La “revolución veggie”: Vegetarianos, veganos y flexitarianos por la reducción del consumo de carne
Un vegetariano es una persona que no come carne (ni siquiera de aves) ni pescado o marisco ni productos que los contengan. Sólo come vegetales y admite, según los casos, otros alimentos procedentes de animales como los derivados de los huevos o los lácteos. Luego están las personas veganas o vegetarianos estrictos, que excluyen de su comida los huevos, los productos lácteos y demás alimentos de origen animal, sólo comen vegetales. Y hay una corriente al alza que es el vegetarianismo a tiempo parcial.
Lo llaman “flexitarianismo”, es decir que si por lo general comes verduras pero de vez en cuando pruebas la carne o el pescado eres “flexitariano”. En el español culto, vamos a dejar el pabellón alto, se recomienda el uso de los términos “flexivegetariano” y “flexivegetarianismo” en lugar de los anteriores. No es un concepto académico sino más bien popular.
En el año 1992, el periódico Austin American-Statesman ofreció un artículo titulado “Acorn sirve ‘comida flexiteriana'” que trataba de la reciente apertura del nuevo Acorn Café y señalaba que la propietaria denominaba su comida “flexiteriana”.
Es la práctica de ser “flexible” en el modo en que se practica el vegetarianismo. Un flexitariano suele alimentarse de vegetales pero cuando va a un restaurante, en un evento social o si le invitan a su casa unos amigos come sin mayores problemas de conciencia platos que contengan carne.
El flexitariano parte de una dieta vegetariana y consume productos animales con menor frecuencia. Es un planteamiento dietético bastante razonable pues se lleva una dieta a base de vegetales, más sana y se complementa de manera ocasional con carne o pescado.
No todo el mundo es flexitariano, como pudieras estar pensando. No lo es el quien come poca carne o pescado, sino aquella persona que, siguiendo una dieta vegetariana de manera cotidiana realiza ingestas puntuales de alimentos de procedencia animal. Es decir, que es la frecuencia con la que se come pescado o carne lo que define al flexitariano.
Todo esto nos hace entender que existe un fenómeno mundial consistente en limitar nuestro carnivorismo y que a buena parte de la población le va quedando claro que es excesivo y que atenta contra nuestra salud, es antiecológico y muy contaminante y que causa maltrato animal. Hay una “revolución veggie” (flexitariana, vegetariana o vegana) en marcha avalada por las cifras: el 6,3% de los adultos españoles son flexitarianos, un 1,3 % sigue una dieta vegetariana y un 0,2 % ha optado por el veganismo.
Es decir, que en España hay alrededor de 3,6 millones de personas (un 7,8 % del total) que basa su dieta de manera casi exclusiva o con contadas excepciones, en productos de origen vegetal. Es una de las conclusiones del estudio The Green Revolution, elaborado por la consultora Lantern.
Una de cada diez mujeres españolas es veggie. ¿Por qué? La mayoría por motivos éticos y de respeto a la vida animal (57 %), de sostenibilidad (21 %) y de salud (17 %). Otro dato muy claro sobre la tendencia veggie: El número de restaurantes vegetarianos se ha duplicado en solo cinco años, pasando de los 353 de 2011 a los 703 de 2016. Y otro más: El consumo de carne roja descendió un 35% en 2016, según el Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias Vida.
El dato es mayor, del 43%, si sumamos la población que ha reducido el consumo de carne roja y la que ni siquiera la ha probado. El 17% de las personas se identifican con la opción flexitariana, ya que consideran que su consumo de carne y pescado es ocasional.
Para ser honestos, habría que ver qué es lo que contestamos que “ocasional” cuando nos preguntan para plasmar nuestra respuesta en una encuesta ¿verdad?
El 25% de los consumidores españoles ha probado algún sustituto cárnico en los últimos 12 meses. Es como para reflexionar pues del citado 43%, un 29% ha reducido la ingesta de carne roja. Son más de once millones de personas…
En Reino Unido, Italia o Estados Unidos, los veganos y vegetarianos representan ya un 10-13 % del total. La industria está muy atenta a todo movimiento que haya en el ámbito alimentario, vive de ello, de adaptar sus productos al gusto que marque tendencia.
Y, por cierto, algunos datos de la industria, en concreto del citado Observatorio de la multinacional Nestlé, puede que avisen de cambios en esa revolución veggie si seguimos alimentando mal a los niños. Resulta que sólo el 17% de los padres da a sus hijos la fruta recomendada. El 69% de los progenitores afirma que conoce la cantidad de fruta que hay que ofrecer diariamente a los niños (tres raciones) pero en realidad únicamente hace lo correcto un 17%.
Y con la verdura ocurre tres cuartos de lo mismo: aunque un 66% de los padres dice que sabe las raciones de verdura que recomiendan los expertos (dos al día), sólo un 54% da a sus hijos la cantidad aconsejada. Lo verde está de moda. A pesar de ello, actualmente todavía hay 2,5 millones de españoles que no consumen verdura o fruta, como indica el estudio de Nestlé.
La revolución veggie tiene un fuerte componente ideológico, como no podía ser de otra manera, pero también comercial. En Alemania, el número de artículos para veganos se ha multiplicado ¡por 18! entre 2011 y 2015. Datos en los que la industria alimentaria ha detectado oportunidades de negocio: leches vegetales, embutidos, huevos, albóndigas… ¡Todo veggie! ¡Viva la revolución!
En 2020 el mercado mundial de productos para los veggies alcanzará los 5.000 millones de dólares, según el citado trabajo The Green Revolution. Pero al veggie no le vale cualquier producto ni cualquier empresa, por lo general. Entre las preocupaciones de este ansiado público (por las empresas) están los altos precios de esta comida, la poca variedad de alimentos que se ofertan y la existencia de productos deshonestos. Todo un reto para las compañías que deseen perdurar.
Quizás me aparto un poco del tema de este artículo, pero desearía información sobre los suplementos alimenticios que vende la empresa americana Mannatech y hasta que punto es fiable.
El comentario : “limitar nuestro carnivorismo y que a buena parte de la población le va quedando claro que es excesivo y que atenta contra nuestra salud,” no se apoya en ninguna evidencia científica, la única evidencia que conozco afirma que es no comer productos animales lo que atenta contra nuestra salud, especialmente en niños.
Gabriel con todo respeto…te hace falta leer al respecto. Y actualizar conceptos. Evidencia científica acerca del consumo de productos de origen animal y su relación con la salud hay por cantidades. Hay infinidad de estudios de investigación, y muchisimos médicos que tratan de hacer llegar esta información. Solo hay que buscarla.