Pretenden abolir en España el ejercicio médico de las medicinas tradicionales
Existe mucha polémica en torno a otras maneras de entender la medicina, no convencionales, más tradicionales que se desarrollan con frecuencia de manera complementaria. Y hay médicos que defienden su uso y que claman porque pare el intento de prohibirlas que ha comenzado el Gobierno español.
El médico Marino Rodrigo ha escrito una carta abierta a responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que resumo tras estas líneas. Viene a recordar este galeno que en su Estrategia sobre Medicina Tradicional 2014-2023, la OMS declara que
la medicina tradicional es una parte importante y con frecuencia subestimada de los servicios de salud” y anima a todos los agentes sanitarios a continuar en la línea de integración, reglamentación y supervisión de las medicinas tradicionales y complementarias (MTC) en los sistemas sanitarios públicos.
Asimismo, insta a dedicar “más esfuerzos de investigación e innovación y una atención centrada en la gestión de conocimientos”, a fin de que puedan basarse en pruebas científicas.
La Organización Médica Colegial (OMC) agrupa en torno a 250.000 médicos en España promueve en España la eliminación de las MTC y del correspondiente ejercicio médico no convencional (EMNC). En marzo de 2017, dirigentes de la OMC presentaron un Observatorio con el objetivo de
luchar de forma activa contra estas prácticas engañosas, fraudulentas y contrarias a la medicina científica, procedan de donde procedan y las oferte quien las oferte (médicos, otros sanitarios, charlatanes e intrusos)”.
En su establecimiento se prescindió de médicos y usuarios de las MTC. En su lugar, se participó de la gestión del Observatorio en régimen de exclusividad a dos destacados miembros del movimiento autodenominado escéptico, uno de ellos ni médico ni sanitario, ajenos ambos a las MTC, generadores ambos de copiosa ofensa pública contra colegiados del EMNC en medios y redes.
El Ministerio de Sanidad había realizado en 2011 un informe de situación de las MTC en España, documento descriptivo para el posible futuro abordaje de su regulación. Por intervención del Observatorio auspiciado por la OMC, lo que el Ministerio consideró “técnicas en el ámbito de las terapias naturales” devinieron pseudociencias o pseudoterapias.
Se incluyeron en un listado que había que, inicialmente, limitar; en segunda fase, denunciar y en tercera —la actual— prohibir.
Desde entonces, con un apoyo mediático sin precedentes y desde diferentes frentes que incluyen a la OMC, se están haciendo ímprobos esfuerzos para instalar en la opinión pública española el soniquete MTC=pseudociencia=pseudoterapia=amenaza.
El objetivo es imponer una narrativa pues el lenguaje condiciona el pensamiento y éste la acción. Las actuaciones supresivas de dirigentes de la OMC prosiguen en 2019. Destacan dos actuaciones en curso:
Se pretende modificar texto de artículos del Código de deontología médica (CDM), actualmente en proceso de actualización, lo que facilitaría considerar como mala praxis y “contrario a deontología médica” a todo ejercicio médico de las MTC. Se ha pedido formalmente a las autoridades sanitarias españolas su prohibición, lo que facilitaría ilegalizar ambos, MTC y su ejercicio médico.
En los términos de la Declaración Madrid:
Todas ellas han de ser expresamente prohibidas y excluidas de cualquier circuito sanitario y consideradas, a todos los efectos, como prácticas que atentan contra la salud pública y la seguridad de los pacientes”. Todas ellas.
La supuesta justificación es simple: “no tienen evidencia” o “son prácticas más propias de la Edad Media”.
La secuencia es vertiginosa: todo ejercicio médico no validado por la ciencia queda automáticamente y para siempre “invalidado”. La ausencia, la simple insuficiencia de pruebas (científicas) equivale a la prueba de la ausencia (de validez). Toda MTC deviene pseudociencia, pseudoterapia o ambas.
De este modo, las recomendaciones de la OMS para las MTC van camino de tomar en España un giro inesperado en manos de, entre otros, dirigentes de la OMC: su supervisión deviene denuncia y persecución; su reglamentación, prohibición; su integración, mala praxis, y, en consecuencia, su estudio, actualización, aplicación, investigación y validación científica, fuera de la Ley y de la deontología médica.
En resumen, un cientifismo de perfil supremacista, modo inquisitorial y afín al pensamiento único pretende abolir global e indiscriminadamente las MTC en España. ¿Qué sería de la Medicina empírica de siempre —a la que pertenecen algunas de las MTC aplicadas por médicos— si se impusiera este criterio cientifista?
