Vivir con emanaciones de olores y gases tóxicos debajo de tu casa
De los bajos de un conocido hotel de Toledo emanan olores y gases fétidos e insalubres que afectan a una treintena de familias. Es un caso de contaminación ambiental que llevamos en el >. Una de las afectadas, Margarita Girona, nos cuenta en sus palabras qué siente y cómo es la vida en dichas condiciones.
De nuevo una noche más, totalmente a traición, sin poder defendernos los vecinos de la Comunidad de propietarios de las viviendas del edificio María Cristina de Toledo, hemos sido atacados por un monstruo que nos perturba un día sí y otro también.
Me refiero a esta noche última, la noche de San Juan tan alegre, divertida y entretenida para muchos y que ha sido enormemente molesta, asquerosamente nociva y perturbadora para nosotros, pues eran las cuatro y treinta y tres minutos de la madrugada cuando súbitamente me desperté con dolor de cabeza, mareada, con naúseas y sensación de angustia en el estómago al tiempo que percibía que el monstruo nuevamente se había colado en nuestros hogares, y así era.
El pestilente, asqueroso, nauseabundo, fétido e insalubre olor y gases que se cuelan en nuestra casa provocan un agobiante e irrespirable ambiente contaminado. Había llegado también a mi dormitorio colándose por todas partes en mi vivienda, despertándome, obligándome a ponerme mi incómoda mascarilla especial de protección frente a químicos.
¡A esas horas y en mi propia casa! Me obliga a abrir todas las ventanas, provocar corriente para tratar de ventilar al máximo y limpiar el irrespirable aire que nos rodea, sabiendo que va a durar unas cuantas horas antes de que se disipe.
Este monstruo apareciendo de nuevo durante la noche nos despierta e impide volver a conciliar el sueño, perjudicando doblemente nuestra salud y bienestar. Esta pesadilla constante que se presenta con horario impredecible y variable en cualquier momento del día, la estamos sufriendo desde hace muchos años los que habitamos en las viviendas y los que trabajan en los locales de nuestra comunidad.
Esto es debido a que en el segundo sótano de los bajos del Hotel María Cristina, el cual forma parte también de nuestro edificio junto con las viviendas, se encuentra un pozo negro, una fosa séptica destinada en sus orígenes a recoger aguas freáticas residuales del edificio.
Posteriormente, tras la apertura del Hotel María Cristina y una cafetería se comenzaron a verter residuos y materias fecales en dicha fosa, con lo cual se empezaron a producir pestilentes e irrespirables olores y gases que han ido creciendo drásticamente en intensidad y periodicidad sobre todo desde la instalación de la franquicia Burger King donde anteriormente se encontraba la cafetería hace algo más de tres años.
Esta tremenda situación afecta a cerca de treinta familias que residimos en el edificio, donde viven tanto personas muy mayores como niños, vecinos con diferentes problemas de salud algunos de ellos muy graves.
Ha motivado, así mismo, que inquilinos de viviendas arrendadas se hayan tenido que marchar para no sufrir este constante, nocivo y molesto ambiente.
También se ven afectados diferentes negocios ubicados en los locales existentes en nuestra comunidad como un despacho profesional de abogados, una cafetería, un colegio oficial de seguros, etc.
Pero el problema ocasionado por la contaminación ambiental que provocan esas emanaciones de pestilentes olores y gases se detecta también fuera de nuestro inmueble afectando en ocasiones a unas oficinas del SESCAM -el servicio de Salud de Castilla La Mancha-, anexas a nuestro edificio, y a una Escuela infantil de idiomas donde los usuarios afectados son niños de corta edad.
He de reseñar también que en ocasiones se nota la contaminación ambiental en la propia vía pública. Cuando esto ocurre y si por casualidad estoy fuera de casa siempre me pregunto con qué me voy a encontrar cuando entre en mi vivienda, si voy a poder permanecer en ella o me veré obligada a marcharme como ha ocurrido en diversas ocasiones.
Nuestra Comunidad de Propietarios lleva muchos años tratando de solucionar este problema sin obtener ningún resultado. Se han mantenido conversaciones con los propietarios del Hotel, enviados escritos y mantenidas reuniones con la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento.
Se ha puesto también en conocimiento de Sanidad pues tememos por nuestra salud teniendo en cuenta que algunos ya hemos probado el daño que estos vertidos nos ocasionan.
Las llamadas a la Patrulla Verde dependiente de la Concejalía de Medio Ambiente han sido innumerables, comprobando los funcionarios in situ en nuestras viviendas la penosa situación con la que nos vemos obligados a convivir, sin embargo nadie hace nada, todos miran para otro lado siendo cómplices de una inacción que es muy difícil entender y asumir.
Por todo ello nos hemos visto obligados a emprender acciones legales y poner en manos de la Justicia esta inhumana situación. Hemos denunciado unos hechos como son las emisiones de olores y gases tóxicos constantes y sostenidos en el tiempo, solicitando la protección especial de nuestro derecho fundamental a la integridad física y moral junto a otros derechos como la protección a nuestra salud y a un medioambiente sano.
Confiamos y solicitamos que se acometa definitivamente el origen del problema y por mandato judicial se prohíba y paralice el uso de la referida fosa tal como se realiza en la actualidad; se limpie, desinfecte en profundidad para que sea utilizada única y exclusivamente para lo que se construyó.
Nota: Desde el hemos interpuesto una demanda civil contra la empresa POFE, S.L., propietaria del hotel, que se está sustanciando en este momento en los juzgados civiles de Toledo.
Al mismo tiempo, hemos interpuesto un proceso especial de protección de derechos fundamentales contra el ayuntamiento de Toledo que se está tramitando en estos momentos.
Yo sufrí un caso muy parecido, pero con un taller ilegal anexo a mi casa, en un pueblo. Emitía gases tóxicos de una actividad con fibras de vidrio y otros materiales. El vecino dueño de este taller y que realizaba la actividad ni siquiera se avenía a hablar conmigo. Luché desesperadamente con el SEPRONA, el ayuntamiento, todo inútil.
Finalmente abandoné mi casa y me fui del pueblo, tras haber sido amenazada por la policía local de que me denunciaría por acoso si decía algo al vecino sobre el asunto (las pocas veces que intenté hablar con él fue siempre correctamente), y llegaron a decirme que, si no podía vivir en la casa, tenía que ser yo quien se fuera.
Todavía espero la respuesta del alcalde a mi escrito…
Desgraciadamente no eres la única, pues en Toledo también se pretende que sea la vecina la que se vaya. No te ofrezco ayuda legal proque como dices ya se “solucionó” el problema al irte. Suerte.