Médicos críticos: “Si tu médico la única solución que te da es una pastilla, cambia de médico”

Televisión española (TVE1) ha emitido estos días el reportaje de investigación El poder de las farmacéuticas en su programa Comando actualidad. Es un buen trabajo que ha sufrido intentos de censura, en el que profesionales y pacientes exponen varias claves de la corrupción del sistema médico a manos, al menos en parte de las farmacéuticas.

El poder de las farmacéuticas es un buen trabajo del equipo de investigación de Comando actualidad. Lo han hecho tan bien que con este trabajo se abre una nueva etapa del programa e iba a emitirse en prime time, la mejor hora o la que más espectadores acumula.

Pero hubo una queja de Farmaindustria, el lobby de las farmacéuticas en España y seguramente que por casualidad, el espacio se emitió el lunes a la 1:20 de la madrugada.

A esa hora en la que las personas de bien están dormidas y no hacen cosas malas como informarse con calidad (también se ha emitido hoy domingo a las 10h y está disponible para todo el mundo on line en el enlace del principio de este post).

El programa expone varios temas clave en el debate actual sobre medicamentos, industria, corrupción sanitaria. Se ofrecen datos sobre la enorme medicalización a la que estamos sometidos. Cómo aumenta el gasto en fármacos y disminuye la inversión en médicos confiándolo todo al remedio farmacológico.

En muchos casos esos tratamientos carecen de evidencia científica pero ofrecen graves daños (sí, pseudociencia institucionalizada que ofrece muchos réditos al cartel medicamentoso y sus colaboradores necesarios, administraciones públicas que miran para otro lado, una parte de la clase médica que entra en el juego, etc).

Fernando Lamata, que fue Secretario General de Sanidad en el Ministerio de Sanidad hasta 2005 narra cómo por el medicamento Sovaldi, para la Hepatitis C ¿os acordáis de la polémica que hubo hace unos años por su elevadísimo precio? cuenta que dicho tratamiento cuesta 58 euros pero en España el Gobierno lo compra por más de 10.000 euros.

Se habla de medicalización de la vida y el médico crítico (exhibe en su consulta un cartel en el que deja claro que no recibe a visitadores médicos de los laboratorios), Raúl Calvo nos da un buen consejo.

Si tu médico la única solución que te da es una pastilla, cambia de médico“.

Mañana tengo consulta médica con mi doctora de cabecera espero no tener que darle el consejo. En una comida tras un congreso profesional en la que los comensales se la pagan de su bolsillo (no esperan que un laboratorio corra con los gastos), otro galeno indica que claro que existen enfermedades inventadas y tratamientos sin evidencia científica (sin pruebas de su efectividad).

En el minuto 21:45 me ofrecen dos minutos para explicar la corrupción que representa que los laboratorios manden a su ejército de visitadores médicos a las consultas para convencer a los profesionales de que han de recetar sus productos.

Todavía quedará gente que crea que el método no es efectivo, claro por eso en España hay más de 12.000 comerciales de las farmacéuticas pateando los centros de salud.

Como argumenta uno de ello de nombre Gustavo:

El médico se convence sólo”.

Con sus particulares técnicas, que incluyen regalos y prebendas consiguen “que el médico interiorice” su discurso.

En el minuto 33:30 sale nuestro pues el entrevistador hace lo propio con mi compañero abogado Francisco Almodóvar y Elena Fernández, afectada por el anticonceptivo Essure de la Asociación de Afectadas por Essure en España.

Hay otras entrevistas interesantes como las realizadas a periodistas de investigación de Civio o a los familiares de niños afectados por la fibrosis quística que sufren la especulación con el precio de los medicamentos necesarios para sus retoños. Incluso habla en nombre de la patronal de las farmacéuticas José Zamarriego, que lleva el área de Ética.

Mejor ved entero este trabajo audiovisual y así de paso le recordáis a los responsables de TVE y a Farmaindustria que en democracia el derecho a la información de las personas y la libertad de expresión de los informadores es sagrada.