Médicos que revelan lo que hacen otros médicos para promocionar la vacuna de la meningitis B, Bexsero
La vacuna de la meningitis B, marca Bexsero, fue el medicamento más vendido en las farmacias durante el año 2017. Eso le supuso a su fabricante GlaxoSmithKline (GSK) colocarse a la cabeza de los laboratorios que más facturaron por ese concepto, más de 781 millones de euros. Lo cuenta el médico Roberto Sánchez en un excelente hilo de Twitter donde destapa cómo se consiguió ese éxito comercial, que no sanitario.
La historia de la vacuna Bexsero está siendo la de uno de los últimos grandes pelotazos económicos protagonizados por fármacos. Lo advirtió en su momento Francisco Salmerón García que desde 1990 y hasta 2015 trabajó en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), siendo su Jefe de División de Productos Biológicos, en la que se inserta todo lo concerniente a las vacunaciones.
Y entre otros motivos por eso le cesaron, por incómodo. Y no tratamos de un «antivacunas» sino de un «pro-vacunas declarado«, como me contó en la entrevista que le hice para ir documentando el escándalo de esta vacuna.
Salmerón denunció las presiones industriales y políticas para abrir mercados a las vacunas de la varicela y de la meningitis B así como el marketing ilegal de las mismas.
Bexsero, es la estrella del calendario privado de vacunas. La incidencia de la enfermedad en España es baja y decrece; la eficacia del producto es del 70% (baja); no está incluida en el calendario oficial de vacunaciones (por eso escribo “privado”, aunque algunas comunidades autónomas se saltaron la regla y sí incluyeron el producto); supone además el 17% de las ventas mundiales a 106 euros la dosis (se ponen cuatro).
Sus existencias llegaron a agotarse. No hay fundamento científico para que un fenómeno así ocurra ¿cual es la explicación entonces? La vacuna está autorizada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) pero cuando comenzó a aplicarse aún no se sabía si protegería a quienes se la pusiesen o no y hasta cuándo y cuánto.
Pero teniendo en cuenta la gravedad de los pronósticos en caso de enfermedad la vacuna se recomienda en los niños de riesgo de acuerdo con las recomendaciones oficiales y no se recomienda en niños a los que vacunar de modo sistemático pues la incidencia es baja, sino en niños que se han clasificado en grupos de riesgo. Sólo un país está vacunando de modo sistemático, el Reino Unido.
¿Qué descubrió en su día Salmerón? Al indagar en documentos de consenso sobre Bexsero, los que se aprueban para explicar a los médicos cómo ha de usarse el producto, como Prevención de la enfermedad meningocócica por el serogrupo B mediante una vacuna de cuatro componentes, entre otras irregularidades, se había cambiado el contenido de la ficha técnica en el apartado de indicaciones y el de administración concomitante.
El documento, publicado en Anales Españoles de Pediatría, contaba con el respaldo de varias asociaciones médicas y con la colaboración de Novartis (dueña de la patente de Bexsero hasta que GSK la compró).
La División en la que trabajaba Salmerón tuvo un contacto con la EMA debido a que la compañía Novartis quería realizar un ensayo clínico para completar los estudios de coadministración. Sin embargo, en el documento antes mencionado se daban por resueltos. A los pocos días de hablar con la compañía sobre este asunto, esta comunicó a las autoridades sanitarias que la publicación en Anales de Pediatría se iba a modificar.
Y se hizo corrigiendo parte de las falsedades de la primera publicación. Además, tras hablar con uno de los autores del documento se pone de manifiesto que el texto original de la publicación había sido escrito por Novartis (aunque no figuraban técnicos de la industria en las galeradas) y los de las sociedades científicas todos tenían problemas de conflictos de intereses.
Para mayor lío, dos de los falsos autores habían sido nombrados expertos internacionales por el Ministerio de modo reciente. Es decir, hay una mezcla Ministerio (altos niveles políticos), empresas farmacéuticas, sociedades científicas, de claro contenido “político” para impulsar el éxito comercial de esta (y otras vacunas y fármacos).
Estas y otras estrategias similares son las que comenta en su hilo Sánchez. GSK logró colocar cinco millones de dosis a 105 euros cada una, 550 millones de euros en ventas de una vacuna sólo indicada para población infantil de riesgo… Consiguió vender un tercio más en 2017 que en 2016.
Para conseguirlo, el laboratorio primero logró la venta libre (en 2013 Bexsero se introdujo de modo experimental en los hospitales -aún no se conocía su eficacia-). Luego Glaxo se centró en los padres. En persuadirles, por ejemplo con campañas de marketing del miedo en la prensa. «Unos padres convencidos de vacunar van a reclamar la financiación pública», explica Roberto Sánchez:
Instalada la idea de la necesidad absoluta de vacunar queda construida una demanda en la sociedad que puede ser articulada y presentada ante el Estado», continúa.
Al tiempo, GlaxoSmithKline «construye su propia legitimidad basándose en su propia credibilidad». El laboratorio tiene sus biblias, sus fuentes de información, sus estudios, sus referentes. Sus liturgias:
los Congresos anuales de las Sociedades Científicas y otras jornadas científicas, en los que se repasan y reformulan las líneas argumentales, se reparte argumentario de arriba hacia abajo, se tejen alianzas, se fidelizan tendencias y relaciones, en un ambiente de confort hotelero y gastronómico, en ciudades que mola ir», argumenta el galeno.
Sobre cómo se construye esa legitimidad ayudándose de médicos, sobre todo pediatras y sus asociaciones profesionales y entes dedicados a las vacunas, el hilo en el que me baso tiene mucha y buena información que aconsejo leer entera, como siempre. Son cosas y nombres sobre los que algunos ya hemos publicado hace años pero tiene el valor de que son médicos quienes las están escribiendo y difundiendo en las redes sociales.
Todo esto tiene un alto precio. Bueno, tiene varios pero el peor es que se está manchando «la credibilidad de las vacunas y de los profesionales (pediatras); y va a costar recuperarla. EL ENTRAMADO está degradando a las vacunas y a los pediatras, los está manchando», concluye Sánchez.
No puedo estar más de acuerdo contigo, Miguel. Respecto al negocio multimillonario de las vacunas, no creo que por ahora tenga solución. Hasta que los laboratorios vacunalistas dejen de cotizar en bolsa, la salud será un negocio más.