Los empastes dentales con mercurio dejarán de ponerse en 2018
Los empastes dentales que llevan mercurio en su composición, las amalgamas “de plata”, son un peligro para la salud de las personas y para el medioambiente. Las asociaciones de personas afectadas llevan años denunciando el asunto e intentando que la Unión Europea retire del mercado esos productos. Ahora, la UE ha aprobado nuevas medidas que incluyen su prohibición en 2018 para ciertos “grupos de riesgo”.
Los empastes con mercurio consistes en una aleación compuesta en un 50% del citado metal (muy tóxico) junto con otros como la plata, el cobre o el estaño. El objetivo de la Unión Europea es eliminar de manera progresiva la amalgama de mercurio dental en 2030. El primer paso será prohibir, a partir de julio de 2018, el uso de empastes de mercurio en los tratamientos de dientes de leche, menores de 15 años y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
A partir de 2019, sólo podrá utilizarse esta sustancia en la amalgama dental si está encapsulado.
Además, también se recoge la obligación para los dentistas de utilizar dispositivos que impidan que el uso de mercurio acabe contaminando el agua.
El trabajo de los lobbies de fabricantes de amalgamas dentales, ayudados en muchos casos por asociaciones de dentistas ha conseguido retrasar durante años estas medidas. La anterior normativa es de 2008 y prohibía las exportaciones de mercurio.
Las nuevas normas están muy influidas por el Convenio de Minamata sobre mercurio, que tampoco es nuevo precisamente pues se firmó en 2013. El Convenio de Minamata establece obligaciones sobre todo el ciclo de vida de este metal pesado. Sobre los usos sanitarios del mercurio decía que sería prohibido en 2020. Es decir, este producto se reconoce como no seguro pero se citaba 2020 como fecha hasta la que podía usarse. Vemos ahora que serán diez años más aún los que se prorrogará su utilización.
Por tanto, la noticia es buena, claro, pero llega muy muy tarde. Las nuevas normas establecen medidas y condiciones para controlar y restringir el uso y almacenamiento de mercurio en Europa, sus competentes y aleaciones y su comercio. También para su manufactura, utilización y gestión de los residuos del metal.
El presidente del Consejo General de Dentistas de España, Oscar Castro Reina, ha explicado a El Mundo que en España en la actualidad el uso de empastes de mercurio es “casi anecdótico” ya que, por tema estético y otras cuestiones, se han visto desplazados por los composites. Pero muchas personas lo llevan en la boca y en ocasiones en varios dientes.
Incurre, por cierto, en una grave contradicción pues indica que una persona que ya tenga empastes de mercurio no debería preocuparse para a continuación afirmar:
Nos tenemos que preocupar los dentistas a la hora de quitar estos empastes”, puesto que es un material contaminante para el medio ambiente si no se elimina de manera correcta.
¿Contaminante para el medio natural y no para las personas?
Durante años asociaciones de dentistas han practicado el negacionismo contra las pruebas de que las amalgamas dentales de mercurio son tóxicas. Y como vemos han tenido éxito en retrasar la toma de medidas, los fabricantes de amalgamas se lo agradecerán.
El tema se ha judicializado, a ver. Y ha habido sentencias como la de una enfermera holandesa que trabajaba preparando estos empastes y que perdió la salud por ello.
El uso del mercurio en el ámbito dental no tiene justificación a no ser que esta sea económica pues hay alternativas, de hecho muchos dentistas no trabajan ya con el mercurio y usan otros compuestos menos dañinos o inocuos. Lo que ocurre es que no ha interesado promocionar esas alternativas y en ello ha sido clave la actitud obstructora de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Alegrémonos pues de que el problema tenga visos de ir dejando de ser tal porque por el camino han quedado muchas personas “mercuriadas”, que es como se llama la asociación que los reúne en España, Mercuriados (que preside Servando Pérez, en la foto).