Compañías farmacéuticas que se preparan para sacar partido a las epidemias “mediáticas”
Las Big pharma, las compañías farmacéuticas que más facturan en el mundo, están uniéndose a instituciones gubernamentales y organizaciones “sin ánimo de lucro” para crear una especie de grupo de trabajo sobre enfermedades mortales emergentes. Lo llaman Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), algo así como Coalición de innovaciones para estar preparados para epidemias
Su lema es We want to stop future epidemics by developing new vaccines for a safer world: Queremos detener futuras epidemias mediante el desarrollo de nuevas vacunas para un mundo más seguro”.
De momento han confirmado su apoyo a dicho organismo laboratorios como GlaxoSmithKline, Merck, Johnson & Johnson, Pfizer, Sanofi y Takeda. También la conocida Fundación Bill y Melinda Gates, el Foro Económico Mundial, el Wellcome Trust y los gobiernos de India, Alemania, Japón, Noruega e incluso la Comisión Europea, el gobierno de los europeos.
La Coalición ha recaudado por el momento 460 millones de dólares y pretende comenzar por la observación y el intento de control de los virus MERS-CoV, Lassa y Nipah.
El objetivo de la empresa es desarrollar nuevas vacunas para emergencias como las últimas de zika y ébola.
El fenómeno de las epidemias “mediáticas” surge en 2005 con la epidemia de gripe aviar a la que seguirían las de gripe porcina o A en 2009-2010; ébola en 2014 y zika en 2015; cuatro en diez años. Si queréis saber qué tienen en común todas estas amenazas a la salud pública os lo cuento en un post del año pasado.
Es interesante ver el papel juzgado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en todas ellas y algunas organizaciones filantrópicas porque si bien la OMS no aparece (de momento) en esta nueva Coalición. Como cuento en esas líneas todo esto es como para poner en duda el papel de la OMS como líder mundial en salud pública.
La ciudadanía tiene que conocer que la OMS empezó hace tiempo su proceso de destrucción por “privatización”. Hoy casi todos sus ingresos y financiación le llegan de manos privadas, “filántropos” y compañías farmacéuticas. Quizá por ello su estrategia preferida haya sido la del marketing del miedo.
Hoy la mayor parte de su financiación corre a cargo hoy de la industria farmacéutica y de donantes privados. El que más aporta con mucha diferencia es Bill Gates, el dueño de la multinacional de la informática Microsoft, a través de la Fundación Bill & Melinda Gates que comparte con su mujer.
Y ¿qué farmacéuticas son las que más dinero ofrecen a la OMS para sufragarla? Pues GlaxoSmithKline, Novartis, Sanofi Pasteur y Merck, por cierto que son los principales fabricantes de vacunas.
En total, 90 millones de dólares en donaciones de las grandes farmacéuticas.
Tres de ellas, como podéis comprobar, están en la Coalición que ahora quiere librar a la Humanidad de las pandemias que la asolan. No saldrá gratis, claro.
A mí me parece evidente que proyectos como CEPI o la propia OMS son una herramienta de las farmacéuticas para abrir nuevos mercados globales basados en enfermedades infecciosas de gran prevalencia. Su “apoyo” a los gobiernos, ya sea el de los países que aportan fondos a la CEPI, la propia Comisión Europea o al “gobierno sanitario mundial” que representa la OMS, es la manera que tienen de decir que ya están listas para recibir los contratos para la investigación y el desarrollo de tratamientos.
La idea tiene su punto perverso pues las posibles amenazas a la salud pública mundial deberían encararse desde las instituciones sanitarias públicas ¿o es que no hay suficientes centros públicos de investigación biomédica en el mundo? ¿No existen suficientes profesionales? Sería lo coherente, democrático y además más barato.
Las epidemias mediáticas tiene otro punto en común: por suerte nunca llegaron a manifestarse como nos las habían anunciado. Así ocurrió con la gripe aviar. Nos avisaron de que mataría a más de 100 millones de personas pero no fue así. Luego con la gripe A se elevó a nivel seis de alarma ante un brote epidémico mundial pero la de 2009-10 fue una gripe de las más benignas (cada año la gripe mata en el mundo a varios cientos de miles de personas, no cabe duda pero en aquella temporada los fallecimientos fueron menos).
El ébola de 2014 provocó decenas de miles de decesos en sus zonas endémicas y llegó a Europa a través de España, algo histórico ¿recordáis? La cosa no llegó a más, como escribo, por suerte. El zika amenazaba con estropear las Olimpiadas de Brasil y extenderse por todo el continente americano… no ocurrió en el modo en que se anunciaba.
Las enfermedades emergentes globales en un mundo mercantilizado son oportunidades de negocio por mucho que intente disfrazarse mediante una dialéctica de preocupación por la salud pública planetaria.
Lo que ha de juzgarse es la legitimidad de esas asociaciones privado-públicas.
Si con las primeras epidemias mediáticas las industrias han dado buenos pelotazos económicos, qué no harán en años venideros más y mejor organizadas (con el consentimiento de gobiernos que hacen dejación de sus deberes, entre los que están la observación y control de las epidemias).