La realidad de los fármacos para el cáncer: Varios cientos de miles de euros para alargar tu vida sólo un mes
Hoy que es el #DiaMundialContraElCancer conocemos un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la especulación de la industria farmacéutica con el precio de los medicamentos para el cáncer. Muchos además no tienen las suficientes evidencias o pruebas de su efectividad antes de su comercialización.
Se trata de un documento técnico de la OMS, titulado Pricing of cancer medicines and its impacts. Está elaborado con expertos independientes y sin control de la industria y describe la desproporción entre la efectividad y seguridad de los nuevos antineoplásicos y sus precios. Las farmacéuticas han encontrado un gran filón económico en sus medicamentos para el cáncer.
Mejor escrito, en la especulación con el precio de dichos fármacos. Más grave si cabe, es que por lo general, son muy poco efectivos pues apenas alargan o mejoran la vida de las personas enfermas (y ofrecen considerables reacciones adversas).
El mercado de los fármacos para tratar el cáncer es muy parecido a lo que conocemos como monopolio, lo que facilita que las empresas se pongan de acuerdo para marcar precios muy elevados.
El área de oncología crecerá a un ritmo de gasto sanitario entre el 9% y el 12% anual hasta 2021, hasta alcanzar entre 120.000 y 135.000 millones en todo el mundo.
Son una especie de cartel. Sólo tres empresas representaban alrededor del 50% del mercado mundial de medicamentos contra el cáncer.
Tres compañías, Bristol-Myers Squibb, Ono Pharmaceutical y Merck & Co, controlaron cerca del 97% del mercado mundial del melanoma, un tipo de cáncer de piel.
Y existe un acuerdo de colaboración entre Bristol-Myers Squibb y Ono Pharmaceutical para el desarrollo y comercialización de nivolumab (4.700 millones en ventas en 2017) y ipilimumab.
Países como Australia, Japón o Reino Unido han intentado fijar los precios relacionándolos con los costes de su investigación y desarrollo pero no es fácil ni para los gobiernos obtener información fiable por parte de los laboratorios sobre cuales son las cifras reales que han invertido en la consecución de un tratamiento.
De los 71 medicamentos contra el cáncer que sacó la FDA (agencia de medicamentos de los Estados Unidos) entre 2002 y 2014, el 90% cuestan más de 100.000 dólares.
En su trabajo Eficiencia de tratamientos oncológicos para tumores sólidos en España, la fármacoeconomista Itziar Oyagüez comparó precios de medicamentos usados en cánceres avanzados y reseña un tratamiento combinado de fármacos que cuesta más de 600.000 euros y que sólo consiguió que la persona enferma que lo recibió tuviera ¡un mes de vida más!
E insisto en que la eficacia de los tratamientos está en entredicho. Un ejemplo: Nueva Zelanda tiene un enfoque restrictivo para la financiación de nuevos antineoplásicos. Sin embargo, la evidencia sugiere que la menor disponibilidad de medicamentos contra el cáncer no ha tenido un impacto negativo en los resultados de los pacientes.
Está claro que el actual modo de enfrentar el cáncer está siendo muy rentable para las industrias.
Eso no tendría nada de particular si no fuera porque los precios de esos fármacos están hinchados y ponen en peligro la financiación de los sistemas sanitarios.
Hay que tener en cuenta para más inri que muchos de los descubrimientos de fármacos realizados por el sector privado no hubieran sido posible sin las contribuciones económicas de los gobiernos y, por extensión, de los contribuyentes.
La financiación de más de 100.000 millones de dólares que los Estados Unidos han dedicado a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) durante los años 2010-2016 ha contribuido a crear 210 nuevos medicamentos aprobados por la FDA. Por ello, el informe destaca que los contribuyentes estamos “pagando dos veces” por los cientos de medicamentos desarrollados al menos con apoyo parcial de recursos públicos.
Muchos medicamentos contra el cáncer no tienen evidencia bien establecida para informar sus valores clínicos y económicos en el momento en que son aprobados.
Cada persona tiene un valor infinito pero es evidente que se está especulando con ello, jugando con el miedo que todos tenemos a la muerte y al cáncer en concreto.
Estas actividades especulativas son planificadas por las compañías muchos años antes de que la evidencia clínica de los ensayos de fase III se conozcan.
Un ejemplo es la labor de lobby realizada por Pfizer para fijar el precio del palbociclib (Ibrance) años antes de tener resultados clínicos en los ensayos.
Este medicamento tuvo unas ventas en todo el mundo en 2017 de 2.135 millones de dólares sin que haya demostrado todavía mejora en la supervivencia global.
Lo escrito, con los tratamiento para el cáncer funciona de maravilla el marketing del miedo que hace milmillonarios a varios laboratorios con la inestimable ayuda de los gobiernos de todo el mundo.