El Consejo de Europa pide que la vacunación de la Covid siga siendo voluntaria
El Consejo de Europa, un órgano consultor y asesor de la Unión Europea, ha aprobado una resolución que insta a los estados a NO hacer obligatoria la vacunación para la Covid-19. Y lo hace para
garantizar una alta aceptación de la vacuna”.
El Consejo aspira a garantizar que se informa a los ciudadanos de que la vacunación NO es obligatoria y que no se presiona a nadie política, socialmente o de otra manera para que se vacune si no desea hacerlo por sí mismo. Considera dicha institución que es importante
garantizar que no se discrimina a nadie por no estar vacunado, debido a posibles riesgos para la salud o porque no desea vacunarse”.
Dicho organismo afirma, y aquí estamos de acuerdo, que “el despliegue rápido en todo el mundo de vacunas seguras y eficientes contra Covid-19 será esencial para contener la pandemia, proteger los sistemas de atención médica, salvar vidas y ayudar a restaurar las economías globales”.
Sin embargo, argumenta que incluso las vacunas de aplicación rápida, seguras y eficaces no son una panacea inmediata. Y añaden sus responsables:
Para que las vacunas sean efectivas, su despliegue exitoso y su aceptación suficiente serán cruciales. Sin embargo, la velocidad a la que se desarrollan las vacunas puede plantear un desafío difícil de combatir para generar confianza en ellas. Con respecto al desarrollo de vacunas Covid-19, el Consejo dice cosas muy interesantes que ahora no están haciéndose o en las que queda muchísimo por hacer:
-Asegurar ensayos de alta calidad, sólidos y realizados de manera ética.
-Garantizar que los organismos reguladores a cargo de evaluar y autorizar las vacunas contra Covid-19 sean independientes y estén protegidos de la presión política.
-Que se mantengan los estándares mínimos pertinentes de seguridad, eficacia y calidad de las vacunas.
-Implementar sistemas efectivos para monitorear las vacunas y su seguridad luego de su implementación en la población en general, también con miras a monitorear sus efectos a largo plazo.
-Poner en marcha programas independientes de compensación de vacunas para garantizar la compensación por daños indebidos y daños resultantes de la vacunación.
-Prestar especial atención al posible uso de información privilegiada por parte de ejecutivos farmacéuticos, o empresas farmacéuticas que se enriquecen indebidamente con cargo al gasto público.
-Superar las barreras y restricciones derivadas de las patentes y los derechos de propiedad intelectual, a fin de garantizar la producción y distribución generalizadas de vacunas en todos los países y para todos los ciudadanos.
Otros aspectos destacados sobre los que hay mucho trabajo por hacer:
-Distribuir información transparente sobre la seguridad y los posibles efectos secundarios de las vacunas, trabajando con las plataformas de redes sociales y regulándolas para evitar la propagación de información errónea.
–Comunicar el contenido de los contratos con los productores de vacunas y ponerlos a disposición del público para el escrutinio parlamentario y público.
-Asegurar la cooperación internacional para la detección y elucidación oportuna de cualquier señal de seguridad mediante el intercambio de datos mundiales en tiempo real sobre eventos adversos posteriores a la inmunización.
-Utilizar certificados de vacunación solo para el propósito designado de monitorear la eficacia de la vacuna, los posibles efectos secundarios y los eventos adversos.
El Consejo de Europa es una organización internacional que tiene como objetivo principal la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y la democracia.
Es una institución de prestigio, defensora de los derechos fundamentales que fue muy crítica con la gestión que se hizo en 2009-10 de la pandemia que por suerte no fue tal de gripe A.
Y en 2015 aprobó una resolución en la que pidió medidas contra la corrupción de la industria farmacéutica.
Como me cuenta mi compañero abogado en el , Francisco Almodóvar:
Este documento es muy importante desde el punto de vista del derecho fundamental a la información terapéutica, a través del consentimiento informado actualizado, real, adecuado y responsable.
Los derechos fundamentales son derecho positivo, ahora bien, los jueces todavía están muy verdes en temas de consentimiento informado en fármacos y sus consecuencias”.
Desde aquí animamos a la población a exigir TODA la información sobre las vacunas Covid que se ofrecen para que podamos hacernos responsables sobre la decisión de vacunarnos.
Hola.
Creo que tu titular es muy desacertado.
“asegurarse de que los ciudadanos estén informados de que la vacunación NO es obligatoria y de que nadie es presionado política, social o de otro modo para que se vacune, si no lo desea” no toene nada que ver con “pedir” que la vacunación no sea obligatoria.
Hola
En lugar de “ Que sea no obligatoria” no sería más lógico y correcto escribir “ que sea voluntaria”?
Por qué negamos la obligatoriedad en lugar de destacar la voluntariedad?
Llevas razón voy a cambiar el titular pues no me convencía. Gracias.
La obligatoriedad o voluntariedad de la vacunación siempre se mueve en un ámbito gris.
En España la vacunación es recomendada pero no obligatoria, sin embargo las guarderías y colegios de la red pública exigen desde hace unos años la cartilla de vacunación al día para poder acceder.
¿Sería posible en las empresas?, esto es lo que se quiere hacer pero actualmente no es posible, es decir una empresa no puede despedir o no contratar actualmente en función de la cartilla de vacunación.
Sin embargo debido a la situación actual y con la aceptación del mal llamado “pasaporte biológico” por parte de autoridades, podríamos llegar a situaciones éticas complejas.
Aquí es donde los juristas (Miguel) deberán decidir ciertas cosas pero en mi opinión la especialización en biomedicina de la justicia es prácticamente nula salvo en materia de bioética.
¿Cree usted Miguel que la justicia debería especializarse en estos ámbitos creando figuras nuevas?
Un saludo