Se estima que en torno al 80% del ejercicio médico convencional (EMC) carece de evidencia científica. Si aceptamos el criterio cientifista promovido por dirigentes de la OMC, tendremos que reconocer ante población y autoridades que la mayor parte de nuestros actos médicos son “prácticas denunciables”, perseguibles y eliminables. Porque “no tienen evidencia”. Porque se basan en “creencias”. Porque… ¿»matan»?
¿Qué hay en todo esto respecto a la población española? Según encuestas, su aceptación de (y confianza en) el ejercicio médico de las MTC es alta. Sin embargo, los escenarios de este proceso indiscriminado contra las MTC se multiplican en España:
-Médicos en EMNC, expedientados por “practicar pseudoterapias”.
-Secciones y grupos de trabajo en colegios de médicos, “tumbados”.
-MTC aplicadas a pacientes en centros sanitarios públicos, “expulsadas”.
-Actividades formativas y de investigación, “fulminadas”.
-Charlas en Colegios de Médicos, “canceladas”.
-Solicitudes de locales públicos para actividades informativas, denegadas.
-Comunicaciones de protesta de colegiados y usuarios de las MTC, silenciadas.
De este modo, en España están bajo seria amenaza valores universales:
-La libertad de conciencia y de prescripción de los médicos.
-La libertad de elección de recursos sanitarios del paciente, en el ejercicio de su autonomía informada y responsable.
-La libertad de expresión de toda la ciudadanía en materia sanitaria.
No cabe esperar que una sociedad madura y democrática como la nuestra se resigne a la imposición de decisiones totalitarias tomadas a la sombra de la imprescindible lucha contra el fraude y la ilegalidad sanitarias.
Entre tanto, el paternalismo persuasivo y autoritario —que tampoco se resigna, al parecer— empieza decidiendo con el paciente y termina haciéndolo por él. Empieza invocando la esperada, necesaria ayuda que la Ciencia, no el cientifismo, aporta a la Medicina y termina sometiendo toda la deontología y ética médicas a los solos dictados del segundo.
Empieza informando a la población y termina atemorizándola. Empieza “protegiendo a pacientes” y termina usurpando derechos individuales. Lo estamos sufriendo: empieza “limitando” y termina prohibiendo.
Rodrigo, en fin, pide a los responsables de la OMC que suspendan la línea de actuación indiscriminada contra el ejercicio médico de las MTC en España que va:
Contra las recomendaciones de la OMS.
Contra la aceptación de los usuarios mayoritaria.
Contra el mayoritario ejercicio médico honesto.
Contra las políticas en el resto de Europa.
Que en una medicina cómo la que se quiere imponer cómo única, en la que las estadísticas de muerte por cáncer empleando toda la quimio (veneno en vena) y radio (quemar partes del cuerpo) que los protocolos indican, aún sabiendo el fin del paciente (muerte) , quiera limitar o robar a la población de la ayuda de métodos sencillos y antiguos ,no por ello poco eficientes, me resulta tan bochornoso y penoso cómo el recuerdo de los tiempos de esclavitud del pueblo negro o el holocausto nazi.
En realidad no sabemos la cantidad de hombres o mujeres jóvenes que han muerto envenenados y quemados por esta medicina oficial , que intentan hacer única y aislada. Cuando se dan las defunciones parece que la culpa se la lleva la enfermedad, así ha sido siempre, es una forma más de lavarse las manos, pero no es cierto que mate la enfermedad. Si la curación es efectiva la enfermedad no se lleva a pacientes jóvenes y fuertes, por lo cual mata la falta de curación más la aplicación de métodos invasivos.
Nos quieren hacer creer que las enfermedades degenerativas son incurables, y habría que recordar que las creencias siempre nos han llevado a lo largo de la Historia a la barbarie. Lo que hoy es no , mañana puede ser sí, pero claro cuando la enfermedad es causa de lucro y poder, no viene bien cambiar las cosas .A la larga o quizás a corto plazo, gracias a las MTC (medicinas tradicionales complementarias) en unión armónica con la medicina oficial, pudiera darse una medicina integra , abierta y mucho más efectiva , con índices de muerte por mala curación mucho menores.
No sólo es que se quiera denunciar y anular a las MTC , también existe un movimiento de igual matiz escéptico y cientificista , que bloquea cualquier iniciativa científica ,novedosa que se de , anulando sus artículos e intentando ridiculizar sus postulados , aún a sabiendas de que muchos de ellos están siendo probados de forma empírica.
