Los medicamentos más recientes para la diabetes están muy cuestionados
No es signo de salud que casi todos los días sea el día mundial de alguna enfermedad. Si el sábado el laboratorio Pfizer patrocinaba en Twitter el conocimiento de la neumonía, hoy es «trending topic» en dicha red social el #DiaMundialDeLaDiabetes. Siempre hay algo que vender los «días de» y a veces puede ser peligroso.
No sé muy bien dónde queda el protagonismo de los enfermos de las enfermedades con «día de».
Si uno se da una vuelta por Twitter encuentra un batiburrillo de declaraciones institucionales, mercadeo de pruebas de detección, informaciones que advierten del infradiagnóstico y animan a acudir al médico, eventos caritativos y marketing del miedo, mucho miedo para abrir nuevos mercados a la enfermedad de turno.
Hoy podéis ver todo ese mercadeo en la red del pajarito azul, sin ir más lejos.
A mí me gustaría centrarme en los medicamentos para la diabetes. Hoy es en 125 aniversario del descubridor de la insulina, el profesor Frederick Banting junto con su alumno Charles Herbert Best. Ellos descubrieron la hormona que metaboliza los hidratos de carbono y cuya ausencia es la causa de la diabetes.
Como recuerda El País:
Gracias al trabajo de ambos científicos descubriendo una sustancia considerada entre los productos farmacológicos más eficaces del mundo, millones de seres humanos, enfermos de diabetes, cambiaron su condena a muerte por una existencia normal. Pasaron de tener que morir por diabetes a poder vivir con diabetes«.
La diabetes afecta a 380 millones de personas en el mundo y no para de crecer sobre todo por nuestra mala alimentación, que no ha parado de empeorar. Hay dos tipos de enfermedad. En la llamada diabetes tipo 1, quienes la padecen su páncreas no produce insulina así que deben usar el mencionado tratamiento.
La diabetes tipo 2 es la más común, puede empezar cuando el cuerpo no usa la insulina como debería. Si nuestro organismo no mantiene los niveles adecuados de insulina puede que terminemos tomando pastillas (que suelen combinarse con dieta y actividad física).
Más vale prevenir todo lo que podamos porque si bien la insulina es eficaz y segura los medicamentos más modernos tienen sus problemas. Se han notificado casos graves de cetoacidosis diabética asociada al tratamiento con los medicamentos dapagliflozina, canagliflozina y empagliflozina.
El primero de ellos (dapagliflozina) se comercializó en España en diciembre de 2013. Actualmente están disponibles los siguientes medicamentos: Invokana, Forxiga y Xigduo (este combinado con metformina) y Jardiance.
La mayoría de los afectados por esos medicamentos requirieron hospitalización. Un tercio de los casos notificados hasta la fecha ocurrieron en pacientes diagnosticados de diabetes mellitus tipo 1, indicación NO autorizada, como cuenta desde la Agencia Española de Medicamentos.
Esto es grave porque no se pueden recetar fármacos para indicaciones que no estén comprobadas. También es una consecuencia de la medicalización de nuestras vidas y de la diabetes a la que asistimos en días como hoy.
Lo de los nuevos tratamientos y sus daños era algo anunciado. La revista independiente Prescrire Internacional ha incluido a tres principios activos usados para la diabetes (sitagliptina, saxagliptina y linagliptina) en su Lista Negativa de Medicamentos Inservibles (edición 2014). Son fármacos conocidos como las “gliptinas” que los expertos consideran poco útiles, peligrosos y caros.
En su informe Towards better patient care: drugs to avoid in 2014 Prescrire ofrece una “lista negra” de 68 principios activos que considera “medicamentos nocivos, ineficaces o inservibles”.
Con las “gliptinas” en él mencionadas, existe una gran presión promocional de las farmacéuticas. Pero, según múltiples evaluaciones terapéuticas, alertas de farmacovigilancia y revisiones independientes, estos medicamentos NO suponen avances terapéuticos importantes, producen reacciones secundarias graves y no justifican su alto precio para la población y el sistema de salud.
¿Qué medicamentos son los cuestionados? Januvia, Onglyza, Trajenta, por ejemplo. ¿Qué daños causan? Por ejemplo, pancreatitis aguda.
En Estados Unidos se denegó la aprobación de Galvus (vildagliptina) debido a cuestiones de toxicidad hepática y a casos clínicos de reacciones alérgicas y complicaciones graves, incluyendo el síndrome Stevens-Johnson.
Otro ejemplo de medicalización es lo que publicamos en enero del año pasado: la farmacéutica Eli Lilly recibió una demanda en Argentina por tratar con el fármaco Zyprexa a una persona que con posterioridad desarrolló diabetes.
Lo más grave es que Eli Lilly estaba afrontando juicios millonarios por los daños que causaba el medicamento y por fraude, cuando inició ese “experimento” con 500 pacientes argentinos que fueron derivados por sus médicos.
Los laboratorios farmacéuticos Takeda Pharmaceuticals y el propio Eli Lilly han ocultado los riesgos para la salud de su medicamento contra la diabetes Actos (pioglitazona). Un tribunal de Estados Unidos (EE.UU.) les ha multado por ello con 9.000 millones de dólares (6.550 millones de euros). Un número indeterminado de personas padecen ahora cáncer de vejiga por haber tomado el fármaco.
Actos está aprobado por la Agencia Europea del Medicamento desde el año 2000. En España se comercializan varios genéricos, aparte del producto original.
El caso recuerda mucho al de otro antidiabético, Avandia, de GlaxoSmithKline (GSK).
Una serie de estudios relacionó su uso con infartos o fallecimientos de más 50.000 pacientes con diabetes en todo el mundo, pero el laboratorio lo publicitó y comercializó sin alertar a los consumidores sobre sus potenciales efectos adversos.
Con posterioridad el laboratorio aceptó pagar 3.000 millones de dólares por violaciones de la ley en el etiquetado, marketing y divulgación de efectos adversos y precios de ciertos medicamentos.
Y hay otros tratamientos que pueden causar diabetes, por ejemplo la vacuna de la gripe en embarazadas; Lipitor (atorvastatina) un medicamento de Pfizer que se utiliza para controlar el nivel de “colesterol malo”; o el Roacutan (isotretinoína) que se usa contra el acné juvenil.
Yo por eso soy muy escéptico con los «días de». Está bien llamar la atención sobre una enfermedad pero si se hace al modo corporativo lo que está consiguiéndose es medicalizar y eso siempre conlleva daños a la salud.