelectual de medio pelo que opina de lo que,a juzgar por su artículo,no tiene ni puñetera idea. No le vendría mal una denuncia de alguna Asociación de afectados por divulgar ignorancia. En el fondo,lo que le pasa a este fulano,es que se hace viejo y seguramente necesita autoconvencerse de la absoluta bondad de las medicinas que se va a ver obligado a tomar. Un hipocondríaco que necesita desquitarse de su miedo a los fármacos de la forma más egoista posible.
Javiercito,eres penoso.Deja de escribir y dedícate a pellizcarte continuamente para comprobar si sigues vivo.A mí se me engaña mal Javier Marías.