Cremas solares 1
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La cosmética que usa nanomateriales cuya toxicidad es aún desconocida (pero es)

Las personas que utilizáis cosméticos no sé si sabéis qué tipo de componentes llevan. Desde hace poco la Comisión Europea publica un catálogo de nanomateriales utilizados en cosméticos que merece la pena ver. El debate está abierto pero mientras, como suele ocurrir, no se aplica el principio de precaución.

Un «nanomaterial» es un material insoluble o biopersistente fabricado intencionalmente que presenta una o más dimensiones externas o una estructura interna del orden de 1 a 100 nm. Ésta, el nanómetro, es la medida usada para catalogar cosas tan pequeñas que para que os hagáis una idea, un nanómetro equivale millonésima parte de un milímetro. Algo invisible al ojo humano.Cremas solares

En ese catálogo de la Comisión Europea (el gobierno de los europeos y europeas) están incluidos los nanomateriales usados como colorantes, filtros ultravioletas y conservantes en una sección separada y la información oficial indica las categorías de productos cosméticos y las condiciones de exposición razonablemente previsibles.

Este catálogo se actualizará periódicamente.

Como podéis ver en el enlace que os muestro, el catálogo enumera los nanomateriales utilizados en productos cosméticos introducidos en el mercado. Se basa en la información que las empresas de cosméticos han comunicado electrónicamente a la Comisión Europea a través del Portal de Notificación de Productos Cosméticos.

Podemos encontrar aplicaciones de nanotecnologías y nanomateriales en numerosos productos cosméticos, por ejemplo cremas hidratantes, productos para el cuidado del cabello, maquillaje y protectores solares. Casi todos los principales fabricantes de cosméticos utilizan nanomateriales en sus productos.

En la actualidad existen dos usos principales de la nanotecnología en la cosmética: protectores solares y productos antiedad. En las cremas solares que nos echamos en la piscina o en la playa para no quemarnos con el sol se echan nanopartículas de titanio, por ejemplo y otros metales para que hagan un película que refleje hacia fuera de nuestro cuerpo los rayos solares.

Claro que el sol no «entrará» en nuestro organismo pero eso metales potencialmente tóxicos para nosotros una vez dentro no saldrán. Por eso, entre otras cosas, existe un debate abierto acerca de la seguridad de los nanoprotectores solares. Los científicos han comenzado a estudiar la toxicidad de los nanoprotectores solares y, hasta ahora, según suelen contar en los portales de las empresas

Las pruebas muestran que son seguros y efectivos».

Claro que eso me recuerda muchas cosas, entre ellas a cuando dicen que el aluminio que se usa como potenciador de la actividad inmune de algunas vacunas es seguro. Luego los científicos y estudiosos independientes nos documentan de un supuesto síndrome ASIA y pasarán años hasta que se les tome en serio, se hagan más comprobaciones y si acaso se tomen las medidas oportunas.

Y luego está cuando los fabricantes no dicen la verdad con la cantidad de ese aluminio que llevan sus productos. Pero sigamos con los cosméticos.

Sin embargo, todavía existen dudas acerca de la seguridad de los nanocosméticos y sus efectos a largo plazo. En cuanto a normativas en la Unión Europea, desde 2014 los protectores solares que contengan nanopartículas deben indicar esto en sus listas de ingredientes.

El caso es que tóxico lo que se considera tóxico son. Unos menos que otros pero los nanomateriales, por lo general, son tóxicos:

Un ejemplo son las nanopartículas de óxido de zinc que incorporan las cremas solares, que son tóxicas para algunas especies. La investigación ha detectado que uno de los parámetros que controla la toxicidad del óxido de zinc es su solubilidad. Por eso han probado de modificar algunos átomos de óxido de zinc por átomos de hierro para hacer un nanomaterial que protege igual del sol cuando se incorpora en una crema solar, pero que es menos soluble y por lo tanto menos tóxico».

Quines los estudian lo tienen claro:

No se sabe bien todavía qué nanomateriales pueden ser tóxicos, qué organismos vivos pueden ser víctimas de estos efectos ni de qué manera les puede perjudicar«.

Así que lo mejor como siempre que nos encontramos con tecnologías novedosas es aplicar el principio de precaución y buscar alternativas inocuas (que las hay, claro).

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