El laboratorio Sanofi condenado por los daños a fetos provocados con su fármaco Depakine
Sanofi tendrá que indemnizar a tres personas por el daño que el medicamento Depakine (cuyo principio activo es ácido valproico). Este trataminento puede causar malformaciones en los fetos de las embarazadas, como así ocurrió. Las cantidades con las que la farmacéutica tendrá que compensar a sus víctimas van de los 600.000 euros hasta 1.300.000.
Así lo documenta una sentencia hecha pública por la Asociación de Víctimas por Síndrome de Ácido Valproico (AVISAV), quien ha recordado que los efectos teratogénicos del fármaco son conocidos desde el año 1980, cuando se describió que la exposición intrauterina al valproato ocasionaba alteraciones en el cierre del tubo neural (espina bífida) en los niños.
Según el juez, Sanofi:
Privó a los médicos prescriptores y a las consumidoras de la posibilidad de conocer que el valproato sódico causaba malformaciones congénitas en más de un 10 por ciento de los hijos de mujeres que tomaron tal medicación, problemas de desarrollo cognitivo en un 30 y 40 por ciento de esos niños, un riesgo de sufrir trastornos del espectro autista tres veces superior al normal y cinco veces en el caso del autismo infantil».
También explica que la Administración sanitaria no actuó bien para controlar que esos daños no se produjesen.
Lo que no exime de rresponsabilidad a la empresa. La actuación de Sanofi no fue diligente «sino todo lo contrario».
En enero de este mismo año el Tribunal de Justicia de París admitió una acción legal en grupo presentada por la Asociación de víctimas del Depakine. La farmacéutica no informó sobre ello con correción sobre los daños que puede provocar su tratamiento.
El citado Tribunal considera que Sanofi «cometió una falta» al no cumplir con sus obligaciones respecto al monitoreo e información sobre los riesgos de Depakine. El procedimiento comenzó en mayo de 2017 por iniciativa de la Asociación de ayuda a padres de niños con síndrome anticonvulsivo (Apesac).
Cuenta Apesac en su web que el laboratorio «producía y comercializaba un producto defectuoso», en el sentido de que no ofrecía la «seguridad que legítimamente se puede esperar». Siempre según la Justicia.
Todo esto me recuerda un buen reportaje de Brenda Chávez en El Salto titulado Sanofi-Aventis y la AEMPS ocultan el dossier donde se reconocen los graves efectos del fármaco Agreal que resume muy bien este escandalazo de daños provocados por un fármaco.
Agreal fue un medicamento que también fabricaba Sanofi.
Pese a que, tras 22 años comercializándose, se retirara del mercado en el año 2005, las afectadas por el tratamiento de la farmacéutica ahora sentenciada, aún hoy reclaman que se reconozcan sus derechos.
Además, denuncian la connivencia durante más de una década, de esa farmacéutica y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Como cuenta Chávez, la Asociación Agreal Luchadoras, de mujeres víctimas de este medicamento que se usaba para los sofocos de la menopausia, tiene pendiente un proceso ante la Audiencia Nacional contra el Ministerio de Sanidad, la AEMPS y ese laboratorio, por protección de derechos fundamentales. El caso lo llevamos en el .