Me quedo con la frase : Empieza “protegiendo a pacientes” y termina usurpando derechos individuales. Lo estamos sufriendo: empieza “limitando” y termina prohibiendo.
Pretenden abolir en España el ejercicio médico de las medicinas tradicionales
Sobre «El método natural en medicina» ˗basándose éste en el corpus de conocimiento empírico desarrollado en los templos elevados en honor al dios griego de la medicina Asclepio (Esculapio para los romanos): templos adonde iban los enfermos en busca de curación-, fundamentó Hipócrates su obra y obrar.
«El método natural en medicina» es la medicina auténticamente basada en la evidencia que, a partir de Hipócrates, siguió siendo desarrollada por los grandes empíricos hasta Paul Carton. Y no creo equivocarme al aseverar que fue su discípulo aventajado André Schlemmer quien inauguró: con su obra titulada «El método natural en medicina», la medicina realmente basada en la evidencia y realmente científica. Obra esta última que los investigadores realmente científicos no han dejado de desarrollar al ir determinando:
• Primero las propiedades de alimentos y plantas y su indicación según las diversas patologías (siempre respetando las «compatibilidades e incompatibilidades alimentarias», sinergia entre los compuestos fitoterapeúticos, etc.); y ello fue así por los investigadores científicos de modo que no desmintieron prácticamente nada de lo observado por los grandes empíricos, sino que se limitaron más bien a explicar cuáles son las sustancias en los alimentos y plantas que obran terapéuticamente en el organismo.
• Posterior y afortunadamente con sucesivos desarrollos en lo relativo a nuevos descubrimientos que incrementan el corpus doctrinal que posibilite nutrirse a nuestros más genuinos terapeutas de más y mejores conocimientos pro terapias naturales, que esta gentecilla pretende marginar.
Que ahora estos mentecatos vengan hablándonos de la medicina oficial como la basada en la evidencia y realmente científica, sin considerar que es ya la tercera causa de muerte en los países desarrollados y con innumerables enfermedades iatrogénicas producidas por sus fármacos (que también contaminan ríos y costas marinas llegando incluso a cambiarles el sexo a los peces), me permite aseverar que quienes nos gobiernan nos generan infinitamente más problemas en muy diferentes ámbitos institucionales que los que resuelven y que estaríamos mejor sin ellos a fin de llegar a regirnos por la democracia real: que no es precisamente la partidocracia por la que ellos en la mayor parte del mundo nos presentan en sus listas de partido a esta clase de gente como supuestos representantes pro intereses generales y ya en el poder ponen como responsables a más de lo mismo.
En consecuencia deberíamos obrar a fin de acabar con todo esta inmundo cúmulo de burlas y abusos para que no sigan acomodando sus leyes para jodernos todo en una mierda (tal y como acertadamente asevera José Larralde en su obra “Y otras cosas fuleras” https://www.letras.com/jose-larralde/1690577/ «De andar de linye… aprendió que es lerda la lluvia de mojar la suerte, que la ley la acomodan pa joderte ¡todo es una mierda!»
Y ya para terminar: Cómo mucho ˗y aparte el hecho de que la medicina es un arte y no una ciencia-, a la medicina por la que estos impresentables abogan como la única legítima y factible de legalizar *en exclusiva* se le podría conferir el “status” de medicina complementaria. (Pero únicamente para aquellos productos que curen sin dañar: como no es el caso ˗a modo de ejemplo entre otros muchos- de las vacunas, cuyos dogmas ya casi nadie está en capacidad de enfrentar ˗o no se atreve a hacerlo- desde perspectivas históricas basadas en evidencias y/o estadísticas, efecto de la propaganda sistemática a lo largo de décadas en pro de las vacunaciones como óptima solución preventiva de muy diversas patologías, a cuya lista suman cada vez más por mor del ingente negocio de las farmaceúticas.)
Palabras del biólogo alemán Uexküll en su obra “El organismo animal y su ambiente”, sobre la actitud de la ciencia oficial y de sus adoradores:
“La palabra ‘CIENCIA’ ha pasado a ser un fetiche ridículo. Es oportuno recordar que la ciencia no es más que la suma de las opiniones (a menudo divergentes) de los científicos vivientes… Poco a poco las opiniones de los científicos precedentes se olvidan, se modifican o son sumariamente descartadas. De modo que, sin exageración alguna, a la pregunta “¿Qué es la verdad científica?” se puede responder: “ES EL ERROR DE HOY”… Esperemos tan sólo poder pasar de errores graves a errores menos gaves. Pero, por lo que se refiere a la biología, es muy dudoso que se esté dando este proceso.”
(cita de Wilhem Reich)