Las especies de pescado y marisco que llevan más del tóxico mercurio
Desde hace años se viene advirtiendo del alto contenido en mercurio, un mineral que puede ser muy tóxico, que presentan pescados y mariscos. Ahora un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) viene a confirmarlo y aporta nuevos datos.
El grado de toxicidad del mercurio depende de la forma química en la que se encuentre, pues los compuestos del mercurio son más tóxicos que el propio mineral (que fundido se convierte en el metal líquido que conocemos). Uno de los compuestos orgánicos, el metilmercurio, es a juicio de la Organización Mundial de la Salud uno de los seis compuestos químicos más peligrosos presentes en el medio ambiente.
El mercurio puede inducir efectos tóxicos en algunos órganos y sistemas, como el nervioso, los riñones, el hígado y los órganos reproductivos.
Quizá el más peligroso es el neurotóxico: sus efectos sobre el desarrollo neuronal están considerados el problema de mayor relevancia, y el período de exposición durante el embarazo, el más sensible.
¿Cómo llega al pescado y marisco? pues por los vertidos que se hacen al mar con aguas contaminadas. El problema es que la actividad humana aporta grandes cantidades de mercurio al medio ambiente a través de la incineración de residuos sólidos, la utilización de combustibles fósiles o el uso en las industrias de este metal.
Una vez en el medio acuático, se acumula sobre todo en la materia grasa de los animales y luego pasa a nuestro organismo cuando nos los comemos. Por ello, los pescados grandes y predadores, como el pez espada y el atún rojo, acumulan más mercurio que los más pequeños.
Lo que ha hecho la OCU es medir la cantidad de mercurio presente en los pescados y mariscos más consumidos. Han realizado más de 100 análisis de productos en su mayoría frescos, pero también con productos congelados y en lata.
Algunas de sus conclusiones son que la mayoría de los productos analizados presentan niveles bajos de mercurio. Entre ellos, destacan los moluscos bivalvos como mejillones y almejas, los cefalópodos como pulpos y calamares, los crustáceos como langostinos y especies de pescado como salmón y lenguado.
Sin embargo, la concentración es alta en el atún rojo, el pez espada y los tiburones tintorera y marrajo, todos ellos peces de gran tamaño y longevos.
El problema es serio porque el pescado es imprescindible para una alimentación equilibrada. Una dieta que contenga pescados y mariscos contribuirá a mantener nuestra salud cardiovascular. Además, es básico para el desarrollo embrionario y el buen crecimiento de los niños. El pescado aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas A, D y B12, yodo y selenio.
La clave está en es consumirlo con variedad. Hay que alternar el tipo de pescados que comemos (marisco, pescado blanco, pescado azul…). Algunos colectivos más sensibles a los efectos del mineral deben evitar el consumo de algunos pescados.
Por regla general, ya que si no te han hecho determinadas pruebas no puedes conocer con rigor tu grado de sensibilidad, los alimentos provenientes del mar más contaminados sólo habríamos de consumirlos, es de sentido común, en ocasiones especiales.
Aunque la Agencia de Seguridad Alimentaria (AESAN) le pide a las mujeres embarazadas y a los niños de hasta diez años que no consuman especies con alto contenido en mercurio, llama la atención que a la población general sí le recomiende tres o cuatro raciones. Entrad en el enlace de la OCU y ved más detalles de especies con mayor o menor contenido en mercurio.