El penúltimo fraude alimentario, atún adulterado para que parezca fresco
Lo leeríais la semana pasada. Se ha detectado un fraude alimentario con atún adulterado que podría haber intoxicado a cientos de personas en varios países de la Unión Europea (UE). Se trata de lomos de atún descongelados que se venden como si fuera fresco y que no han sido conservados como se exige.
Además, se ha detectado que a esas piezas de pescado se le inyectan extractos de remolacha u otros vegetales, aditivos que contienen nitritos, una sustancia que tiene como propiedad cambiar el color del pescado del marrón al rojo intenso y lograr así que parezca más fresco de lo que en realidad es.
El fraude se centra en un pescado cada vez más demandado para hacer sushi y otros platos y que se vendería en pescaderías o envasado en supermercados a precios más baratos que el atún rojo, mucho más caro.
El engaño, según ha publicado El País
afectaría a unas 25.000 toneladas de atún cada año y supondría unas ganancias de 200 millones de euros, según calcula la Comisión Europea en documentos y cartas a las autoridades españolas a los que ha tenido acceso este periódico”.
El atún se congela en el barco cuando se pesca, según explica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan).
Para su comercialización, se puede descongelar por la industria o en los puntos de venta al consumidor (superficies comerciales o restaurantes), que deben conservar el producto en temperaturas de refrigeración para prevenir su degradación.
El atún descongelado puede tratarse en la industria con aditivos autorizados mediante inyección o inmersión y se comercializa principalmente en lomos, normalmente al vacío y también en filetes, en bandejas.
Los aditivos alimentarios E-300 ácido ascórbico, E-301 ascorbato sódico, E-302 ascorbato cálcico, E-330 ácido cítrico, E- 331 citratos de sodio, E- 332 citratos de potasio y E- 333 citratos de calcio (ascorbatos y citratos, a modo general) están autorizados para su uso en productos de la pesca no elaborados a una dosis máxima de uso “quantum satis”.
Este término significa “cantidad adecuada” y se define en un Reglamento sin un nivel numérico máximo específico, debiendo utilizarse los aditivos de conformidad con la buena práctica de fabricación, en una cantidad no superior a la necesaria para lograr el fin perseguido y a condición de que no se induzca a error al consumidor.
La utilización de extractos vegetales en pescado y productos de la pesca, tanto elaborados como sin elaborar, no está autorizada por la legislación vigente.
Tampoco está autorizado el uso de nitratos ni nitritos en atún descongelado, por lo que no se pueden emplear, ni de manera directa ni indirecta, por ejemplo añadidos en el agua o en otros componentes de la inyección.
El fraude detectado por la UE “podría estar relacionado” con las alertas sanitarias y consistiría en vender como fresco atún que sólo se podía dedicar a enlatado y que además ha sido tratado con aditivos ilegales para cambiar su aspecto, lo que supone un engaño al consumidor porque cuando compramos el pescado pensamos que el producto es fresco y de buena calidad cuando en realidad puede contener gran cantidad de histamina que puede causar fuertes reacciones alérgicas.
La intoxicación por niveles altos de histamina se llama escombroidosis y puede provocar urticarias, vómitos y diarrea. En lo que va de año van 171 afectados, cuando en 2016 hubo apenas 25 y en 2015, 63, según la Comisión Europea.
Al menos 105 casos están relacionados con productos de la marca almeriense Garciden.
La Guardia Civil ha investigado el asunto y ha descubierto posibles delitos contra la salud pública pues ha habido falta de control en la trazabilidad de los lotes de atún comercializado y se han manipulado informes de los resultados analíticos sobre el estado sanitario del atún.
El problema no se ha resuelto pues el pescado manipulado continúa llegando al mercado desde establecimientos españoles, según la UE.